El Teatro Isabel la Católica acoge el estreno en Granada de 'El mapa de Carlos', un documental que recorre su vida a través de las palabras de sus amigos · Para su viuda, verlo es asistir a la película de su propia vida
M. DE LA CORTE / GRANADAPor fin la Granada de Carlos Cano, su Habanera imposible, acogió ayer el estreno del documental El mapa de Carlos. Su familia y sus amigos no faltaron a la proyección de un documental que cuenta su vida a través de las que fueron sus grandes ciudades. Alicia Sánchez, su viuda, cuenta lo que para ella supone una película que de alguna forma zanja todos los silencios que rodean al artista.
-¿Cuántas veces ha visto ya el documental?
-He perdido la cuenta. Cuatro o cinco veces.
-¿Y descubre siempre algo nuevo?
-A veces descubres algo nuevo pero la mayoría es un recuerdo constante; es inevitable que te pase la película de toda tu vida. Ese sentimiento sí que lo tengo siempre. Una nostalgia y una añoranza hacia la persona de Carlos muy grande, un recuerdo de lo que fue nuestra vida, que no fue fácil, fue difícil al principio y a lo largo de ella. El otro día me acordaba del título del primer disco, A duras penas, estaba yo escribiendo unas notas y pensé: parecía una premonición porque la vida la hemos vivido así, a duras penas.
-¿Qué significa para la familia el estreno de la película en Granada?
-Una emoción muy grande porque era su ciudad, a la que amó muchísimo y defendió. Y aquí están los amigos y el recuerdo de la gente que ya no está, como Enrique Morente... son pellizquitos que vas teniendo dentro de tu alma y que tienes que torear para no ponerte a llorar. Es duro y difícil.
-¿Es el Carlos Cano de la película, el que cuentan sus amigos y sus ciudades, el Carlos que recuerda?
-Sí, porque Carlos era una persona íntegra y el documental está perfectamente hecho. Colaboramos nosotros también porque yo quería que fuera lo más fiel posible. Carlos siempre mantuvo una ética y contar la vida de una persona cuando ya ha fallecido es muy difícil. El documental mantiene esa línea de ética que él tuvo toda la vida.
-¿Qué aprendió de todas esas ciudades que marcaron su mapa?
-Generalizando, las ciudades para Carlos también fueron una forma de expresión diferente porque cada región tiene su forma de pensar, su forma de sentir. De Cádiz, por ejemplo, le llamó mucho la atención que las penas más grandes las han cantado con las alegrías más grandes también, como son los carnavales. Y Carlos era una esponja, iba chupando de todo lo que le mostraban las ciudades... Eso lo hacía maravillosamente bien.
-¿La mezcla de todas ellas era su paraíso particular?
-Sí, porque también en Carlos su lucha interior fue que Andalucía fuera una sola, que sus ocho provincias no tuvieran las tonterías de si Sevilla, de si Granada, de si Málaga... No, Andalucía es una sola. Y eso fue también con su música lo que quiso aunar.
-¿Qué es lo más bonito que nadie ha dicho de Carlos Cano?
-Que derrochaba humanidad. Eso a mí me emociona profundamente, porque es una vida entera de trabajo y está bien que la gente haya asimilado lo que es Carlos Cano.
-Por fin comienzan a rescatarlo, a reivindicarlo, a recordarlo...
-Sí, a duras penas... Afortunadamente vamos poquito a poco rescatando a Carlos porque me parece que es una figura que no debe desaparecer de la cultura andaluza.
-¿Y a qué cree que se debe tanto silencio?
-Pienso que a las circunstancias. Hemos tenido unas dificultades difíciles personalmente en la familia, ha salido de vez en cuando en prensa el cutrerío... Y a parte, vivimos en un mundo enrarecido y tampoco es que se le haya significado mucho, no sé cómo decirlo. Yo creo que la labor es nuestra y al final, poquito a poco, no tendrán más remedio que ir entrando por uvas, como se dice.
-Imagino que la familia huye de esas polémicas.
-Sí, totalmente, porque Carlos no estaba en esa línea y por eso creo que el documental es una preciosidad, por el respeto de Pablo Coca, su director, y todos los que han intervenido.
-¿De qué forma lucha toda la familia para que su legado continúe vivo? ¿Preparan más homenajes?
-Ahora mismo no tenemos nada preparado, simplemente el documental. La pena ha sido que el estreno no pudiera ser en su ciudad natal, a la que tanto defendió. Granada es así: la Habanera imposible de Carlos. Ha sido posible ahora y, bueno, estoy muy contenta porque ha habido llenazo total como siempre y sobre todo teniendo en cuenta que había un partido del Barça... Es un orgullo para nosotros que la gente de Granada y sus amigos hayan respondido tan bien.
-Uno de los objetivos de la cinta es mostrar también el profundo compromiso social de Carlos Cano con la época que le tocó vivir. Si viviera ahora, ¿por qué lucharía?
-Por las mismas causas, como se dice en el documental, por la causa de los pobres. Más ahora que nunca, que estamos con un pasito patrás.
-El documental también incide en lo que hizo por que la copla se considerase un género musical español, andaluz. ¿Cree que le gustaría escuchar la copla que se hace hoy?
-Pienso que hay cosas con las que no estaría de acuerdo porque él entendió la copla como la canción de una generación. Carlos decía que en la copla debía haber compositores nuevos y no sólo eso: pensaba que sus intérpretes debían tener la capacidad de cantarla con unos vaqueros, más allá de con un traje de gitana. Es otro modo de cultura y prosperidad.
-José Chamizo dijo en una ocasión, durante la presentación del libro 'Carlos Cano, una vida de copla', que aquí en Granada Carlos era el personaje y en Cádiz, el mito. ¿Cree que falta mucho para que se convierta en el mito del que hablaba?
-Yo pienso que sí, y pasa con Carlos como con cualquier personaje popular de Granada. Aquí falta cariño por sus personas, y eso se nota. Carlos es una persona que sigue siendo polémica después de fallecido el pobrecito mío.
-Me decía al principio que había perdido la cuenta del número de veces que había visto el documental pero ¿volverá a verlo?
-Sí, claro. No puedes olvidar tus orígenes y las palabras de Carlos son muy bellas, cada vez te muestran una cosa y te ponen la piel de gallina.
-¿Con qué palabras se queda ?
-Las frases de Carlos para mí son como las canciones. Cuando me preguntan ¿qué canción prefieres? Es que lo quiero todo! Es como los hijos, por muy feo que uno sea es imposible elegir... es una obra que ha costado sangre. Yo siempre digo que no se puede hablar de Carlos sin Alicia o de Alicia sin Carlos, porque pese a todas las cosas tuvimos la gran suerte de tener una complicidad enorme y de hacer una sola cosa. Por eso nos hemos querido tanto y hemos llegado hasta donde estamos.
-¿Cuántas veces ha visto ya el documental?
-He perdido la cuenta. Cuatro o cinco veces.
-¿Y descubre siempre algo nuevo?
-A veces descubres algo nuevo pero la mayoría es un recuerdo constante; es inevitable que te pase la película de toda tu vida. Ese sentimiento sí que lo tengo siempre. Una nostalgia y una añoranza hacia la persona de Carlos muy grande, un recuerdo de lo que fue nuestra vida, que no fue fácil, fue difícil al principio y a lo largo de ella. El otro día me acordaba del título del primer disco, A duras penas, estaba yo escribiendo unas notas y pensé: parecía una premonición porque la vida la hemos vivido así, a duras penas.
-¿Qué significa para la familia el estreno de la película en Granada?
-Una emoción muy grande porque era su ciudad, a la que amó muchísimo y defendió. Y aquí están los amigos y el recuerdo de la gente que ya no está, como Enrique Morente... son pellizquitos que vas teniendo dentro de tu alma y que tienes que torear para no ponerte a llorar. Es duro y difícil.
-¿Es el Carlos Cano de la película, el que cuentan sus amigos y sus ciudades, el Carlos que recuerda?
-Sí, porque Carlos era una persona íntegra y el documental está perfectamente hecho. Colaboramos nosotros también porque yo quería que fuera lo más fiel posible. Carlos siempre mantuvo una ética y contar la vida de una persona cuando ya ha fallecido es muy difícil. El documental mantiene esa línea de ética que él tuvo toda la vida.
-¿Qué aprendió de todas esas ciudades que marcaron su mapa?
-Generalizando, las ciudades para Carlos también fueron una forma de expresión diferente porque cada región tiene su forma de pensar, su forma de sentir. De Cádiz, por ejemplo, le llamó mucho la atención que las penas más grandes las han cantado con las alegrías más grandes también, como son los carnavales. Y Carlos era una esponja, iba chupando de todo lo que le mostraban las ciudades... Eso lo hacía maravillosamente bien.
-¿La mezcla de todas ellas era su paraíso particular?
-Sí, porque también en Carlos su lucha interior fue que Andalucía fuera una sola, que sus ocho provincias no tuvieran las tonterías de si Sevilla, de si Granada, de si Málaga... No, Andalucía es una sola. Y eso fue también con su música lo que quiso aunar.
-¿Qué es lo más bonito que nadie ha dicho de Carlos Cano?
-Que derrochaba humanidad. Eso a mí me emociona profundamente, porque es una vida entera de trabajo y está bien que la gente haya asimilado lo que es Carlos Cano.
-Por fin comienzan a rescatarlo, a reivindicarlo, a recordarlo...
-Sí, a duras penas... Afortunadamente vamos poquito a poco rescatando a Carlos porque me parece que es una figura que no debe desaparecer de la cultura andaluza.
-¿Y a qué cree que se debe tanto silencio?
-Pienso que a las circunstancias. Hemos tenido unas dificultades difíciles personalmente en la familia, ha salido de vez en cuando en prensa el cutrerío... Y a parte, vivimos en un mundo enrarecido y tampoco es que se le haya significado mucho, no sé cómo decirlo. Yo creo que la labor es nuestra y al final, poquito a poco, no tendrán más remedio que ir entrando por uvas, como se dice.
-Imagino que la familia huye de esas polémicas.
-Sí, totalmente, porque Carlos no estaba en esa línea y por eso creo que el documental es una preciosidad, por el respeto de Pablo Coca, su director, y todos los que han intervenido.
-¿De qué forma lucha toda la familia para que su legado continúe vivo? ¿Preparan más homenajes?
-Ahora mismo no tenemos nada preparado, simplemente el documental. La pena ha sido que el estreno no pudiera ser en su ciudad natal, a la que tanto defendió. Granada es así: la Habanera imposible de Carlos. Ha sido posible ahora y, bueno, estoy muy contenta porque ha habido llenazo total como siempre y sobre todo teniendo en cuenta que había un partido del Barça... Es un orgullo para nosotros que la gente de Granada y sus amigos hayan respondido tan bien.
-Uno de los objetivos de la cinta es mostrar también el profundo compromiso social de Carlos Cano con la época que le tocó vivir. Si viviera ahora, ¿por qué lucharía?
-Por las mismas causas, como se dice en el documental, por la causa de los pobres. Más ahora que nunca, que estamos con un pasito patrás.
-El documental también incide en lo que hizo por que la copla se considerase un género musical español, andaluz. ¿Cree que le gustaría escuchar la copla que se hace hoy?
-Pienso que hay cosas con las que no estaría de acuerdo porque él entendió la copla como la canción de una generación. Carlos decía que en la copla debía haber compositores nuevos y no sólo eso: pensaba que sus intérpretes debían tener la capacidad de cantarla con unos vaqueros, más allá de con un traje de gitana. Es otro modo de cultura y prosperidad.
-José Chamizo dijo en una ocasión, durante la presentación del libro 'Carlos Cano, una vida de copla', que aquí en Granada Carlos era el personaje y en Cádiz, el mito. ¿Cree que falta mucho para que se convierta en el mito del que hablaba?
-Yo pienso que sí, y pasa con Carlos como con cualquier personaje popular de Granada. Aquí falta cariño por sus personas, y eso se nota. Carlos es una persona que sigue siendo polémica después de fallecido el pobrecito mío.
-Me decía al principio que había perdido la cuenta del número de veces que había visto el documental pero ¿volverá a verlo?
-Sí, claro. No puedes olvidar tus orígenes y las palabras de Carlos son muy bellas, cada vez te muestran una cosa y te ponen la piel de gallina.
-¿Con qué palabras se queda ?
-Las frases de Carlos para mí son como las canciones. Cuando me preguntan ¿qué canción prefieres? Es que lo quiero todo! Es como los hijos, por muy feo que uno sea es imposible elegir... es una obra que ha costado sangre. Yo siempre digo que no se puede hablar de Carlos sin Alicia o de Alicia sin Carlos, porque pese a todas las cosas tuvimos la gran suerte de tener una complicidad enorme y de hacer una sola cosa. Por eso nos hemos querido tanto y hemos llegado hasta donde estamos.
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