Regemat, ubicada en el PTS, diseña software y bioimpresoras que permiten además aplicar células madre para regenerar las piezas
S. VALLEJO GRANADa
La marca Granada Salud no solo se mantiene con la asistencia sanitaria, la formación o la docencia. La gran labor de investigación que se realiza en Granada en el ámbito biosanitario está situada, en muchos campos, en primer nivel y adelantándose a avances mundiales. Como el caso de la empresa Regemat 3D, ubicada en el BIC del Parque Tecnológico de la Salud y que está centrada en la bioimpresión 3D. Empresa que ha sido galardonada esta misma semana con el premio Emprendedor XXI 2016 de Andalucía y pasará a la fase nacional, en noviembre.
La empresa trabaja ya con grupos que desarrollan terapias para patologías específicas como la regeneración de válvulas cardiaca, oftalmología, fármacos... Además, están preparando un ensayo clínico en México que supondrá la primera prueba en pacientes de sus tejidos para regeneración en 3D.
Lo que hacen en Regemat es elaborar un software con el que imprimir en 3D tejidos o piezas personalizadas según diseño o segmentación obtenida a través de TAC o Resonancia Magnética. Pero tienen un extra más. Han ideado lo que llaman bioimpresión, que permite configurar las partes de la pieza donde inyectar o depositar células madre que suponen una gran novedad en la impresión 3D ya que se podría regenerar la pieza a partir de esas células madre.
"La novedad es imprimir en 3D una pieza con la geometría que quieras y configurarla para inyectar células de forma que ya tenemos una pieza en 3D a medida y con células repartidas con capacidad de regenerar tejido porque vienen de células madre", destacó el director de Regemat, José Manuel Baena. Así, el objetivo final será que un paciente con patología o necesidad médica pueda tener esta pieza en 3D y que con las células se vaya regenerando. "En muchas aplicaciones todavía queda mucha investigación para regenerar ciertos tejidos, pues nuestro producto puede añadir la bioimpresión y adaptar la máquina a cada pieza", explica. En lo que más trabajan es en regeneración de cartílago.
Lo que Regemat ofrece a grupos de investigación y centros sanitarios es un programa y la adaptación de la bioimpresora para la realización de esas piezas. Ya tienen en EEUU, México, Colombia, Portugal, Inglaterra, Escocia.... "Hablamos con el grupo de investigación para saber qué quiere hacer, qué aplicación clínica y qué quieren comprobar y se desarrolla la bioimpresora ya preparada para esas necesidades. El diseño es específico. Cada impresión es única".
Ya están validando todos los permisos para el trabajo con células humanas ya que la máquina se usa para investigación y están en proceso de llegar a la aplicación clínica en un proyecto en México de bioimpresión con células mesenquimales para regenerar cartílago. Será el primer trabajo de Regemat directamente en pacientes.
Con estos avances, la pregunta es clara. ¿Hasta dónde se puede llegar? "Hay que ir paso a paso. Lo que ahora se hace con material sintético hay que ir convirtiéndolo en bioimpreso y que desaparezca. Hay que seguir trabajando mucho. Primero el cambio de material sintético por otro que se degrade, ponerle células y a partir de ahí donde se pueda llegar". Por ejemplo, en el campo de reconstrucciones, en lugar de tener que coger huesos de otras partes del cuerpo, poder regenerar tejidos. Y Regemat ya trabaja en dar esas herramientas a los investigadores. "Estamos en el comienzo. Se conseguirá hacer un órgano tridimensional con células y que sea funcional. Por eso estamos aquí", asegura Baena.
La empresa trabaja ya con grupos que desarrollan terapias para patologías específicas como la regeneración de válvulas cardiaca, oftalmología, fármacos... Además, están preparando un ensayo clínico en México que supondrá la primera prueba en pacientes de sus tejidos para regeneración en 3D.
Lo que hacen en Regemat es elaborar un software con el que imprimir en 3D tejidos o piezas personalizadas según diseño o segmentación obtenida a través de TAC o Resonancia Magnética. Pero tienen un extra más. Han ideado lo que llaman bioimpresión, que permite configurar las partes de la pieza donde inyectar o depositar células madre que suponen una gran novedad en la impresión 3D ya que se podría regenerar la pieza a partir de esas células madre.
"La novedad es imprimir en 3D una pieza con la geometría que quieras y configurarla para inyectar células de forma que ya tenemos una pieza en 3D a medida y con células repartidas con capacidad de regenerar tejido porque vienen de células madre", destacó el director de Regemat, José Manuel Baena. Así, el objetivo final será que un paciente con patología o necesidad médica pueda tener esta pieza en 3D y que con las células se vaya regenerando. "En muchas aplicaciones todavía queda mucha investigación para regenerar ciertos tejidos, pues nuestro producto puede añadir la bioimpresión y adaptar la máquina a cada pieza", explica. En lo que más trabajan es en regeneración de cartílago.
Lo que Regemat ofrece a grupos de investigación y centros sanitarios es un programa y la adaptación de la bioimpresora para la realización de esas piezas. Ya tienen en EEUU, México, Colombia, Portugal, Inglaterra, Escocia.... "Hablamos con el grupo de investigación para saber qué quiere hacer, qué aplicación clínica y qué quieren comprobar y se desarrolla la bioimpresora ya preparada para esas necesidades. El diseño es específico. Cada impresión es única".
Ya están validando todos los permisos para el trabajo con células humanas ya que la máquina se usa para investigación y están en proceso de llegar a la aplicación clínica en un proyecto en México de bioimpresión con células mesenquimales para regenerar cartílago. Será el primer trabajo de Regemat directamente en pacientes.
Con estos avances, la pregunta es clara. ¿Hasta dónde se puede llegar? "Hay que ir paso a paso. Lo que ahora se hace con material sintético hay que ir convirtiéndolo en bioimpreso y que desaparezca. Hay que seguir trabajando mucho. Primero el cambio de material sintético por otro que se degrade, ponerle células y a partir de ahí donde se pueda llegar". Por ejemplo, en el campo de reconstrucciones, en lugar de tener que coger huesos de otras partes del cuerpo, poder regenerar tejidos. Y Regemat ya trabaja en dar esas herramientas a los investigadores. "Estamos en el comienzo. Se conseguirá hacer un órgano tridimensional con células y que sea funcional. Por eso estamos aquí", asegura Baena.
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