Actividades para pacientes en una Unidad de Rehabilitación de Salud Mental.
En la década de los setenta pasado tuvo lugar en diferentes países procesos denominados "reforma psiquiátrica" o "desinstitucionalización" que supusieron el paso de la gran mayoría de los internos de los grandes hospitales psiquiátricos a la comunidad. Muchos estudios han demostrado que este proceso no estuvo bien hecho. De entrada, un ámbito tan complejo como el de la salud mental no se puede instrumentalizar en corrientes que medicalizan la atención sanitaria al mismo nivel que otras especialidades. Además, algunas revisiones a nivel europeo habían demostrado que la falta de recursos a la hora de desmantelar manicomios para reforzar unidades de salud mental hospitalarias hizo que muchos pacientes no estuvieran bien cubiertos ni por lo social ni por lo sanitario y, fruto de acciones ligadas a sus delirios o problemas psiquiátricos, pasaron directamente a la cárcel.
Esto ha provocado desigualdades y incluso algunas recomendación de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, referida a la psiquiatría y a los derechos humanos. Un grupo de expertos ha publicado un trabajo en la Revista Española de Salud Pública en el que realiza una revisión de estos 30 años de reformas y se cuestiona si se ha producido un paso real desde el hospital psiquiátrico a la participación y desarrollo de una vida en comunidad ajustada a las diferentes etapas del ciclo vital.
En su opinión, en estos años, la implantación de los Centros de Salud Mental y la creación de una red de recursos sociosanitarios sectorizada, han supuesto un gran avance en la calidad de vida de estas personas. "Ese progreso debe continuar con el objetivo de favorecer un más pleno desempeño de los diferentes roles de su vida global como ciudadanos". En la misma línea, mejorar la salud física del paciente, favorecer su empoderamiento y evitar la iatrogenia del sistema son claves."Es real que muchos pacientes viven en la comunidad con su familia, generalmente con sus padres, pero también lo es que en algunos casos lo hacen con grandes dificultades. No es menos cierto además que otros pacientes no cuentan con estos apoyos, y que con el paso de los años incluso quienes han convivido con sus progenitores se enfrentan al envejecimiento y fallecimiento de los mismos. Es ahí donde más se pone de manifiesto la importante escasez de recursos para vivir fuera del hogar familiar y la situación de desprotección de muchos pacientes", explica el estudio realizado por Agustín Madoz-Gúrpide, del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid; Juan Carlos Ballesteros, del Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria; Mónica Leira, de la Universidad de Alcalá de Henares y Ernesto García, del Centro de Salud Mental Arganda del Rey.
Por ello, los expertos apuestan por una revisión de los recursos sanitarios y sociales, un mayor protagonismo de los usuarios con trastornos mentales graves en la configuración de los programas de continuidad de cuidados y avanzar desde lo multiprofesional hacia lo interdisciplinar, así como basarse en una aproximación integral, con el fin de no descuidar la globalidad individual del paciente. Entendemos que estos pasos facilitarán la recuperación del sujeto con trastorno mental grave.
Como propuesta, los autores de este estudio plantean el desarrollo de un programa de atención que incluyera a Servicios Sociales, Atención Primaria y Salud Mental.
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