El poeta Luis García Montero presenta este jueves en Granada su último libro 'Balada en la muerte de la poesía', en un acto en el que estará acompañado por el pintor Juan Vida y por el escritor salvadoreño Jorge Galán, que se encuentra exiliado en España.
El poeta Luis García Montero presenta este jueves en Granada su último libro 'Balada en la muerte de la poesía', en un acto en el que estará acompañado por el pintor Juan Vida y por el escritor salvadoreño Jorge Galán, que se encuentra exiliado en España.
La presentación, que tendrá lugar a las 20,00 horas en la Biblioteca de Andalucía, ha sido organizada por el Centro Andaluz de las Letras y el Ateneo de Granada, dentro del ciclo 'Letras Capitales', que busca acercar la creación más actual a los lectores.
Balada en la muerte de la poesía', publicado en la colección 'Palabra de Honor' de la editorial Visor, es uno de los libros más arriesgados del poeta granadino, que presenta veintidós poemas en prosa acompañados de dibujos de rostros realizados por Juan Vida.
"La poesía es una amiga exigente. A cada paso quiere replantearse los lazos que mantiene con nosotros y con el mundo. Su forma de apostar por la verdad es negarse a lo previsible, a las comodidades de lo que ya está hecho y consagrado", explica a Europa Press García Montero, quien asiste en sus poemas a la muerte de la poesía, que primero ve anunciada en televisión para después asistir a su sepelio.
Según García Montero, "la noticia de la muerte de la poesía tuvo muchas consecuencias en la conciencia, la casa y la ciudad. Tanto Lucrecio, como Manrique, Garcilaso, Quevedo, Leopardi, Rosalía, Baudelaire estuvieron en su entierro. Todos volvieron después a su vocación y a su mesa de trabajo para escribir un poema".
No han sido pocas las voces que han repetido como si se tratase de un slogan que corren malos tiempos para la lírica. Sin embargo, en la actualidad la poesía vive un momento dulce de ventas y el interés por este género literario no hace más que crecer.
García Montero lo explica porque la poesía "surge siempre de la intemperie, de la insatisfacción". Toma prestada la añoranza de lo que no se tiene o de la conciencia de una plenitud llamada a perderse. "Hay una herida debajo de la felicidad de la poesía. Eso es lo que hace posible que ofrezca un sentimiento de reconciliación con la vida bajo sus descripciones, su denuncia o su dolor", ha indicado.
Sin embargo, sigue existiendo la percepción general de que la poesía es difícil, un género que apenas se entiende, casi exclusivo para los poetas.
"La poesía fue situada en el extremo de los márgenes, en un rincón maltratado del saber humanista. El orgullo herido de los poetas forzó una respuesta de desprecio. Unió la calidad a la dificultad, la lírica a la rareza y la profundidad al sinsentido", aclara García Montero, para el que el nuevo auge de la poesía, fundamentalmente impulsada por poetas jóvenes y cantautores, corre el riesgo de que el mercado se convierta en el referente poético de la calidad.
En su opinión, "hay que negarse a pensar que sólo es bueno lo que se comunica con facilidad adolescente en los circuitos sentimentales de la sociedad de consumo".
En la actual situación, García Montero considera que la poesía reclama ahora "lentitud y conciencia metafórica", para alejarse de "las sirenas del corazón publicitario".
Los poemas del libro están acompañados de dibujos del granadino Juan Vida, si bien estos trabajos han sido desarrollados de manera independiente a la escritura del libro.
"Son dibujos que parten de la idea de que la belleza no es la verdad o de que el arte para ser bello no tiene que eludir la verdad descarnada", ha concluido el poeta.
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