La periodista granadina asegura que la parálisis mundial ante los conflictos en el mundo árabe ha abierto una época "oscura" que lo será todavía más
GUSTAVO GÓMEZ GRANADA
Aunque nació en Tarrasa, Mayte Carrasco (1974) llegó a Granada de niña. Aquí nació su vocación por el periodismo. Esa pasión derivó con los años en el desempeño de una de las facetas más comprometidas de su profesión: ser corresponsal de guerra. La primera vez, en Georgia; la última, en Siria. Ayer moderó la mesa redonda que organizó la Fundación Euroárabe sobre conflictos armados en su ciclo Lecturas para la Paz.
-Acaban de cumplirse 5 años de guerra en Siria. ¿Cómo ha cambiado el mundo desde entonces?
-El mundo ha cambiado mucho pero más por la certeza de que no vamos a mejor y de que la libertad ha muerto un poco. En 2011 se pudo acabar con las dictaduras del mundo árabe pero en aquel momento se abandonó a los sirios a su suerte, dejando que una rama de Al Qaeda primero y el Estado Islámico después se instalaran allí. Se perdió una oportunidad para luchar contra el terrorismo y la dictadura de Bachar al Asad. Más aún cuando este dictador usó armas químicas contra su pueblo y no pasó nada. Esa parálisis mundial nos ha llevado donde estamos ahora.
-El desequilibrio en el orden mundial afecta también a Occidente, que siempre parecía intocable.
-Occidente siempre ha estado involucrado en la evolución de esos países, desde el colonialismo. La guerra de Irak deshizo el orden que estaba establecido en Oriente Medio. Descolocó el equilibrio de fuerzas, dando poder a chiítas donde estaban sunitas e hizo que Irán tuviera ambiciones expansionistas.
-Y el miedo ha llegado a una sociedad que hasta ahora veía todos los conflictos por la televisión.
-Desgraciadamente, los efectos son los mismos que tuvimos en 2001 con el gran atentado de las Torres Gemelas en Nueva York. Aquel ataque supuso un antes y un después para la opinión pública, que empezó a preguntarse de dónde sale esta rabia contra nosotros. Eso ha derivado hacia un racismo cada vez más creciente, en un choque de civilizaciones. Internet ha colaborado para mal, haciendo que veamos sólo lo malo, permitiendo que la incomprensión llegue a nuestra casa porque entramos en contacto con culturas y religiones que no nos explican bien. Se ha acelerado el odio y la desconfianza hacia el otro.
-Mujer, guerra y periodista. ¿Se siente en máxima vulnerabilidad?
-No, en absoluto. No hay más vulnerabilidad por ser mujer. Hay sociedades más machistas pero hay que ser conscientes de donde va uno. En Egipto el 90% de las mujeres sufre acoso. En cambio, si a un hombre lo apresan en Libia seguramente abusen de él en las cárceles. El peligro en las guerras son las bombas y las balas y eso no hace distinción. En España, por ejemplo, hay mucho machismo en las redacciones, donde se ningunea a las corresponsales de guerra y apenas hay mujeres entre sus directivos.
-¿Cuál es el papel de la mujer en las guerras actuales?
-Están en todos los roles. Las mujeres peshmergas, por ejemplo, combaten. Pero me gustaría quitar a la mujer el papel de víctima porque tienen un gran capacidad de liderazgo, pacificación y reconstrucción. A la mujeres se le ataca porque es el signo de la comunidad. La violación es un arma de guerra. Y a la mujer se le utiliza. Hay una nueva oleada de terrorismo machista hacia la mujer en el mundo que no sé de donde ha salido. Es una guerra a nivel mundial contra las mujeres. No son guerras convencionales, de dos ejércitos, sino guerras asimétricas. La guerra contra la mujer existe.
-¿Sus pronósticos para los próximos años?
-Pasamos por años oscuros que serán mas oscuros. Por el auge de nacionalismos y de la extrema derecha e izquierda, crecen esos partidos populistas. Tenemos que resolver qué tipo de sociedad queremos y comprender que no hay libertad única ni democracias únicas.
-¿Qué aconseja para entender el mundo actual?
-Leer a los periodistas que están sobre el terreno. Como reportera, trato de encender linternas y poner luz en esos lugares donde hay conflictos armados, para sacarlos a la luz. Pero el periodismo de guerra esta en vías de extinción. Prima el low cost: lo que impacta y no lo que importa.
-¿Sus próximos planes profesionales?
-Tengo un proyecto en Brasil y otro en África. Además, estoy preparando un libro nuevo, un ensayo sobre la libertad y el nuevo orden mundial. Y aunque formo parte del Speaker Boreau, sigo de freelance.
-¿Qué ha cambiado a la corresponsal de guerra que desde hace pocos meses es madre?
-Me gustaría que esta pregunta se la hicieran a un hombre.
-Acaban de cumplirse 5 años de guerra en Siria. ¿Cómo ha cambiado el mundo desde entonces?
-El mundo ha cambiado mucho pero más por la certeza de que no vamos a mejor y de que la libertad ha muerto un poco. En 2011 se pudo acabar con las dictaduras del mundo árabe pero en aquel momento se abandonó a los sirios a su suerte, dejando que una rama de Al Qaeda primero y el Estado Islámico después se instalaran allí. Se perdió una oportunidad para luchar contra el terrorismo y la dictadura de Bachar al Asad. Más aún cuando este dictador usó armas químicas contra su pueblo y no pasó nada. Esa parálisis mundial nos ha llevado donde estamos ahora.
-El desequilibrio en el orden mundial afecta también a Occidente, que siempre parecía intocable.
-Occidente siempre ha estado involucrado en la evolución de esos países, desde el colonialismo. La guerra de Irak deshizo el orden que estaba establecido en Oriente Medio. Descolocó el equilibrio de fuerzas, dando poder a chiítas donde estaban sunitas e hizo que Irán tuviera ambiciones expansionistas.
-Y el miedo ha llegado a una sociedad que hasta ahora veía todos los conflictos por la televisión.
-Desgraciadamente, los efectos son los mismos que tuvimos en 2001 con el gran atentado de las Torres Gemelas en Nueva York. Aquel ataque supuso un antes y un después para la opinión pública, que empezó a preguntarse de dónde sale esta rabia contra nosotros. Eso ha derivado hacia un racismo cada vez más creciente, en un choque de civilizaciones. Internet ha colaborado para mal, haciendo que veamos sólo lo malo, permitiendo que la incomprensión llegue a nuestra casa porque entramos en contacto con culturas y religiones que no nos explican bien. Se ha acelerado el odio y la desconfianza hacia el otro.
-Mujer, guerra y periodista. ¿Se siente en máxima vulnerabilidad?
-No, en absoluto. No hay más vulnerabilidad por ser mujer. Hay sociedades más machistas pero hay que ser conscientes de donde va uno. En Egipto el 90% de las mujeres sufre acoso. En cambio, si a un hombre lo apresan en Libia seguramente abusen de él en las cárceles. El peligro en las guerras son las bombas y las balas y eso no hace distinción. En España, por ejemplo, hay mucho machismo en las redacciones, donde se ningunea a las corresponsales de guerra y apenas hay mujeres entre sus directivos.
-¿Cuál es el papel de la mujer en las guerras actuales?
-Están en todos los roles. Las mujeres peshmergas, por ejemplo, combaten. Pero me gustaría quitar a la mujer el papel de víctima porque tienen un gran capacidad de liderazgo, pacificación y reconstrucción. A la mujeres se le ataca porque es el signo de la comunidad. La violación es un arma de guerra. Y a la mujer se le utiliza. Hay una nueva oleada de terrorismo machista hacia la mujer en el mundo que no sé de donde ha salido. Es una guerra a nivel mundial contra las mujeres. No son guerras convencionales, de dos ejércitos, sino guerras asimétricas. La guerra contra la mujer existe.
-¿Sus pronósticos para los próximos años?
-Pasamos por años oscuros que serán mas oscuros. Por el auge de nacionalismos y de la extrema derecha e izquierda, crecen esos partidos populistas. Tenemos que resolver qué tipo de sociedad queremos y comprender que no hay libertad única ni democracias únicas.
-¿Qué aconseja para entender el mundo actual?
-Leer a los periodistas que están sobre el terreno. Como reportera, trato de encender linternas y poner luz en esos lugares donde hay conflictos armados, para sacarlos a la luz. Pero el periodismo de guerra esta en vías de extinción. Prima el low cost: lo que impacta y no lo que importa.
-¿Sus próximos planes profesionales?
-Tengo un proyecto en Brasil y otro en África. Además, estoy preparando un libro nuevo, un ensayo sobre la libertad y el nuevo orden mundial. Y aunque formo parte del Speaker Boreau, sigo de freelance.
-¿Qué ha cambiado a la corresponsal de guerra que desde hace pocos meses es madre?
-Me gustaría que esta pregunta se la hicieran a un hombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario