El índice es de 606,75 euros por habitante en impuestos municipales, una media que en el ámbito regional solamente supera la ciudad de Córdoba, donde se alcanzan los 611,25
E. ABUÍN GRANAda
En año electoral, como es el caso de este 2015, es habitual escuchar a los candidatos 'arrojarse' los unos a los otros el término presión fiscal para defender sus políticas. En definitiva este concepto viene a explicar cuáles son los impuestos a los que están sometidos los ciudadanos en relación al dinero que ganan. Es decir que viene a ser el vínculo entre los ingresos tributarios totales de un lugar en concreto, incluidas las cotizaciones a la seguridad social, y la renta del mismo. En este sentido hay que destacar que la provincia de Granada es una de las que menos 'estruja' a sus habitantes de toda Andalucía, ya que la media de la presión fiscal es de 447,36 euros por habitante. Solamente están por debajo de ella Jaén (419,94) y Sevilla (446,32 euros).
Estos datos se extraen del informe de Ingresos fiscales y presión fiscal por habitante elaborado por la plataforma Sielocal, encargada de ofrecer información económica del sector público municipal en pos de una sociedad más transparente. Pero si dicho estudio indica que la provincia de Granada es una de las que menos presión fiscal tiene de Andalucía, en el caso de la capital es todo lo contrario. La ciudad de la Alhambra es la que tiene una presión fiscal más elevada de Andalucía (606,75 euros por habitante), solamente superada por la ciudad de la Mezquita, Córdoba, cuya cifra se eleva a los 611,25 euros. Muy por debajo de Granada está por ejemplo la capital andaluza, Sevilla, cuya media según el informe de Sielocal es de 547,74 euros por habitante.
Pero si el Ayuntamiento de Granada 'asfixia' con impuestos a sus ciudadanos, lo cierto es que no es la tónica en toda la provincia, salvo en los municipios que están condicionados por tener en sus dominios un BICE ( Bienes Inmuebles de Características Especiales (BICE) como es el caso de Monachil con Sierra Nevada o Aldeire con la planta solar Andasol. Y es que quitando ciertas excepciones, la mayoría de los ayuntamientos granadinos aprietan poco a sus habitantes con presiones fiscales muy rebajadas.
Hasta el punto de que Granada es la novena provincia española con un índice más bajo de presión fiscal. Es este ránking nacional llaman la atención cifras como la de Galicia, donde las cuatro provincias comparten unos índices bajísimos de presión fiscal. Todo lo contrario que comunidades como Cataluña o Madrid, ya que allí la mayoria de los municipios sí abusan de los impuestos y ofrecen menos rebajas fiscales a sus vecinos.
Dichos impuestos son los tipos impositivos de sus figuras tributarias que cada ayuntamiento, dentro de su capacidad y autonomía financiera, está obligado a aprobar. Es a partir de entonces, cuando se calcula la presión fiscal por la diferencia entre los tipos aprobados por cada entidad y los tipos máximos que podría aplicar si utilizara la capacidad total que la ley le permite.
De esta manera, el índice de presión fiscal valora el esfuerzo impositivo realizado por cada habitante en el pago de sus impuestos municipales. Aquí entraría el promedio que cada habitante paga para hacer frente a los impuestos de su ayuntamiento a partir de calcular los pagos del IBI, el IAE, los vehículos, las construcciones y algunos más como el del agua o las basuras, entre otros.
Estos datos se extraen del informe de Ingresos fiscales y presión fiscal por habitante elaborado por la plataforma Sielocal, encargada de ofrecer información económica del sector público municipal en pos de una sociedad más transparente. Pero si dicho estudio indica que la provincia de Granada es una de las que menos presión fiscal tiene de Andalucía, en el caso de la capital es todo lo contrario. La ciudad de la Alhambra es la que tiene una presión fiscal más elevada de Andalucía (606,75 euros por habitante), solamente superada por la ciudad de la Mezquita, Córdoba, cuya cifra se eleva a los 611,25 euros. Muy por debajo de Granada está por ejemplo la capital andaluza, Sevilla, cuya media según el informe de Sielocal es de 547,74 euros por habitante.
Pero si el Ayuntamiento de Granada 'asfixia' con impuestos a sus ciudadanos, lo cierto es que no es la tónica en toda la provincia, salvo en los municipios que están condicionados por tener en sus dominios un BICE ( Bienes Inmuebles de Características Especiales (BICE) como es el caso de Monachil con Sierra Nevada o Aldeire con la planta solar Andasol. Y es que quitando ciertas excepciones, la mayoría de los ayuntamientos granadinos aprietan poco a sus habitantes con presiones fiscales muy rebajadas.
Hasta el punto de que Granada es la novena provincia española con un índice más bajo de presión fiscal. Es este ránking nacional llaman la atención cifras como la de Galicia, donde las cuatro provincias comparten unos índices bajísimos de presión fiscal. Todo lo contrario que comunidades como Cataluña o Madrid, ya que allí la mayoria de los municipios sí abusan de los impuestos y ofrecen menos rebajas fiscales a sus vecinos.
Dichos impuestos son los tipos impositivos de sus figuras tributarias que cada ayuntamiento, dentro de su capacidad y autonomía financiera, está obligado a aprobar. Es a partir de entonces, cuando se calcula la presión fiscal por la diferencia entre los tipos aprobados por cada entidad y los tipos máximos que podría aplicar si utilizara la capacidad total que la ley le permite.
De esta manera, el índice de presión fiscal valora el esfuerzo impositivo realizado por cada habitante en el pago de sus impuestos municipales. Aquí entraría el promedio que cada habitante paga para hacer frente a los impuestos de su ayuntamiento a partir de calcular los pagos del IBI, el IAE, los vehículos, las construcciones y algunos más como el del agua o las basuras, entre otros.
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