Este estudio "abre las puertas al desarrollo de mejores analgésicos para la artritis".
Las neuronas que median en dolor articular son diferentes de las que median el dolor cutáneo, es decir, el dolor en la piel. Así lo han ratificado investigadores de la Universidad de Granada (UGR), encargados de liderar un novedoso estudio en ratones con artritis que ha supuesto abrir "las puertas al desarrollo de mejores analgésicos para tratar el dolor articular".
Las alteraciones funcionales que presentan los pacientes con artritis afectan a su calidad de vida, dificultando tareas cotidianas como abrir un frasco, coger una taza o el cepillo de dientes, leer el periódico o cortar un trozo de pan con un cuchillo.
Esta disminución en la función física se puede cuantificar en las consultas de reumatología mediante la medición de la fuerza de agarre del miembro afectado. La disminución en la fuerza de agarre guarda una proporción directa tanto con la progresión de la enfermedad como con el dolor que sufre el paciente, ya que ambos están íntimamente relacionados, según informa en una nota la UGR.
Este estudio está liderado por científicos de la Universidad de Granada, junto con la empresa farmacéutica Esteve y el Instituto Teófilo Hernando de I+D del Medicamento y ha sido posible gracias al Programa de Reincorporación de Doctores del Vicerrectorado de Investigación y Transferencia de la UGR.
En él se demuestra que la fuerza de agarre puede ser utilizada en ratones con artritis para la evaluación de analgésicos, y que las neuronas sensoriales que median este tipo de dolor son diferentes de las que median el dolor cutáneo, por lo que los fármacos que producen analgesia en el dolor cutáneo no necesariamente lo han de producir en el dolor articular.
"Profundizar en este tipo de estudios podría dar lugar al desarrollo de analgésicos mejores, dirigidos específicamente a aliviar el dolor articular", afirmó el director de este trabajo, el investigador del departamento de Farmacología e Instituto de Neurociencias de la Universidad de Granada Enrique J. Cobos del Moral.
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