TRIBUNA ECONÓMICA
Una ley andaluza de los derechos y atención a las personas con discapacidad es una buena manera de mostrar un compromiso con las 720.000 personas reconocidas con un grado de discapacidad igual o mayor al 33 por ciento en Andalucía. La ley aprobada por el Parlamento avanza desde el ámbito de la atención médica a la integración social plena, lo que desde hace tiempo es la tendencia sobre discapacidades. Tal vez el trabajo más sensible en este sentido sea el de Unicef: "Informe mundial sobre la discapacidad", donde prácticamente nada se deja fuera: diversidad de discapacidades y medida de las mismas; condiciones de salud para cada tipo de discapacidad y rehabilitación; cómo afecta en distintas edades de la vida; servicios y asistencia; accesibilidad y barreras; vivienda; integración educativa; empleo y falsas creencias sobre las capacidades de los discapacitados. Y, por supuesto, medios económicos para llevar a cabo las acciones que se proponen.
Hay, sin embargo, un aspecto que no se destaca en la ley, ni tampoco en las críticas que se han hecho a la misma. En el prólogo al informe de la Unicef, el profesor Stephen Hawking dice que el apoyo público ha hecho posible que pudiera, pese a su enfermedad motriz neuronal, vivir con cierta independencia; pero no habría logrado ser una figura en el campo de la astrofísica teórica, sin los desarrollos tecnológicos en sintetizadores del habla aplicados a su discapacidad. Estas palabras de Hawking me recuerdan la actitud de mis amigos de la Organización Nacional de Ciegos, con los que tuve ocasión de trabajar muy estrechamente, y que dedicaban una atención especial a impulsar la aplicación de las tecnologías a la discapacidad.
Haber Girma, la primera mujer ciega y sorda graduada en la escuela de derecho de Harvard, da un paso más, y nos enseña que los discapacitados son personas que tienen que vencer muchas dificultades, y eso les obliga a ser creativos. Hoy las barreras a eliminar no son sólo físicas sino de información y comunicación, y la investigación aplicada a soluciones nace del propio impulso de los discapacitados. La lección de Haber Girma, que tuvo además la barrera de ser una mujer hija de inmigrantes de Eritrea en Estados Unidos, es rechazar que la discapacidad sea una carga social o laboral, poniendo de relieve su potencial creativo. Es el punto que Oliver Sacks mantenía en uno de sus libros -no recuerdo bien en cuál de ellos-, que contando con recursos, en un entorno social sensible, y según de qué discapacidad se tratara, había una creatividad a descubrir, que podía convertirse en algo muy positivo para las familias.
Hay una enorme tarea que hacer en el desarrollo reglamentario de nuestra ley. Problemas como el empleo de discapacitados forman parte del general de España, que al tener una de las tasas más bajas de empleo respecto a la población activa, hace que la tasa de discapacitados empleados sea también de las más bajas del mundo. Pero con todas las restricciones económicas y presupuestarias, si se lograra cambiar la actitud hacia las personas con discapacidad en nuestras empresas, podría convertirse en un potencial productivo e innovador insospechado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario