Los ciudadanos han envejecido y han ido descendiendo en número La provincia, por contra, ha ganado nuevos empadronamientos
S. VALLEJO - J. A. HIDALGO GRANADA 
La población de Granada capital ha experimentado un descenso considerable en las dos últimas décadas, sobre todo en cuanto a la población joven se refiere. Una consecuencia del descenso de la natalidad pero también de la salida de los jóvenes a otras comunidades o países en busca de una oportunidad laboral imposible de conseguir aquí.
En 1996, la capital contaba con 245.640 habitantes empadronados, mientras que en 2012 -últimas cifras actualizadas por el Instituto Nacional de Estadística para los datos del padrón por municipios- la cifra era de 239.017 habitantes. Una pérdida general de 6.623 personas.
Donde más se nota la pérdida es en la población joven. Así, en 1996 la cifra de jóvenes empadronados en la capital menores de 25 años era de 87.057 personas, dato que bajó en 2012 hasta los 59.216 habitantes de 0 a 24 años. Una reducción de 27.841 habitantes, un 32% menos según los datos del INE.
Analizando los datos por edad, en 1996 el grupo más numeroso de población era el tramo de 20 a 24 años, que contaba con 23.312 personas. Por contra, en 2012 el grupo más numeroso de población subió el rango de edad hasta los 30 y 34 años, que suponen 18.507 personas empadronadas en la capital.
Mientras la población joven baja, los habitantes de la capital con más de 75 años se multiplican a velocidad de vértigo, un envejecimiento de la población que sufren muchos barrios y zonas de la capital. Así, por ejemplo, si en 1996 la población de 75 a 84 años era de 10.975, en 2012 el mismo grupo de población lo sumaban 17.417 personas, 6.442 más, lo que refleja esa tendencia al envejecimiento de la población de la capital.
Esta situación puede afectar de lleno al desarrollo social y económico de la ciudad a corto y medio plazo ya que supone un incremento en los costes sociales, un aumento de las necesidades de plazas asistenciales, especialmente las públicas, atendiendo a la situación económica actual. Además, este colectivo es el que menos gasta, lo que incide en el comercio. Y si hasta ahora las pensiones suponían una garantía, el recorte de las mismas y la dependencia en muchos hogares de este dinero para mantener a varios miembros en paro, impiden 'estirarlas' para favorecer al desarrollo económico de la ciudad de Granada. Por contra, el descenso de jóvenes ha provocado incluso la pérdida de clases en colegios y la reducción del número de plazas que se saca cada año para escolarizar a los más pequeños, una situación que se irá agravando a lo largo de la próxima década si persiste esta pérdida de población.
En cuanto a la provincia, los datos son un poco mejores ya que en lugar de perder población se han ganado habitantes. Así, según los datos del INE, en 1996 la población de la provincia era de 808.053 mientras que en 2013 aumentó a 915.305, lo que supone un incremento de 107.252 habitantes.
Pero la provincia también ha perdido población joven, aunque menos. En dos décadas se han perdido 45.020 habitantes menores de 24 años, un 15,4%.
Si se compara el último año también hay diferencias. Así, entre 2012 y 2013 la capital ha perdido 1.199 habitantes mientras que la pérdida en la provincia ha sido de 7.623 en apenas doce meses.
En 1996, la capital contaba con 245.640 habitantes empadronados, mientras que en 2012 -últimas cifras actualizadas por el Instituto Nacional de Estadística para los datos del padrón por municipios- la cifra era de 239.017 habitantes. Una pérdida general de 6.623 personas.
Donde más se nota la pérdida es en la población joven. Así, en 1996 la cifra de jóvenes empadronados en la capital menores de 25 años era de 87.057 personas, dato que bajó en 2012 hasta los 59.216 habitantes de 0 a 24 años. Una reducción de 27.841 habitantes, un 32% menos según los datos del INE.
Analizando los datos por edad, en 1996 el grupo más numeroso de población era el tramo de 20 a 24 años, que contaba con 23.312 personas. Por contra, en 2012 el grupo más numeroso de población subió el rango de edad hasta los 30 y 34 años, que suponen 18.507 personas empadronadas en la capital.
Mientras la población joven baja, los habitantes de la capital con más de 75 años se multiplican a velocidad de vértigo, un envejecimiento de la población que sufren muchos barrios y zonas de la capital. Así, por ejemplo, si en 1996 la población de 75 a 84 años era de 10.975, en 2012 el mismo grupo de población lo sumaban 17.417 personas, 6.442 más, lo que refleja esa tendencia al envejecimiento de la población de la capital.
Esta situación puede afectar de lleno al desarrollo social y económico de la ciudad a corto y medio plazo ya que supone un incremento en los costes sociales, un aumento de las necesidades de plazas asistenciales, especialmente las públicas, atendiendo a la situación económica actual. Además, este colectivo es el que menos gasta, lo que incide en el comercio. Y si hasta ahora las pensiones suponían una garantía, el recorte de las mismas y la dependencia en muchos hogares de este dinero para mantener a varios miembros en paro, impiden 'estirarlas' para favorecer al desarrollo económico de la ciudad de Granada. Por contra, el descenso de jóvenes ha provocado incluso la pérdida de clases en colegios y la reducción del número de plazas que se saca cada año para escolarizar a los más pequeños, una situación que se irá agravando a lo largo de la próxima década si persiste esta pérdida de población.
En cuanto a la provincia, los datos son un poco mejores ya que en lugar de perder población se han ganado habitantes. Así, según los datos del INE, en 1996 la población de la provincia era de 808.053 mientras que en 2013 aumentó a 915.305, lo que supone un incremento de 107.252 habitantes.
Pero la provincia también ha perdido población joven, aunque menos. En dos décadas se han perdido 45.020 habitantes menores de 24 años, un 15,4%.
Si se compara el último año también hay diferencias. Así, entre 2012 y 2013 la capital ha perdido 1.199 habitantes mientras que la pérdida en la provincia ha sido de 7.623 en apenas doce meses.
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