Los números en el Ayuntamiento de Granada se han puesto serios. La alegría que hace unos años acompañaba al capítulo de inversiones y gastos en el presupuesto municipal se ha esfumado dando paso a un frío documento que ha sembrado la preocupación entre los trabajadores de los entes autónomos. La situación es muy complicada; tanto, que la ciudad se enfrenta en 2012 a los presupuestos más restrictivos de los últimos treinta años. Si se comparan los ingresos desde el año 2008, Granada ha perdido 118 millones de euros en sus arcas en cuatro años, lo que ha obligado al Ayuntamiento a recortar al máximo los gastos que en este mismo periodo de tiempo también han mermado en 121 millones.
El concejal de Economía, Francisco Ledesma, resumía ayer la situación con una frase en la que apoyar las duras medidas que acompañan al documento económico más importante del Ayuntamiento: "A grandes males, males soluciones". Y con esta reflexión anunció un cambio radical de la administración que supondrá "la gran transformación económica del Ayuntamiento desde el comienzo de la democracia".
Una transformación cuya filosofía no se basa más que en la austeridad, el control del gasto y el equilibrio presupuestario; tres pilares que parecen haberse convertido ahora en la Biblia de las finanzas pero que deberían haber sido inherentes a la gestión pública, no solo en época de crisis, sino durante todos estos años atrás.
Los recortes han sido de tal magnitud que han tocado a todas las áreas del presupuesto. Sólo unos cuantos ejemplos: los gastos de personal pasan de 88 a 86 millones; los gastos protocolarios se reducen en un 8,33%; las dietas y los gastos de viaje, un 20%; las publicaciones institucionales, un 10%; la aportación a grupos políticos, un 23%; el área de Cultura reduce su inversión un 18%; Urbanismo, un 67%; o Protección Ciudadana un 14,45%.
Sólo hay dos capítulos en los que aumenta la inversión y los ingresos y que dan una reveladora visión del escenario en el que se mueve Granada. En el primer caso, se trata de la aportación al área de Familia y Bienestar Social, cuyo presupuesto aumenta un 6,78%, con lo que recibirá 21 millones de euros. La cuantía de la ayuda a domicilio y de la dependencia se eleva a más de 14 millones de euros, suben un 13,18% las ayudas de emergencia para familias sin recursos y un 13,04%, las ayudas a personas sin hogar.
La segunda subida se produce en los ingresos previstos en el capítulo de bienes corrientes, que se incrementan en un 8,38%, y que supondrá que, por obra y gracia del IVA y el IPC, los ciudadanos tengan que pagar más impuestos.
Pese al oscuro panorama que se cierne sobre la economía de la capital, Francisco Ledesma quiso dejar claro ayer que el férreo ahorro que se impone en los próximos años no afectará a los servicios públicos municipales y recordó que se han puesto en marcha un buen número de bonificaciones "para ayudar al tejido productivo y contribuir a crear empleo y aliviar la economía de los granadinos con menos ingresos como son los pensionistas".
En cuanto a las inversiones en barrios, el concejal presentó un listado con las peticiones que han realizado los distritos y aseguró que "se podrá dar respuesta a la mayoría de las solicitudes". Eso sí, el volumen de las actuaciones está muy lejos de las grandes obras que antaño cambiaban la fisonomía de la ciudad. Entre las actuaciones que se llevarán a cabo se encuentra la demolición de la tapia de los Mondragones para la apertura del Beiro, la remodelación de la Cuesta Caracas o la colocación de elementos biosaludables en la calle Jimena. En el Albaicín se seguirá con el desalojo de las cuevas de San Miguel, se mejorará el entorno del Carmen del Negro o se intervendrá en los miradores. En Ronda han solicitado el acotamiento de una zona canina en el parque Tico Medina o una instalación deportiva en la plaza de la Ilusión mientras que en el Centro las obras se centrarán en la calle Molinos, Ortiga, Tinajillas o la calle Honda del Realejo.
Y para resumir la nueva filosofía municipal Ledesma aportó otra frase resumen: "Se trata de gastar menos y mejor y hacer más con menos".
Antes de explicar todos estos cambios, y como viene siendo habitual cada vez que el Ayuntamiento habla de economía, Ledesma quiso hacer un somero repaso por el escenario nacional para contextualizar las penurias que viven estos años las administraciones locales y citó tres factores que están ahogando las economías locales: las competencias impropias, la crisis económica y la deficiente aplicación del modelo de financiación.
Granada ha pasado de recibir 62,3 millones en 2007 a 57 en 2012, a lo que hay que añadir un reintegro de las entregas a cuenta del ejercicio 2008 por un importe de 5,7 millones de euros. "Granada tendrá que devolver a las arcas del Estado 24,3 millones correspondientes a los ejercicios 2008 y 2009, lo que significa que tendremos casi 30 millones menos de ingresos respecto a 2007", apuntó.
El concejal de Economía, Francisco Ledesma, resumía ayer la situación con una frase en la que apoyar las duras medidas que acompañan al documento económico más importante del Ayuntamiento: "A grandes males, males soluciones". Y con esta reflexión anunció un cambio radical de la administración que supondrá "la gran transformación económica del Ayuntamiento desde el comienzo de la democracia".
Una transformación cuya filosofía no se basa más que en la austeridad, el control del gasto y el equilibrio presupuestario; tres pilares que parecen haberse convertido ahora en la Biblia de las finanzas pero que deberían haber sido inherentes a la gestión pública, no solo en época de crisis, sino durante todos estos años atrás.
Los recortes han sido de tal magnitud que han tocado a todas las áreas del presupuesto. Sólo unos cuantos ejemplos: los gastos de personal pasan de 88 a 86 millones; los gastos protocolarios se reducen en un 8,33%; las dietas y los gastos de viaje, un 20%; las publicaciones institucionales, un 10%; la aportación a grupos políticos, un 23%; el área de Cultura reduce su inversión un 18%; Urbanismo, un 67%; o Protección Ciudadana un 14,45%.
Sólo hay dos capítulos en los que aumenta la inversión y los ingresos y que dan una reveladora visión del escenario en el que se mueve Granada. En el primer caso, se trata de la aportación al área de Familia y Bienestar Social, cuyo presupuesto aumenta un 6,78%, con lo que recibirá 21 millones de euros. La cuantía de la ayuda a domicilio y de la dependencia se eleva a más de 14 millones de euros, suben un 13,18% las ayudas de emergencia para familias sin recursos y un 13,04%, las ayudas a personas sin hogar.
La segunda subida se produce en los ingresos previstos en el capítulo de bienes corrientes, que se incrementan en un 8,38%, y que supondrá que, por obra y gracia del IVA y el IPC, los ciudadanos tengan que pagar más impuestos.
Pese al oscuro panorama que se cierne sobre la economía de la capital, Francisco Ledesma quiso dejar claro ayer que el férreo ahorro que se impone en los próximos años no afectará a los servicios públicos municipales y recordó que se han puesto en marcha un buen número de bonificaciones "para ayudar al tejido productivo y contribuir a crear empleo y aliviar la economía de los granadinos con menos ingresos como son los pensionistas".
En cuanto a las inversiones en barrios, el concejal presentó un listado con las peticiones que han realizado los distritos y aseguró que "se podrá dar respuesta a la mayoría de las solicitudes". Eso sí, el volumen de las actuaciones está muy lejos de las grandes obras que antaño cambiaban la fisonomía de la ciudad. Entre las actuaciones que se llevarán a cabo se encuentra la demolición de la tapia de los Mondragones para la apertura del Beiro, la remodelación de la Cuesta Caracas o la colocación de elementos biosaludables en la calle Jimena. En el Albaicín se seguirá con el desalojo de las cuevas de San Miguel, se mejorará el entorno del Carmen del Negro o se intervendrá en los miradores. En Ronda han solicitado el acotamiento de una zona canina en el parque Tico Medina o una instalación deportiva en la plaza de la Ilusión mientras que en el Centro las obras se centrarán en la calle Molinos, Ortiga, Tinajillas o la calle Honda del Realejo.
Y para resumir la nueva filosofía municipal Ledesma aportó otra frase resumen: "Se trata de gastar menos y mejor y hacer más con menos".
Antes de explicar todos estos cambios, y como viene siendo habitual cada vez que el Ayuntamiento habla de economía, Ledesma quiso hacer un somero repaso por el escenario nacional para contextualizar las penurias que viven estos años las administraciones locales y citó tres factores que están ahogando las economías locales: las competencias impropias, la crisis económica y la deficiente aplicación del modelo de financiación.
Granada ha pasado de recibir 62,3 millones en 2007 a 57 en 2012, a lo que hay que añadir un reintegro de las entregas a cuenta del ejercicio 2008 por un importe de 5,7 millones de euros. "Granada tendrá que devolver a las arcas del Estado 24,3 millones correspondientes a los ejercicios 2008 y 2009, lo que significa que tendremos casi 30 millones menos de ingresos respecto a 2007", apuntó.
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