La sala argumenta que no puede llevar a cabo las reformas que exige Armilla
ENRIQUE NOVI GRANADA
La mañana de ayer jueves el sector de la música en directo de Granada desayunó con el comunicado que había lanzado la noche anterior la sala Industrial Copera. En él la dirección informaba del cese definitivo de su actividad tras más de veintidós años de conciertos y sesiones, al menos en su actual emplazamiento. La decisión se toma después de haber agotado las vías de entendimiento con el Ayuntamiento de Armilla, a cuyo término municipal pertenece el terreno donde se ubica la sala. Esta solicitó el pasado 18 de junio la concesión de una licencia de obra menor, y desde entonces se ha mantenido a la espera de la decisión del área correspondiente del consistorio armillero, que durante ese tiempo la ha mantenido clausurada. Superados los meses de verano, época en que solía permanecer cerrada por vacaciones, la sala se vio obligada a suspender, posponer o cambiar se ubicación los eventos programados para este otoño, ante la prolongación de la situación se cierra.
Tras múltiples conversaciones, y siempre según la dirección de la sala, han sido tantas las trabas y tan excesivos los requerimientos exigidos para conceder la reapertura (en la práctica un nuevo diseño y construcción de su estructura, con modificaciones en cuanto a accesos, camerinos, escenario, taquilla, oficina, guardarropa, etc.) que la sala se ha visto abocada al cierre, aunque en el mismo comunicado expresan su intención de afrontar nuevos proyectos en el futuro.
Industrial Copera inició su andadura en 1991, cuando la explosión de la música dance y la cultura de club aún estaba por llegar. La sala se convirtió rápidamente en un referente de las tendencias más vanguardistas y fue pionera en Andalucía del boom de la electrónica y demás subgéneros de la música electrónica que invadirían la escena durante la segunda mitad de los noventa y los primeros años del S. XXI. Techno, house, drum&bass, breakbeat, electro y un sinfín de tendencias pudieron escucharse en Industrial Copera antes que en ninguna otra sala o discoteca de la ciudad. Durante veintidós años los dj's de mayor reputación a nivel mundial pasaron por su cabina haciendo sus noches memorables. Desde los artífices del techno de Detroit a los inventores del house de Chicago, los principales nombres de cada corriente formaron parte de su cartel. Más tarde, con la incorporación de la fugaz sala Nexus 23 al underground granadino, la ciudad vivió seguramente uno de sus más coloristas períodos. En esa época de esplendor, Industrial Copera se mantuvo como motor del ocio de una ciudad que se hizo famosa por su oferta nocturna. Igualmente por su escenario desfilaron los más importantes artistas del rock, el pop, el metal, el hip hop, el reggae y otros muchos estilos. El cierre de esta sala es el último síntoma de la decadencia a la que las malas decisiones, fundamentalmente políticas, han condenado a la escena de la ciudad que un día fue envidia de la región y más allá.
La dirección de Industrial Copera se despide lamentando no haber tenido la oportunidad de despedirse de su público como hubiera deseado y anunciando un regreso que aún no puede concretarse ni en tiempo ni en espacio. Seguirán informando a sus seguidores a través de su sitio web, que mantendrá activo, entre otras cosas, para reubicar algunos de los eventos que ya estaban programados, y agradece el apoyo y la confianza que durante más de veinte años le ha mostrado todos los profesionales del sector, de artistas a promotoras; de técnicos a proveedores; de agencias y productores a medios de comunicación que han venido haciéndose eco de sus actividades. Su último recuerdo es, lógicamente, para el personal de la sala y el más emocionado para el público que ha sustentado la sala todo este tiempo.
Tras múltiples conversaciones, y siempre según la dirección de la sala, han sido tantas las trabas y tan excesivos los requerimientos exigidos para conceder la reapertura (en la práctica un nuevo diseño y construcción de su estructura, con modificaciones en cuanto a accesos, camerinos, escenario, taquilla, oficina, guardarropa, etc.) que la sala se ha visto abocada al cierre, aunque en el mismo comunicado expresan su intención de afrontar nuevos proyectos en el futuro.
Industrial Copera inició su andadura en 1991, cuando la explosión de la música dance y la cultura de club aún estaba por llegar. La sala se convirtió rápidamente en un referente de las tendencias más vanguardistas y fue pionera en Andalucía del boom de la electrónica y demás subgéneros de la música electrónica que invadirían la escena durante la segunda mitad de los noventa y los primeros años del S. XXI. Techno, house, drum&bass, breakbeat, electro y un sinfín de tendencias pudieron escucharse en Industrial Copera antes que en ninguna otra sala o discoteca de la ciudad. Durante veintidós años los dj's de mayor reputación a nivel mundial pasaron por su cabina haciendo sus noches memorables. Desde los artífices del techno de Detroit a los inventores del house de Chicago, los principales nombres de cada corriente formaron parte de su cartel. Más tarde, con la incorporación de la fugaz sala Nexus 23 al underground granadino, la ciudad vivió seguramente uno de sus más coloristas períodos. En esa época de esplendor, Industrial Copera se mantuvo como motor del ocio de una ciudad que se hizo famosa por su oferta nocturna. Igualmente por su escenario desfilaron los más importantes artistas del rock, el pop, el metal, el hip hop, el reggae y otros muchos estilos. El cierre de esta sala es el último síntoma de la decadencia a la que las malas decisiones, fundamentalmente políticas, han condenado a la escena de la ciudad que un día fue envidia de la región y más allá.
La dirección de Industrial Copera se despide lamentando no haber tenido la oportunidad de despedirse de su público como hubiera deseado y anunciando un regreso que aún no puede concretarse ni en tiempo ni en espacio. Seguirán informando a sus seguidores a través de su sitio web, que mantendrá activo, entre otras cosas, para reubicar algunos de los eventos que ya estaban programados, y agradece el apoyo y la confianza que durante más de veinte años le ha mostrado todos los profesionales del sector, de artistas a promotoras; de técnicos a proveedores; de agencias y productores a medios de comunicación que han venido haciéndose eco de sus actividades. Su último recuerdo es, lógicamente, para el personal de la sala y el más emocionado para el público que ha sustentado la sala todo este tiempo.
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