Estudiantes de la Facultad de Derecho han creado una asociación para que «nadie tenga que dejar sus estudios porque sus padres se queden en el paro»
A. G. PARRA | GRANADA
De izda. a dcha., María Palomar Cano, Rosa Otilia Abdon Martins, Abelardo Ortiz, Mari Cruz Peregrina Oliver y Piedad Castillo Olmedo. :: ALFREDO AGUILAR
Mes de septiembre. No había clases, pero sí había que hacer y abonar la matrícula en la Universidad de Granada (UGR). Un grupo de alumnas de la Facultad de Derecho, de primero aún aunque iban a pasar a segundo, se enteran de que una compañera de su clase va a tener que dejar su carrera universitaria porque no puede pagar la matrícula. Ella se ha quedado sin beca y sus padres están en el paro y no tienen dinero. El poco del que disponen es para la hipoteca para que no los echen a la calle. Había que hacer algo. Rosa Otilia Abdon, María Palomar, Mari Cruz Peregrina y Piedad Castillo, que conocen a esta estudiante y son compañeras de aula y amigas, no se podían quedar de brazos cruzados.
Sin beca -se la han quitado con los nuevos requisitos del Ministerio de Educación- y su familia en apuros, esta alumna -que no quiere que se conozca su nombre- debía dejar la carrera. Sus compañeras no lo iban a permitir. Hicieron una colecta, cerca de 800 euros, entre los compañeros de clase y juntaron el dinero para pagar el dinero a esta universitaria que ahora trabaja unas horas como relaciones públicas por la noche en un pub y por el día va a clase.
Crisis
Hay gente que no puede pagar una matrícula. Es la realidad. La crisis golpea fuerte. Este es un caso, pero hay más. Rosa Otilia, María, Mari Cruz y Piedad tienen sus propias historias. Ellas sí han pagado su matrícula y algunas cuentan ya con dos carreras y trabajan para poder pagar ahora sus estudios. Además, sacan tiempo de donde pueden para que la Asociación de Alumnos Sin Recursos Financieros de la UGR (Asir), que han puesto en marcha, ayude al mayor número de estudiantes.
«Nuestro objetivo es que ningún compañero universitario tengan que abandonar su carrera porque sus padres han perdido su trabajo, porque se han quedado sin beca del Ministerio de Educación, porque no encuentran trabajo para poder seguir pagando sus estudios.», destaca Rosa Otilia y María. Conocen más casos de compañeros que han tenido que volver a su casa porque no podían pagar su estancia en Granada. La primera a la que han ayudado es a su compañera de clase, pero esperan poder llegar a más estudiantes de Derecho y de cualquier alumno de la institución universitaria granadina, sea de la institución que sea. «Es muy desesperante y humillante que un alumno tenga que dejar de formarse porque con la crisis se hayan quedado sin posibilidades económicas», defienden.
Rosa Otilia, María, Mari Cruz y Piedad cuentan ya en la asociación con el respaldo de otras 66 personas más. Ellas están, junto al abogado Abelardo J. Ortiz, atando los últimos flecos de algunas de las acciones que van a desarrollar y cuestiones relacionadas con el ámbito jurídico.
Todo el que pueda colaborar lo puede hacer. Cuenta por el momento con el apoyo y dinero de estudiantes y también de profesores de la Facultad de Derecho. Van a sacar un libro con conceptos básicos de Derecho en el que colaborarán varios departamentos y el dinero que se consiga se destinará a pagar las matrículas. Será a través de préstamos solidarios -para los estudiantes- con compromiso de devolución. Hasta quince cuotas es lo que se ha hablado, pero se tienen que concretar algunas cuestiones. La matrícula que se pagó a su compañera en septiembre no fue como préstamo. No tendrá que devolver nada.
Por el momento Asir cuenta con socios fundadores, de número, colaboradores y de honor. Los segundos pagan una cuota de 60 euros al año y los terceros de 15 euros. Los de honor todo el dinero que puedan o quieran. Según avanzaron estas universitarias ya tienen el compromiso de algunas personas de asumir el coste de la matrícula íntegra de algún universitario si fuera necesario. Son o pueden ser gente, los que ayuden, tanto de la UGR como de fuera del ámbito universitario. «Las donaciones serán parte importante de nuestras fuente de ingreso», matizan.
La asociación va a organizar también conferencias, cursos y todo tipo de actividades que puedan para conseguir el mayor número de recursos. El día 20 Rosa Otilia, Piedad, María y Mari Cruz presentarán oficialmente la asociación en la Facultad de Derecho, lo harán en el paraninfo a las 10.00. El día 22 será por la tarde, a las cinco horas en el mismo lugar. Su intención es que les conozca el mayor número de universitarios y de granadinos. De alumnos que estén en apuros y que necesiten que alguien les eche una mano. «Por el momento se ayuda con las matrículas», concretan. En relación al pago de libros y material educativo, todo se andará. Un detalle, han hecho cuentas y dicen que «los libros, solo de este primer cuatrimestre nos cuestan 277 euros».
Marcharse
A estas cuatro jóvenes universitarias lo que les preocupa es que haya gente que se tenga que ir de la UGR acorralada por la crisis. Ellas tienen también su propia historia. Para Mari Cruz el grado de Derecho es su segunda carrera. Estudió Trabajo Social, tiene un máster y a la misma vez que cursa segundo de Derecho hace un módulo de lenguaje de signos y los fines de semana trabaja en la peluquería que ha montado junto a su hermana y otras socias. «Los jóvenes no somos todos 'ni-ni'. A mi familia también le cuesta y yo tengo que trabajar», lamenta Mari Cruz a la vez que se queja de que a la hora de estudiar y de querer seguir ampliando conocimientos «todo son trabas a la hora de pedir beca, por ejemplo. No tenemos derecho». En los dos últimos cursos, la Universidad granadina ha perdido, por la crisis y por otras variables, más de tres mil estudiantes.
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