Asegura que la cultura es cuestión de paciencia, tiempo, lentitud y que nunca pensó que recibiría el Premio García Lorca de Poesía. Destaca la defensa del poeta de los marginados.
B. GALLEGO-COÍN GRANADA
"La palabra no es el sitio del resplandor, pero insistimos, insistimos, nadie sabe por qué", dice uno de los poemas de Rafael Cadenas perteneciente a Memorial (1977). Quizás ese relativizar la importancia de la palabra es lo que impide al actual Premio Federico García Lorca de Poesía, Rafael Cadenas, facilitar la labor de la prensa concediendo entrevistas.
Con cualquier excusa desaparece ante la vista de un micro, de una grabadora, incluso asegura que se le resiste el correo electrónico. "Es mi esposa la que se ocupa", contesta con aire ausente. Otro de sus poemas reza: "La cultura es cosa de tiempo, paciencia, lentitud. En este terreno se estrellan las velocidades modernas" (En torno al lenguaje , 1984).
Pero la tranquilidad es prácticamente imposible en un evento de las características del Festival Internacional de Poesía de Granada donde, con excelente criterio las actividades se suceden. Conferencias, talleres literarios, proyecciones, conferencias, encuentros con los más jóvenes...
En el bullicio propio de un Festival de Poesía, da la impresión de que Cadenas quiere pasar desapercibido. Baja tarde a comer, se sienta en una mesita solitaria con su esposa, habla poco, sube cuanto antes a su habitación. Asegura discretamente que está contento de ser el actual Premio García Lorca de Poesía. "Muy contento, claro que sí, la verdad es que nunca pensé que me sería otorgado", confiesa.
A pesar de su humildad, en su país Venezuela lo consideran uno de los grandes autores contemporáneos. El poeta colombiano Darío Jaramillo Agudelo lo denomina un "clásico vivo".
Es la tercera vez que Rafael Cadenas visita Granada. "La primera fue con mi esposa como viajeros que recorríamos España, la segunda por invitación para leer en la Huerta de San Vicente junto con Piedad Bonet, poeta admirable, y la tercera es ésta con motivo del premio, cuando tendré varias actividades que se pueden consultar en el programa".
Sus impresiones sobre Federico García Lorca las guarda para su discurso del jueves, en esta entrevista se limita a decir que Lorca lo ha marcado mucho y que su nombre significa "sobre todo libertad, por eso fue víctima de la barbarie. Su defensa de los sectores marginados de esta sociedad revela cuán lejos estaba de lo convencional. Sobre él y su generación hablaré, pues fueron muy importantes en mi trayectoria. Tengo un sentimiento de gratitud hacia él y sus compañeros".
Rafael Cadenas nace un día de abril de 1930 en Barquisimeto, ciudad antiguamente llamada Nueva Segovia. "Cerca de ella terminan o comienzan Los Andes, según se mire", comenta. Sus libros de poesía -Una isla, Los cuadernos del destierro, Falsas maniobras, Memorial, Intemperie, Gestiones y Amante-, así como los de prosa -Realidad y Literatura, En torno al lenguaje, Anotaciones, Dichos, Apuntes sobre San Juan de la Cruz- están recogidos y publicados por el Fondo de Cultura Económica (México) y luego en las Editoriales españolas Pretextos y Visor.
Hay traducciones de sus poemas al francés, italiano e inglés y, gracias a invitaciones, ha hecho lecturas en Estados Unidos, España, Portugal, Italia, Francia, Inglaterra, Austria, Alemania, México, Santo Domingo, Costa Rica, Colombia y Argentina.
Profesor jubilado de la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela, en política le preocupan los nacionalismos, las dictaduras de cualquier signo y las ideologías.
Está en contra de la capacidad de destrucción humana y de "las desmesuras del ego". Defiende la democracia, la pluralidad, la convivencia, "factores civilizatorios imprescindibles".
En lo que respecta a la actual situación de su país la considera "muy seria porque el régimen es la negación inmodificable de la democracia", subraya.
Quizás el vivir en un lugar opuesto a su mentalidad lo ha hecho encerrarse en sí mismo, apostar por el silencio, poner barreras a los medios de comunicación y centrarse en la escritura.
En materia de poesía entiende a quienes defienden que sea comprometida con los problemas de la humanidad, pasados presentes o futuros y a quienes apuestan por la poesía como arte puro . "Hay quienes sostienen el compromiso, otros defienden el arte puro, pero yo considero que al poeta le toca tener una posición frente a ellos como hombre, como ciudadano, como miembro de la especie".
Para Rafael Cadenas la poesía es un sentimiento y una actitud que le ha acompañado toda la vida. "Como esencia la poesía ha estado conmigo todo el tiempo, eso se da en el vivir; de la poesía como escritura, la llamada es menos frecuente. La puede suscitar una lectura, un encuentro, una situación. Son muchos los motivos, no podrían enumerarse".
En la poesía y en la vida a Rafael Cadenas le importa la veracidad. "Porque la veracidad implica una correspondencia de las palabras con lo que se siente y requiere vigilancia", comenta. Esta idea la expresa muy bien en su poema Ars poética, de su libro Memorial del año 1977.
Por supuesto, le asombra "el misterio inexpugnable de la realidad". Tiene mucho interés en la filosofía, en el estudio de la psique y, durante muchos años, en concepciones como el Zen, el taoísmo, el hinduismo y algunos místicos occidentales.
Los temas recurrentes en su obra "tienen que ver con la atención, con el presente, con la conciencia, pero estos aparecen después del libro Falsas maniobras. Antes predominó la evocación de un pasado", asegura. A los jóvenes estudiantes, y muy especialmente a quienes les gusta escribir les recomienda "que lean toda la poesía moderna que puedan, así escogerán a los poetas que más les interesen. Después encontrarán su propia manera de decir".
A pesar de su apariencia distante, asegura que no es necesaria la tranquilidad para crear. "Mucha poesía nace del conflicto", dice. "Sin embargo, la tranquilidad sí es necesaria en el vivir -añade- aunque no debe entenderse como indiferencia".
Sus métodos de escritura son tradicionales. "Escribo a mano y con una máquina de escribir que me ha acompañado siempre", apunta. Con ella ha creado obras premiadas. Entre los galardones recibidos por Rafael Cadenas destacan el Premio Nacional de Ensayo (1984), el Premio Nacional de Literatura (1985), el San Juan de la Cruz y el Premio Internacional de Poesía J. A. Pérez Bonalde (1992), así como una beca de la Fundación Guggenheim (1986). También le ha sido otorgado en México el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, antes llamado Juan Rulfo. El Federico García Lorca le llega de manera inesperada, pero feliz.
Con cualquier excusa desaparece ante la vista de un micro, de una grabadora, incluso asegura que se le resiste el correo electrónico. "Es mi esposa la que se ocupa", contesta con aire ausente. Otro de sus poemas reza: "La cultura es cosa de tiempo, paciencia, lentitud. En este terreno se estrellan las velocidades modernas" (En torno al lenguaje , 1984).
Pero la tranquilidad es prácticamente imposible en un evento de las características del Festival Internacional de Poesía de Granada donde, con excelente criterio las actividades se suceden. Conferencias, talleres literarios, proyecciones, conferencias, encuentros con los más jóvenes...
En el bullicio propio de un Festival de Poesía, da la impresión de que Cadenas quiere pasar desapercibido. Baja tarde a comer, se sienta en una mesita solitaria con su esposa, habla poco, sube cuanto antes a su habitación. Asegura discretamente que está contento de ser el actual Premio García Lorca de Poesía. "Muy contento, claro que sí, la verdad es que nunca pensé que me sería otorgado", confiesa.
A pesar de su humildad, en su país Venezuela lo consideran uno de los grandes autores contemporáneos. El poeta colombiano Darío Jaramillo Agudelo lo denomina un "clásico vivo".
Es la tercera vez que Rafael Cadenas visita Granada. "La primera fue con mi esposa como viajeros que recorríamos España, la segunda por invitación para leer en la Huerta de San Vicente junto con Piedad Bonet, poeta admirable, y la tercera es ésta con motivo del premio, cuando tendré varias actividades que se pueden consultar en el programa".
Sus impresiones sobre Federico García Lorca las guarda para su discurso del jueves, en esta entrevista se limita a decir que Lorca lo ha marcado mucho y que su nombre significa "sobre todo libertad, por eso fue víctima de la barbarie. Su defensa de los sectores marginados de esta sociedad revela cuán lejos estaba de lo convencional. Sobre él y su generación hablaré, pues fueron muy importantes en mi trayectoria. Tengo un sentimiento de gratitud hacia él y sus compañeros".
Rafael Cadenas nace un día de abril de 1930 en Barquisimeto, ciudad antiguamente llamada Nueva Segovia. "Cerca de ella terminan o comienzan Los Andes, según se mire", comenta. Sus libros de poesía -Una isla, Los cuadernos del destierro, Falsas maniobras, Memorial, Intemperie, Gestiones y Amante-, así como los de prosa -Realidad y Literatura, En torno al lenguaje, Anotaciones, Dichos, Apuntes sobre San Juan de la Cruz- están recogidos y publicados por el Fondo de Cultura Económica (México) y luego en las Editoriales españolas Pretextos y Visor.
Hay traducciones de sus poemas al francés, italiano e inglés y, gracias a invitaciones, ha hecho lecturas en Estados Unidos, España, Portugal, Italia, Francia, Inglaterra, Austria, Alemania, México, Santo Domingo, Costa Rica, Colombia y Argentina.
Profesor jubilado de la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela, en política le preocupan los nacionalismos, las dictaduras de cualquier signo y las ideologías.
Está en contra de la capacidad de destrucción humana y de "las desmesuras del ego". Defiende la democracia, la pluralidad, la convivencia, "factores civilizatorios imprescindibles".
En lo que respecta a la actual situación de su país la considera "muy seria porque el régimen es la negación inmodificable de la democracia", subraya.
Quizás el vivir en un lugar opuesto a su mentalidad lo ha hecho encerrarse en sí mismo, apostar por el silencio, poner barreras a los medios de comunicación y centrarse en la escritura.
En materia de poesía entiende a quienes defienden que sea comprometida con los problemas de la humanidad, pasados presentes o futuros y a quienes apuestan por la poesía como arte puro . "Hay quienes sostienen el compromiso, otros defienden el arte puro, pero yo considero que al poeta le toca tener una posición frente a ellos como hombre, como ciudadano, como miembro de la especie".
Para Rafael Cadenas la poesía es un sentimiento y una actitud que le ha acompañado toda la vida. "Como esencia la poesía ha estado conmigo todo el tiempo, eso se da en el vivir; de la poesía como escritura, la llamada es menos frecuente. La puede suscitar una lectura, un encuentro, una situación. Son muchos los motivos, no podrían enumerarse".
En la poesía y en la vida a Rafael Cadenas le importa la veracidad. "Porque la veracidad implica una correspondencia de las palabras con lo que se siente y requiere vigilancia", comenta. Esta idea la expresa muy bien en su poema Ars poética, de su libro Memorial del año 1977.
Por supuesto, le asombra "el misterio inexpugnable de la realidad". Tiene mucho interés en la filosofía, en el estudio de la psique y, durante muchos años, en concepciones como el Zen, el taoísmo, el hinduismo y algunos místicos occidentales.
Los temas recurrentes en su obra "tienen que ver con la atención, con el presente, con la conciencia, pero estos aparecen después del libro Falsas maniobras. Antes predominó la evocación de un pasado", asegura. A los jóvenes estudiantes, y muy especialmente a quienes les gusta escribir les recomienda "que lean toda la poesía moderna que puedan, así escogerán a los poetas que más les interesen. Después encontrarán su propia manera de decir".
A pesar de su apariencia distante, asegura que no es necesaria la tranquilidad para crear. "Mucha poesía nace del conflicto", dice. "Sin embargo, la tranquilidad sí es necesaria en el vivir -añade- aunque no debe entenderse como indiferencia".
Sus métodos de escritura son tradicionales. "Escribo a mano y con una máquina de escribir que me ha acompañado siempre", apunta. Con ella ha creado obras premiadas. Entre los galardones recibidos por Rafael Cadenas destacan el Premio Nacional de Ensayo (1984), el Premio Nacional de Literatura (1985), el San Juan de la Cruz y el Premio Internacional de Poesía J. A. Pérez Bonalde (1992), así como una beca de la Fundación Guggenheim (1986). También le ha sido otorgado en México el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, antes llamado Juan Rulfo. El Federico García Lorca le llega de manera inesperada, pero feliz.
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