Siempre me gustó “Nana”, de Manuel de Falla, que es la quinta canción de la serie de canciones españolas. Elegir una es una tarea difícil, porque nunca hay una sola canción. Pero a veces llegan estos momentos donde tenés que elegir una sola y no tiene que ver con las que más te guste de manera continua, sino la que en ese momento te resuena.
Manuel de Falla ha dicho sobre esta obra que es la canción que le cantaba su madre para que se durmiera. Es una canción andaluza, muy tierna y a la vez muy triste. Siempre fui muy sensible a la obra de este compositor granadino, incluso antes de conocer España, lugar en donde luego viví. Su música me emociona profundamente en especial la de este período, comienzos del siglo XX, con esta sonoridad que algunos se han encaprichado en llamar impresionista, pero el impresionismo de este movimiento pictórico con una opinión musical visto desde España, más específicamente desde Andalucía.
Con un fino concepto compositivo y de orquestación donde su obra pinta los colores de esa región, centrándose en Granada. Con esos atardeceres vistos desde el albaicín con esa herencia árabe y mora que todavía pregna la ciudad de manera central, tanto que parece que uno entrara en un mundo de ensueños. Ese río largo que circula a los pies de La Alhambra, un edificio maravilloso, y el albaicín como el lugar donde uno puede ir a vincularse con la Granada anterior a la expulsión de los moros, con la Granada de Boadil, con la Granada de tanta historia vinculada a ese pasado moro.
De hecho fue el primer lugar que yo llegué a España. Luego estuve en Sevilla en la Expo 92. Después fui a estudiar y a vivir a Barcelona. Pero ese primer lugar de encuentro con la cultura española fue Granada. Y no fue solamente atravesar el océano sino que fue atravesar algo mucho más inmenso para mí. Y ahí me encontré con las tierras de de Falla, con las tierras de Lorca, con el escenario donde estas músicas y estas poesías y tantas otras cosas se pensaron. La “Nana” es una de las más emotivas de las siete canciones y en su versión original para piano y voz, se puede entender la escritura pianística como un acunar a ese niño que pretenden dormir. La relación entre las dinámicas muy piano conviven en el terreno de lo suave y de lo sutil, de la no perturbación, infundiendo calma a ese niño para que se duerma e intentando que la tensión del mundo no lo alance. Y que lo último que escuche sea la voz de su madre induciendo al sueño con un texto muy sencillo, cargándolo de melismas y prolongaciones de algunas vocales para que la línea melódica fuera aún más expresiva, más sensible, que acune aún más. A mí me emociona profundamente, en su versión de voz y piano. También hay versiones reemplazando el piano por la guitarra que le otorga una sonoridad mucho más gitana o flamenca. La relación entre la obra de de Falla y la guitarra es muy cercana y es un instrumento que de Falla lo fantesea todo el tiempo, aún cuando no esté escribiendo para él. Como en la introducción de “El amor brujo”, una situación orquestal que sin embargo nos resuena como una guitarra gigante.
No es casual que este compositor, uno de los que más me emocionan esté vinculado a otro compositor que me gusta muchísimo, Luciano Berio quien realizó una versión orquestal de estas siete canciones.
Es un mundo que disfruto y pienso. Pienso su trabajo en relación con el mundo francés de principios de siglo, con los ballet rusos, el encuentro en París entre Don Manuel de Falla, Stravinsky y Picasso. Realmente debe haber sido o yo lo fantaseo como una auténtica fiesta o una explosión creadora muy potente. Ver el mundo a través de los ojos de esta gente es importante ya que te cambia la cotidianidad, te modifica la realidad. Cuando llegué a Granada yo pensaba que en estos paisajes vivía esta gente. No nos olvidemos que Picasso era malagueño. Evidentemente el tema de los colores que se veían en esos paisajes eran muy importantes y su sensibilidad les pedía la vinculación con el tratamiento del color, aún en la música donde podemos hablar de colores en relación a la subjetividad donde uno puede armar un diagrama y poder llegar al texto, poder leer el texto musical pensando en estos colores.
En algún documental pude ver a de Falla tocando La historia de un soldado de Stravinsky donde él dirigía un pequeño ensamble y la obra se representaba con títeres. Me gustó esa posibilidad al punto de que busqué emularla en la voz de Lucía Maranca leyendo los textos de su hermano Aldo Maranca para Las aventuras de Pipo en el Centro de Experimentación del Teatro Colón, en julio de este año. No pudimos hacerla con los títeres, pero Miguel Galperín hizo una puesta maravillosa que complementó esta idea para un espectáculo infantil que por supuesto disfrutaban los adultos también, como me pasó con La historia del soldado dirigida y tocada por de Falla y su ensamble representada con los títeres.
Manuel de Falla terminó sus días en Argentina, viviendo entre nosotros. Se instaló en Altagracia, vecino de los Guevara. Un hombre que sale de su tierra, y cuando digo su tierra no me refiero a España sino a Granada, escapando de la guerra, dejando sus amigos, su círculo de relación. Este compositor es como una guía, si bien no es el único ya que he nombrado a varios en esta conversación, es una de las luces que brillan en mí.
Pablo Mainetti nació en 1971, y es bandoneonista y compositor. Tocó en las más importantes orquestas y ensambles de tango de Argentina: Leopoldo Federico, la Orquesta de Tango de la Ciudad de Bs. As., Carlos García, Sexteto Mayor, Atilio Stampone, Rodolfo Mederos, Orquesta Juan de Dios Filiberto entro otros. También acompañó a cantantes como Roberto Goyeneche, María Graña, Raúl Lavié, Rubén Juárez, Susana Rinaldi, Alba Solís, Amelita Baltar, Eladia Blazquez, Ute Lemper, Mercedes Sosa o Joan Manuel Serrat. Actualmente está al frente de su propia agrupación, Pablo Mainetti Quinteto y forma parte del Dúo Mainetti-Angeleri. Integra el Quinteto de la Fundación Astor Piazzolla y la Selección Nacional de Tango. Entre el 28 de septiembre y el 1° de octubre se presentará en el marco del festival Nuevo Baires Tango.
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