Durante el último año se han creado 12.300 puestos de trabajo para titulados, mientras que se han destruido 66.000 entre los colectivos con menos formación académica
ENCARNA MALDONADO
Ocho de cada diez titulados universitarios tienen trabajo. A pesar de que el mercado laboral no logra remontar en Andalucía, las oportunidades que brinda un título son significativas. La población activa andaluza (3,4 millones) incluye a 1.139.300 personas con formación superior, de las que 902.300 estaban trabajando en diciembre de 2013. La tasa de paro entre los titulados (20%) está 16 puntos por debajo de la general (36%).
“La encuesta de población activa (EPA) corrobora que el empleo en el caso de los titulados está estabilizado”, subraya José Ignacio García-Pérez, director de la Cátedra BBVA de la Universidad Pablo de Olavide que cada trimestre analiza pormenorizadamente la evolución del mercado laboral. Este análisis, que únicamente tiene en cuenta a los universitarios y no a los titulados en formación profesional superior que la EPA incluye en el mismo epígrafe, pone de manifiesto que en el último año se han creado 12.336 puestos de trabajo para licenciados, arquitectos e ingenieros. En ese mismo periodo se han destruido 47.000 empleos destinados a quienes contaban únicamente con educación obligatoria o primaria y otros 19.000 de bachilleres.
“Desde agosto se está dinamizando el mercado de trabajo”, corrobora Rafael Peregrín, director técnico del Centro de Promoción y Empleo de la Universidad de Granada. “Las titulaciones demandadas son muchas y los sectores de actividad de las empresas que cursan las ofertas son también variados”. Peregrín subraya que piden titulados en gestión y administración de empresas y TIC, pero también “en Caminos, Óptica y Psicología”, entre otras. Es más, en el primer mes de 2014 este centro de la Universidad de Granada ha comenzado a recibir “más ofertas de trabajo” para sus egresados “que días hábiles, cosa que no sucedía desde hace bastante tiempo”.
En esta misma línea la Universidad de Málaga ha detectado que la destrucción de empleo para los nuevos egresados se ha detenido en el último año. El área de Cooperación y Promoción del Empleo cruza cada año los DNI de los titulados de la última promoción con los datos de la Seguridad Social para comprobar cuántos nuevos egresados han hallado empleo el año siguiente a finalizar los estudios. El último informe indica que el 45% de los nuevos titulados tiene contrato y alta en la Seguridad Social solo un año después de acabada la carrera.
La información que maneja Isabel Fernández Subires en el área de Cooperación y Promoción del Empleo de la Universidad de Málaga también pone de manifiesto que las ingenierías son en este momento las titulaciones que ofrecen mejores oportunidades al menos en esta universidad. Entre las 20 carreras con mejor tasa de inserción laboral figuran 12 carreras técnicas, la mayoría relacionadas con las áreas de la informática y las telecomunicaciones, mientras que las de los ámbitos sanitario y educativo experimentan los efectos de la suspensión del empleo público y de las restricciones impuestas a la contratación en ambos sectores.
Desde 2007, último ejercicio antes de que la deriva económica se torciera, la población ocupada con estudios ha retrocedido un 1,9%. Ahora hay 902.300 empleados en este colectivo y seis años antes eran 919.500. Es decir en este tiempo en Andalucía se han destruido 17.200 puestos de trabajo en este segmento. Esta cifra aunque sea significativa queda a años luz de los 89.200 empleos (-13,7%) destruidos entre quienes tienen solo bachillerato, o los 261.900 (-25%) de quienes únicamente cuentan con la ESO. El grupo más perjudicado, no obstante, es el que cursó estudios primarios. Ese colectivo ha perdido en los últimos seis años 310.900 puestos de trabajo (-51,2%).
La primera conclusión es que el empleo cualificado es más resistente a los embates de la crisis. La segunda es que la economía carece en este momento de empuje suficiente para crear nuevos puestos para los universitarios que cada año llegan al mercado de trabajo. Durante este tiempo la población activa con formación superior ha aumentado un 15,5%, al incorporarse 152.800 personas más. Es la que más ha crecido junto al grupo que cuenta con el bachillerato. Si en diciembre de 2013 había 1.139.300 personas en activo con formación superior, en 2007 no llegaban al millón de personas (986.500). Esa es la razón que explica que el paro haya aumentado aún cuando se hayan perdido pocos empleos. Desde 2007 la población activa con estudios de bachillerato ha aumentado en 117.000 personas. El grupo que únicamente estudió hasta la ESO aumentó un 11% (143.700) mientras que el colectivo que solo dispone de la formación primaria ha disminuido en 178.600 personas (-24%).
José Ignacio García-Pérez apunta otro dato significativo: la última EPA sugiere que el mercado laboral se está empezando a animar para los mejor preparados porque ya se encadenan dos trimestres consecutivos en los que se recupera el empleo para profesionales, personal cualificado del sector industrial y semicualificados de servicios.
Los datos son todavía débiles pero suficientes para empezar a considerar un cambio de tendencia. En diciembre había 392.293 profesionales ocupados en Andalucía, un 1% más que el año anterior pero un 16% más que antes de que empezara la crisis. La recuperación del trabajo cualificado en la industria es más reciente. Los 261.129 puestos actuales en este segmento suponen un crecimiento del 5% en el último año, aunque todavía no sean suficiente para enjugar la destrucción de empleos registrada desde 2007 en este colectivo. Finalmente, los semicualificados del sector servicios (666.250) han caído algo en el último año (-1%), pero desde diciembre de 2007 han experimentado un aumento del 30%.
Los últimos estudios elaborados por el Centro de Promoción de Empleo y Prácticas de la Universidad de Granada apuntan que siete de cada diez egresados con empleo ocupa un puesto de trabajo que está a la altura de su formación.También indica que Administración y Dirección de Empresas es la titulación más demandada entre las 500 que se tuvieron en cuenta en el informe de 2012 sobre Las demandas del mercado laboral a los titulados universitarios.
El análisis se pone de manifiesto que las empresas valoran en primer lugar la adecuación de la titulación al puesto de trabajo, seguido de la experiencia y de la formación complementaria. Entre las competencias más consideradas por los empresarios destacan la motivación, seguido de la capacidad para trabajar en equipo y resolver problemas. En el polo opuesto, las empresas señalan la capacidad para negociar y tomar decisiones como los principales déficits.
“La encuesta de población activa (EPA) corrobora que el empleo en el caso de los titulados está estabilizado”, subraya José Ignacio García-Pérez, director de la Cátedra BBVA de la Universidad Pablo de Olavide que cada trimestre analiza pormenorizadamente la evolución del mercado laboral. Este análisis, que únicamente tiene en cuenta a los universitarios y no a los titulados en formación profesional superior que la EPA incluye en el mismo epígrafe, pone de manifiesto que en el último año se han creado 12.336 puestos de trabajo para licenciados, arquitectos e ingenieros. En ese mismo periodo se han destruido 47.000 empleos destinados a quienes contaban únicamente con educación obligatoria o primaria y otros 19.000 de bachilleres.
“Desde agosto se está dinamizando el mercado de trabajo”, corrobora Rafael Peregrín, director técnico del Centro de Promoción y Empleo de la Universidad de Granada. “Las titulaciones demandadas son muchas y los sectores de actividad de las empresas que cursan las ofertas son también variados”. Peregrín subraya que piden titulados en gestión y administración de empresas y TIC, pero también “en Caminos, Óptica y Psicología”, entre otras. Es más, en el primer mes de 2014 este centro de la Universidad de Granada ha comenzado a recibir “más ofertas de trabajo” para sus egresados “que días hábiles, cosa que no sucedía desde hace bastante tiempo”.
En esta misma línea la Universidad de Málaga ha detectado que la destrucción de empleo para los nuevos egresados se ha detenido en el último año. El área de Cooperación y Promoción del Empleo cruza cada año los DNI de los titulados de la última promoción con los datos de la Seguridad Social para comprobar cuántos nuevos egresados han hallado empleo el año siguiente a finalizar los estudios. El último informe indica que el 45% de los nuevos titulados tiene contrato y alta en la Seguridad Social solo un año después de acabada la carrera.
La información que maneja Isabel Fernández Subires en el área de Cooperación y Promoción del Empleo de la Universidad de Málaga también pone de manifiesto que las ingenierías son en este momento las titulaciones que ofrecen mejores oportunidades al menos en esta universidad. Entre las 20 carreras con mejor tasa de inserción laboral figuran 12 carreras técnicas, la mayoría relacionadas con las áreas de la informática y las telecomunicaciones, mientras que las de los ámbitos sanitario y educativo experimentan los efectos de la suspensión del empleo público y de las restricciones impuestas a la contratación en ambos sectores.
Desde 2007, último ejercicio antes de que la deriva económica se torciera, la población ocupada con estudios ha retrocedido un 1,9%. Ahora hay 902.300 empleados en este colectivo y seis años antes eran 919.500. Es decir en este tiempo en Andalucía se han destruido 17.200 puestos de trabajo en este segmento. Esta cifra aunque sea significativa queda a años luz de los 89.200 empleos (-13,7%) destruidos entre quienes tienen solo bachillerato, o los 261.900 (-25%) de quienes únicamente cuentan con la ESO. El grupo más perjudicado, no obstante, es el que cursó estudios primarios. Ese colectivo ha perdido en los últimos seis años 310.900 puestos de trabajo (-51,2%).
La primera conclusión es que el empleo cualificado es más resistente a los embates de la crisis. La segunda es que la economía carece en este momento de empuje suficiente para crear nuevos puestos para los universitarios que cada año llegan al mercado de trabajo. Durante este tiempo la población activa con formación superior ha aumentado un 15,5%, al incorporarse 152.800 personas más. Es la que más ha crecido junto al grupo que cuenta con el bachillerato. Si en diciembre de 2013 había 1.139.300 personas en activo con formación superior, en 2007 no llegaban al millón de personas (986.500). Esa es la razón que explica que el paro haya aumentado aún cuando se hayan perdido pocos empleos. Desde 2007 la población activa con estudios de bachillerato ha aumentado en 117.000 personas. El grupo que únicamente estudió hasta la ESO aumentó un 11% (143.700) mientras que el colectivo que solo dispone de la formación primaria ha disminuido en 178.600 personas (-24%).
José Ignacio García-Pérez apunta otro dato significativo: la última EPA sugiere que el mercado laboral se está empezando a animar para los mejor preparados porque ya se encadenan dos trimestres consecutivos en los que se recupera el empleo para profesionales, personal cualificado del sector industrial y semicualificados de servicios.
Los datos son todavía débiles pero suficientes para empezar a considerar un cambio de tendencia. En diciembre había 392.293 profesionales ocupados en Andalucía, un 1% más que el año anterior pero un 16% más que antes de que empezara la crisis. La recuperación del trabajo cualificado en la industria es más reciente. Los 261.129 puestos actuales en este segmento suponen un crecimiento del 5% en el último año, aunque todavía no sean suficiente para enjugar la destrucción de empleos registrada desde 2007 en este colectivo. Finalmente, los semicualificados del sector servicios (666.250) han caído algo en el último año (-1%), pero desde diciembre de 2007 han experimentado un aumento del 30%.
Los últimos estudios elaborados por el Centro de Promoción de Empleo y Prácticas de la Universidad de Granada apuntan que siete de cada diez egresados con empleo ocupa un puesto de trabajo que está a la altura de su formación.También indica que Administración y Dirección de Empresas es la titulación más demandada entre las 500 que se tuvieron en cuenta en el informe de 2012 sobre Las demandas del mercado laboral a los titulados universitarios.
El análisis se pone de manifiesto que las empresas valoran en primer lugar la adecuación de la titulación al puesto de trabajo, seguido de la experiencia y de la formación complementaria. Entre las competencias más consideradas por los empresarios destacan la motivación, seguido de la capacidad para trabajar en equipo y resolver problemas. En el polo opuesto, las empresas señalan la capacidad para negociar y tomar decisiones como los principales déficits.
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