(La Voz / Raimundo Viñuelas).
¿Cuáles son las enfermedades infecciosas respiratorias en niños que hay que prevenir en esta época?
–Las enfermedades infecciosas respiratorias en niños que hay que prevenir en esta época son el resfrío común, la gripe, la neumonía, la tos convulsa y, muy importante en los lactantes por su gravedad: la bronquiolitis.
–¿Cómo se previenen?
–Por ser enfermedades contagiosas, y teniendo en cuenta que el contagio es a través de nuestras manos y de las gotitas que eliminamos al toser o estornudar, es muy importante:
–Lavarse las manos con agua y jabón.
–Usar alcohol en gel.
–Mantener al niño alejado de personas que tengan resfrío y presenten fiebre. También evitar el contacto con objetos contaminados, como juguetes.
–No llevar a los niños a lugares cerrados con mucha gente.
–Ventilar los ambientes.
–En caso de que el niño concurra a la guardería y presente enfermedades infecciosas respiratorias, no deberá asistir mientras dure la enfermedad.
–Evitar el humo, en especial el de tabaco, que aumenta la posibilidad de enfermar.
–Estimular la lactancia materna.
–Limpiar las superficies que se tocan con frecuencia.
–Tener el calendario de vacunación completo.
Las medidas específicas son las siguientes:
–Aplicar la vacuna antigripal a niños de entre 6 y 24 meses y a mayores de 2 años con factores de riesgo (patologías crónicas, cardiópatas, renales, diabéticos, etcétera). Deben recibirla anualmente. La vacuna no solo evita la gripe, sino también las complicaciones bacterianas, como la neumonía.
–Aplicar las vacuna antineumococica y para tos convulsa, para haemophilus influenza b.
Estas inmunizaciones se efectúan de acuerdo con las recomendaciones del Calendario Nacional de Vacunación y la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP). Tenga en cuenta que siempre el mejor tratamiento es la prevención. Mantenga a su niño alimentado a pecho, en un ambiente saludable, libre de humo y con sus vacunas al día.
Llevar siempre el carné de vacunas y consultar al pediatra ante cualquier duda.
–¿Cuáles son los síntomas?
Los siguientes: tos, catarro; mucosidad nasal; dificultad para alimentarse o para conciliar el sueño, presentar fiebre con temperatura igual o mayor a 38ºC y exhibir decaimiento o irritabilidad.
Cuando no sólo están comprometidas las vías aéreas superiores, sino también los pulmones, el niño puede presentar: la piel azulada o muy pálida, la respiración rápida y con tos en aumento y hundimiento de las costillas al respirar. Además, el niño se agita fácilmente y tiene la respiración ruidosa, con silbidos.
Cuánto más pequeño es el niño, más importante pueden ser los síntomas.
–¿Qué se debe hacer ante los síntomas?
–Lo primero es consultar de inmediato al médico, quien evaluará al niño y decidirá si puede seguir sus controles en el domicilio o si necesita internarse.
Se pueden dar los siguientes consejos: mantener al niño bien hidratado; ponerlo en posición semisentada; limpiarle las secreciones de la nariz, para que las fosas nasales estén siempre permeables; bajarle la temperatura con antitérmicos (paracetamol, ibuprofeno) y darle antibióticos solo cuando el pediatra lo indique.
–¿Hay niños que tienen riesgo aumentado?
–La mayoría de los niños evolucionan favorablemente y no requieren internación. Algunos pueden tener mayor riesgo y necesitar ser ingresados a un centro de salud. Generalmente, los menores de 3 meses, los prematuros, los que presentan cardiopatías congénitas, enfermedades pulmonares o neuromusculares crónicas, y los niños que viven en ambientes contaminados (especialmente con humo de cigarrillo) o en condiciones de hacinamiento.
Perfil
Miriam Calvari es jefa del Servicio de Infectología del Hospital Pediátrico del Niño Jesús. También es secretaria del Comité de Infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) Córdoba. Asimismo, es miembro del Comité Nacional de Infectología de la SAP.
* Jefa del Servicio de Infectología del Hospital Pediátrico del Niño Jesús.
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