sábado, 29 de febrero de 2020

Ponte en la piel de las enfermedades raras: promesas que no llegan elhuffingtonpost

Leonor Pérez de VegaProfesora y paciente de dolor crónico


¿Por qué no avanzamos? Porque al final todo queda en estudios, burocracia e informes.


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El hecho de ser una paciente con una patología rara te permite poseer una visión más completa del mundo de las enfermedades, en las que algunas han recibido dicho calificativo, en mi opinión, poco apropiado. Sería más oportuno hablar de patologías “poco comunes”, si bien estas líneas pretenden poner sobre la mesa unos problemas conocidos por sus pacientes y unas promesas que no se deberían demorar por más tiempo.
Toca pues ponerse en su piel, y no solo hoy que es el Día mundial de las enfermedades raras, sino todos los días del año. Este tipo de días tienen una finalidad, que no es otra que recordarnos la importancia de concienciar, visibilizar, comprender y en definitiva, poner en marcha las medidas necesarias tantas veces prometidas.
Sirvan por ello las siguientes líneas para acercar a la sociedad esta realidad tan cercana para muchos y al tiempo tan poco velada por quienes tienen los medios y recursos; esperando que se haga realidad el momento en que no existan diferencias entre pacientes por el tipo de la enfermedad que la vida ha situado en su camino. 
Para situar al lector en contexto, indicarle que son varias las definiciones utilizadas, pero de todas ellas les acerco la de Julián Isla Gómez (European Medicines Agency (EMA)): “En Europa una enfermedad rara es la que afecta a menos de cinco pacientes por cada 10.000 habitantes”. La Comisión Europea es más precisa en su definición indicando que la enfermedad tiene que ser “potencialmente mortal o crónicamente debilitante de la vida del paciente”. 
Precisamente se elige este mes de febrero por su particularidad o rareza de contar con 28 o 29 días, como sucede este año. Durante el mismo y particularmente hoy son varios los actos y menciones sobre las enfermedades raras, y a mí me viene a la memoria que ya en 2005 se elaboró por EURORDIS (Organización Europea de Enfermedades Raras) un informe sobre la necesidad de considerarlas una prioridad de las políticas de salud pública, junto a la necesidad de unificar criterios y conceptos. Estamos en el 2020 y poco se ha logrado, viendo como las mismas se han postergado o relegado al furgón de cola de la sanidad pública y por ende de la investigación clínica.
Cada año se intenta poner el foco en alguna de ellas, ya que es imposible que se conozcan todas cuando un ciudadano de a pie no conoce ni las más comunes (según las cifras de la OMS son más de siete mil en el mundo). Además cada cierto tiempo se pone nombre a una nueva, dependiendo muchas veces del gen que la provoca o del científico que la ha diagnosticado por primera vez de manera rigurosa (el 80% tienen un origen genético).
Lo que sí tienen todas ellas en común es su utilización por la clase política para ser objeto de esas promesas que nunca llegan. Las cuales se escuchan en las campañas electorales, en forma de medidas y fondos para su investigación. Unas propuestas que tristemente quedan en eso, y que ocupan un lugar en la sanidad pública que el furgón de cola. No vislumbro ningún atisbo de que se suban a un tren que vemos pasar, cuando para muchos pacientes, como he anticipado, el tiempo es oro. 
Todas ellas en común es su utilización por la clase política para ser objeto de esas promesas que nunca llegan.
Me dirá el lector que esto mismo ocurre con otras muchas y no le falta razón. No por ello se ha dejar de lado o arrinconarles por ser solo unos pocos... ¿o no son tan pocos? Si miramos la cifra nada desdeñable de 3 millones de afectados en España, según datos de la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER). Y es que detrás de cada “enfermedad poco común o rara” hay una persona que se va a sentir doblemente discriminada, una por enfermar de por vida y otra por entrar en el círculo de los “raros o de la rareza”; con unos problemas que me gustaría exponerles. Estos se pueden resumir en una atención sanitaria deficitaria, no equitativa entre regiones, carente de recursos y con una investigación claramente deficitaria. 
Comenzando por la asistencia sanitaria, los datos están ahí y al alcance de cualquiera, ya que a día de hoy la media para obtener un diagnóstico es de cinco años, que incluso puede ser mayor (una década en algunos casos), y como señala la Dra. Luz Couce Pico (responsable de la Unidad de Diagnóstico y Tratamiento de Enfermedades Metabólicas Hereditarias): “Aunque no tenga un tratamiento eficaz, la gente necesita saber lo que tiene (…), le produce una angustia muy grande el no saber qué le ocurre”. Un retraso en el diagnóstico o que este se dilate e incluso no se consiga, es algo que va más allá de la demora en una posible terapia que no siempre existe, y de contar con ella tan solo ralentiza el desarrollo de la enfermedad y sus secuelas. En esa marcha contrarreloj por tener una mejor calidad de vida, frenar su avance y, cómo no, una esperanza por ponerle nombre y apellidos a años de angustia. 
El lector puede pensar que resultan exageradas estas afirmaciones y en su caso le remito a varios estudios llevados a cabo sobre este particular (por ejemplo el Estudio sobre situación: Necesidades sociosanitarias de las personas con enfermedades raras en España). 
Con el fin de atender a este problema se crearon las derivaciones a los denominados centros de referencia, que en el caso de estas patologías se denominan Centros, Servicios y Unidades de Referencia (CSUR). Precisamente aquí reside otro de los problemas que enuncié al comienzo: la falta de equidad entre regiones. Dichos centros se han de financiar con el Fondo de Cohesión del Sistema Nacional de Salud, que en la actualidad se halla sin fondos. Lograr una derivación a uno de estos centros no solo es una reclamación antigua, al tiempo que se convierte en una auténtica odisea para muchas familias. Son pocos los especialistas que conocen o pueden tratar estas últimas, y tampoco se hace nada para revertir esta situación, formando por ejemplo equipos multidisciplinares o diseñando una especialización médica en este sentido. 
Tal y cómo se pregunta la Dra. Villar Gómez de las Heras en relación con la derivación a estos centros: “¿Por qué unas sí otras no?”. Por ejemplo hay centros de este tipo para reconstruir una mano o un pabellón auricular y no para una enfermedad rara. Ante la negativa de respuestas por parte del ministerio en cuestión, volvemos a la formulación de las promesas tan propia de la clase política, ya que como dice Villar Gómez de las Heras, “al fin y al cabo, no dejan de ser unos pocos de cada enfermedad”.   
¿Por qué no avanzamos? Porque al final todo queda en estudios, burocracia e informes.
Frente a lo anterior solo se ve un horizonte en el que la situación se ha agravado como consecuencia de la crisis económica y la falta de atención a las necesidades sociosanitarias de esos tres millones de enfermos. Mención aparte por su importancia merecen los medicamentos calificados como “huérfanos” al resultar poco atractivos para la toda poderosa industria farmacéutica, que no va a invertir solo para unos pocos. Esto conlleva a que si los hay, estos tengan un coste desorbitado, unas comunidades los financien y otras no.
Toca referirse al tercer gran problema, la carencia de una investigación integral, sin por ello desmerecer, todo lo contrario, el trabajo infatigable de los que sí han apostado por su investigación.
Esta falta ha sido suplida en parte por el tejido asociativo creado en torno a este colectivo. En los últimos 20 años ante este panorama las asociaciones han sido un gran aliado para muchos pacientes y sus familias. Su misión no solo es de tipo informativo, ya que frente a la inactividad de la Administración han creado su particular caballo de Troya, impulsando de este modo numerosos proyectos de investigación. Una labor loable y poco reconocida que solo alcanza al 20% de las patologías.
Las redes sociales e Internet se han convertido en una plataforma para aunar esfuerzos, ya sea a través de las campañas de crowdfunding o de micro mecenazgo. En este momento valgan estas líneas para algunos de los casos que conozco: los padres de Nina la guerrera, el síndrome de Tourette, y muchos más.
Como nos recuerda Julián Isla Gómez en el artículo antes citado: “no nos olvidemos de los pacientes (…), ellos cada vez más reclaman un papel mucho más activo y quieren dejar de ser pacientes que esperan para ser pacientes que actúan. La combinación de varias disciplinas se antoja como un cambio necesario que permita que la sanidad se abarate y pueda ser realmente universal”.
Tanto el actual Gobierno de la nación y otros tantos regionales cada año anuncian la necesidad de una mayor atención. Entonces, ¿por qué no avanzamos? Porque al final todo queda en estudios, burocracia e informes. En definitiva, en promesas y no en actuaciones integrales a nivel sanitario, social, educativo, laboral, etc., y sin duda en programas y estrategias de investigación de carácter nacional y transversal eficaces. 
Solo es preciso consultar los distintos programas de Estrategia en Enfermedades Raras del Sistema Nacional de Salud para darse cuenta que en el papel todo son buenas intenciones. Mientras los cambios son mínimos, solo el 5% disponen de un tratamiento, según datos de EURODIS: en la mayoría de los casos solo tienen una finalidad de índole sintomática, no frenan el avance o deterioro de la enfermedad. 
No voy a indicar nada nuevo, tan solo destacar a lo que podemos recurrir y algo tan necesario como urgente que es un Plan nacional de enfermedades raras, y de medicina genómica que se demanda desde las asociaciones de pacientes y los centros de investigación en este campo. 
Todo ello en un momento en el cual se pueden aprovechar las nuevas tecnologías, como el Big Data, para recabar la mayor información posible de pacientes (que son los que la generan principalmente) digitalizar de forma urgente sus historiales, codificar, capturar los datos biológicos y genéticos a nivel europeo para diseñar actuaciones comunes de cara a su diagnóstico. 
Para mí y el resto de enfermos el reloj avanza más rápido.
Es el momento de potenciar a los investigadores para que inicien nuevas líneas por esta vía, junto a una modificación de la normativa sobre ensayos clínicos, con la finalidad de que abarque a más pacientes. Como ya ha ocurrido en otros campos, es preciso ser más transversales porque otras disciplinas pueden ayudar, este es el caso de la bioinformática o la bioingeniería. En definitiva, son muchas las voces que se alzan no solo en estas patologías sino en cualquiera, para que se avance hacia una medicina más personalizada. 
Han pasado siete años desde que el 2013 fuese declarado en España el “Año de las enfermedades raras”... y ¿qué ha cambiado? Una formulación de 200 estrategias terapéuticas para el decenio 2010-2020 que se han pospuesto o replanteado hasta el 2027, en un escenario en el que vuelvo a recordar que para mí y el resto de enfermos el reloj avanza más rápido. 
Estos son sus principales problemas, ahora pasen a la acción, no creen que es  el momento de: “hacer más que decir”.

¿Cuáles son los signos que indican que una persona tiene baja autoestima? elhuffingtonpost

Todas las enfermedades y trastornos se producen por una falta de amor.

Por
Quora, Colaborador

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‘¿Cuáles son los signos que indican que una persona tiene baja autoestima?’ apareció originalmente en Quora, un lugar para adquirir y compartir conocimiento y entender mejor el mundo.

Respuesta por Jenia Dávila, BDM, emprendedora, formadora y terapeuta:

La autoestima baja se manifiesta en cualquier comportamiento donde la persona se daña, se desprotege, no se cuida o se pone en riesgo a sí misma. También en formas muy sutiles y mucho menos identificables a veces. Luego hay extremos patológicos donde la persona con baja o, mejor dicho falta total de autoestima, se vuelve narcisista, abusiva o manifiesta psicopatologías.

Los comportamientos de las personas nunca son absolutos, personas con baja autoestima pueden aparentar solidez, seguridad e independencia. Alguien aparentemente muy seguro y confiado de sí mismo puede ocultar un complejo de inseguridad. No existen dos personas iguales, así que al margen de etiquetas y retóricas psicólogicas, tenemos que observar. Hay personas que pueden tener aparentemente muy cubiertas áreas de su vida y, sin embargo, ser incapaces de solventar otras. O tratar de ocultar de esa manera otras carencias y complejos.
Aunque se puede hacer un resumen de comportamientos:

Adicciones
Estar involucrado en relaciones tóxicas (familiares, amigos o pareja), manipulativas y, en extremo, de maltrato físico y/o psicológico. Y en cualquier ámbito de la vida.
Comportamientos que manifiesten trastornos de la ansiedad: estrés, depresión, insomnio, angustia… (las adicciones también van aquí).
Personas con enfermedades crónicas y psicosomáticas. En mi opinión, todas las enfermedades lo son, pero hay personas que que somatizan todo aquello que les genera conflicto como una forma de influir en su entorno más inmediato.
Yo creo que la autoestima es un elemento muy frágil. Nosotros somos seres volubles y vulnerables. Contenedores de esas corrientes energéticas que son las emociones y cuya acción y movimiento nos consumen o generan grandes dosis de energía vital. Los extremos nunca son buenos. La virtud, el equilibrio, está en el centro. Nadie puede sostener por mucho tiempo la ira con el consiguiente chute de cortisol, pero tampoco un estado de subidón de endorfinas y dopamina… Por eso los enamoramientos duran lo que duran. Por otro lado, hay personas que arrastran emociones sin resolver y patrones limitantes herencia de su infancia, y hay otras que estando razonablemente equilibradas se pueden ver socavadas por un momento concreto o puntual en sus vidas. Evidentemente, cuanto mayor y más sólida sea su autoestima y construcción personal, mejor van esas personas a solventar la situación puntual, más recursos va a poder desarrollar. De ahí la importancia de tener una buena autoestima.

Si observamos a nuestro alrededor nos vamos a encontrar con datos tristes: entre el 20 al 80%, variando de un país a otro, de las jóvenes entre 9 y 17 años reconocen no sentirse confiadas con su físico o sentirse presionadas socialmente respecto a su aspecto… Es decir, que aunque la autoestima se construye en el núcleo familiar, la aportan los padres primordialmente. Y su contribución a su desarrollo es crucial. Ahora mismo algunos roles o modelos sociales se han visto tan alterados que este trabajo es mucho más importante si cabe de lo que ha podido ser en épocas anteriores, y las amenazas a un desarrollo intelectual y afectivo-emocional adecuado son mayores.

No obstante, creo que todo depende en el fondo de nosotros mismos. Ahora los padres tienen que tener muy claro cómo ejercer una paternidad consciente y responsable si quieren hacerlo de verdad bien y criar adultos sanos. Pero antiguamente algunos de nuestros padres y abuelos han tenido infancias muy crudas y muy duras. Y esas memorias también las llevamos a cuestas y han sido parte activa del desarrollo de alguno de nosotros, que nos hemos comido esa cadena de patrones y hemos tenido que sobrevivir y autosanarnos como buenamente hemos podido. Aprendiendo a sacar y a encontrar en nosotros mismos esa puerta del amor infinito.

En mi opnión y experiencia, todas las enfermedades y trastornos se producen por una falta de amor. Y la gente debería preocuparse en aprender bien estos conceptos para no identificar el amor con gestos o conductas que no lo son.

Esta pregunta apareció originalmente en Quora, un lugar para adquirir y compartir conocimiento, capacitando a la gente a aprender unos de otros y comprender mejor el mundo. Puedes seguir a Quora en Twitter y Facebook. Más preguntas:

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La mayor explosión de un agujero negro vista en el Universo granadahoy.com


Telescopios de la ESA y la NASA han registrado las consecuencias de la explosión más potente de un agujero negro vista hasta ahora en el Universo.
La "gigantesca explosión" se produjo en el cúmulo de galaxias Ofiuco, a unos 390 millones de años luz de distancia, un conglomerado de miles de galaxias, gas caliente y materia oscura que están unidos por la gravedad, según los autores del hallazgo, publicado en el Astrophysical Journal.
La erupción, señala un comunicado de la Agencia Espacial Europea (ESA), está vinculada a "potentes chorros liberados por el agujero negro supermasivo" que se encuentra en el centro y que se alimenta del gas que le rodea, lo que hace estallar ocasionalmente grandes cantidades de materia y energía.
Las imágenes fueron tomadas por el telescopio XMM-Newton de la ESA y el Chandra de la NASA junto a dos radiotelescopios en la Tierra. La erupción del agujero negro liberó una cantidad de energía unas cinco veces mayor que la del evento más poderoso de este tipo conocido hasta la fecha, observado en el cúmulo de galaxias MS0735.6+7421.
La autora principal del estudio, Simona Giarcintucci, del Laboratorio de Investigación Naval (EEUU), explicó que "esta explosión es similar a la forma en que la erupción del Monte Santa Helena (EEUU) en 1980 arrancó la cima de la montaña" y destruyó 500 kilómetros cuadrados de bosques.
La diferencia clave entre ambas es que "podrías meter quince galaxias como la Vía Láctea" en el cráter que el estallido del agujero negro perforó en el gas caliente del cúmulo de Ofiuco, dijo la experta en un comunicado del telescopio Chandra. La erupción del agujero negro debe haber terminado porque los investigadores no ven ahora evidencias de los chorros en los datos de radio, agrega la nota.

La pequeña luna que lleva tres años orbitando en torno a la Tierra granadahoy.com


El Centro de Planetas Menores (Minor Planet Center) de la Unión Astronómica Internacional ha confirmado el hallazgo de un pequeño asteroide que lleva orbitando la Tierra durante al menos tres años. Esta miniluna, llamada por los astrónomos que la han detectado 2020 CD3, tiene entre uno y seis metros de diámetro y fue avistada por primera vez el 15 de febrero por los estadounidenses Theodore Pruyne y Kacper Wierzchos, del Catalina Sky Survey, desde el Observatorio de Mount Lemmon (Tucson, Arizona).


Según Wierzchos (investigador especialista de la NASA), su superficie posee el brillo propio de los asteroides ricos en carbono y el astrofísico aficionado y profesor de Física en un instituto Tony Dunn apunta que es probable que la miniluna quedase atrapada en la órbita de la Tierra hace unos tres años y que vaya a abandonarla en abril, retomando su viaje normal alrededor del Sol.


Este 2020 CD3 pertenece a un tipo de asteroides (conocidos coloquialmente como minilunas aunque su verdadero nombre sea temporarily captured object u objeto capturado de forma temporal) cuyas órbitas cruzan la de la Tierra. En ocasiones, pasan cerca e incluso colisionan con nuestro planeta, aunque, en el caso de este ahora descubierto, se pulverizaría al cruzar la atmósfera por sus reducidas dimensiones.
Como explican en Sci-News, este tipo de objetos o minilunas son relativamente frecuentes y se cree que en todo momento hay al menos uno de estos cuerpos alrededor de la Tierra, pero son tan pequeños que suelen pasar desapercibidos.
Otros similares, de mayor tamaño, han aparecido en torno a la Tierra en otros tiempos, pero ninguno se quedaba demasiado, porque los impulsos gravitacionales de nuestro planeta y de nuestra Luna les hacían imposible establecer una órbita estable y acababan dando la vuelta rumbo al espacio o impactando contra nuestra atmósfera.
Entre septiembre de 2006 y junio de 2007 la miniluna 2006 RH120 giró en torno a la Tierra en cuatro ocasiones antes de seguir con su camino. A estas alturas, calculan los científicos, debería haber rodeado el Sol y volver a pasar cerca de la Tierra en 2028.
A estos cuerpos se añaden los seudosatélites o cuasi-satélites, asteroides cuyo paso alrededor del Sol dura, de media, en torno a un año terrestre. Aunque parezcan tener relación con la Tierra, es en realidad al Sol al que están vinculados.
En LiveScience hablan incluso de otro objeto, aún más raro, las lunas-lunas (moonmoon), que surgirían cuando uno de estos asteroides escapa de la órbita de la Tierra para caer en la de la Luna y convertirse en satélite de nuestro satélite. Por desgracia, admiten, estas lunas-lunas son (por ahora) solamente una teoría.

“La banca ética pone a las personas por encima de todo” granadahoy.com

Javier Moreno Ibarra, antes de la entrevista. /
 
JUAN CARLOS MUÑOZ
ANA S. AMENEIRO

Del caserío a Sevilla. Javier Moreno (Bilbao 1963) dedica su vida a las economías sociales de transformación. Es secretario de la Asociación Fiare Sur de Banca ética, que agrupa a 36 organizaciones de Andalucía y Extremadura, integradas en la mesa de entidades socias de referencia de la Fundación Finanzas Éticas. Psicólogo experto en organizaciones, fue un niño de campo hasta los 11 años criado en un caserío entre vacas y montañas del Valle de Carranza (Vizcaya). Es el mayor de cinco hermanos. Llegó a Sevilla por el traslado de su padre, empleado del BBVA.
–Es usted un activista de la economía social y solidaria, ¿qué supone esto en su vida diaria?
–Mi teléfono es de comercio justo, de la empresa Somos conexión, cooperativa sin ánimo de lucro de servicios telefónicos. La electricidad de mi casa es de Som energía, cooperativa sin ánimo de lucro que da servicios con energías renovables. Soy de HomeExchange, plataforma para compartir casa entre particulares, sin dinero ni intermediarios. Soy socio de La Ortiga, una cooperativa de comercio justo y presidente de la asociación Acción Politeia, un laboratorio de innovación social y políticas públicas.
NUESTRO BANCO NO INVIERTE EN ARMAS NI EN COMBUSTIBLES FÓSILES NI EN JUEGOS DE AZAR
–Hasta su banco es diferente...
–Pertenezco a Fiare Banca Ética, una cooperativa italoespañola sin ánimo de lucro. Es un banco, con sus tarjetas bancarias y servicios como cualquier otro. La diferencia es que este banco no invierte en armas –el sector armamentístico vive de las guerras que se generan–, ni en combustibles fósiles ni juegos de azar. Se puede construir una economía que no trabaje en esos tres sectores y lo estamos demostrando. También soy socio de Coop57 y Oikocredit.
–Os llamáis banca ética ¿el resto de bancos no lo son?
–No nos llamamos así porque seamos mejores que nadie, pero señalamos que queremos trabajar al servicio de las personas, que están por delante de las rentas del capital. En Europa este tipo de bancos están ligados a la ecología, al medio ambiente, a las cooperativas, a las energías renovables,etc. Febea es la federación que agrupa a la banca ética europea y en el mundo estamos en Banking on values. En la zona mediterránea nacieron más ligados a la cooperación al desarrollo. Publicamos todos los créditos que damos. La transparencia es una obligación.
–¿Qué filosofía guía vuestras inversiones?
–No somos el banco de los buenos frente a los malos. No es eso. Hacemos una banca que tiene en cuenta dónde invierte y las consecuencias de esa inversión. Si las consecuencias no van a beneficiar a las personas no se invierte. Somos economías solidarias, que tienen en cuenta las necesidades de la gente.
–¿Cómo surge Fiare Blanca Ética?
–Nace de la unión de dos proyectos basados en las finanzas éticas: Banca Popolare Etica, un banco cooperativo con más de 40.000 socios que trabaja en Italia desde 1999 y FiareBE que opera en España desde 2005 con más de 3.000 socios. No ha sido fácil crear un banco sólo con la sociedad civil autoorganizada. En España hemos tardado 15 años poniendo cantidades para tener capital social suficiente.
–Sois una red de organizaciones.
–FiareBE pertenece a REAS (Red de Economía Alternativa y Solidaria) ligada a redes en Europa y a otra redes de economía solidaria del mundo. En las economías transformadoras también están las economías feministas, las del bien común, las directas, el software libre, la economía cooperativa. Aquí hay organizaciones empresariales como cualquier otra. Es un sector que ha soportado la crisis mejor que otros. Para todo este mundo hay un sector financiero alternativo y solidario.
–¿Qué tipo de proyectos habéis financiado?
–En Cádiz, FiareBE ha financiado a la Fundación Girasol que trabaja con drogodependientes. En Córdoba, la recuperación de los patios de la Axerquía como cooperativas de vivienda en cesión de uso para nuevos vecinos y para que los mayores sigan viviendo en ellos y no se entreguen a la especulación. En Almería, en Vícar, a Noesso, una asociación sin ánimo de lucro que atiende a personas con adicción, en situación de riesgo, o menores con problemas de conducta. En Sevilla, a Bioalverde, de Cáritas Diocesana, una huerta ecológica de inserción sociolaboral de personas en situación o riesgo de exclusión social cuyos producos se venden a grupos de consumo.
–Los cohousing para mayores también os interesan
–Sí, todo lo que sean proyectos que favorecen la mejor vida de las personas los financiamos. Y eso incluye el cohousing, un modelo de cooperativa de vivienda en cesión de uso, los proyectos de movilidad sostenible, de transición energética, de gestión de residuos..
–¿Cómo hacéis la selección de proyectos?
–Cada proyecto pasa una evaluación financiera por parte de profesionales bancarios y una socioambiental que hacemos los socios, que evaluamos, con una formación previa, si encaja con nuestros objetivos estratégicos. Una gasolinera no lograría financiación, pero sí una panadería en un pueblo que se esté despoblando, un proyecto de inserción social, de agricultura de proximidad, o de productos ecológicos que gestione la propiedad común.
–¿Por qué no se suma más gente a la banca ética?
–A la gente le cuesta mucho cambiar, le cuesta fiarse, pero los que entran está muy contentos.

Un mundo feliz granadahoy.com

TRIBUNA


JOSÉ LUIS DE JUSTO ALPAÑÉS
Presidente de la Real Academia Sevillana de Ciencias

El aumento de la edad de fallecimiento se empieza a ver como un problema. Se planean leyes de ambigua aplicación, como la de Muerte Digna

Un mundo feliz ROSELL
El libro comienza con un paseo docente de unos estudiantes por el "Centro de Incubación y Condicionamiento de Londres-Central", donde reciben las explicaciones del Director del Centro de Incubación y Condicionamiento (D.I.C.), y donde reza la divisa del Estado Mundial "Comunidad, Identidad, Estabilidad".
Ha desaparecido la reproducción vivípara, y sólo pronunciar las palabras padres causa bochorno. La reproducción se realiza en incubadoras, donde se mezclan las cantidades adecuadas de gametos para obtener óvulos fecundados. Pero ya el tiempo de incubadora es diferente para los alfa, beta, gamma, delta y epsilon. Los tres últimos tipos son sometidos al procedimiento Bokanovsky, por el que cada óvulo fecundado se divide para originar 24 embriones, que dan lugar a individuos idénticos, uno de los mayores instrumentos de estabilidad social. A continuación, los bebés pasan a la sala de acondicionamiento, donde se repiten consignas. Se trata de que nadie se sienta desgraciado con su status. El epsilon ha sido condicionado para serlo, y no pretende ascender en la escala social.
En este mundo feliz se practica el sexo libre, desde pequeños y, para evitar accidentes, las mujeres se deben ceñir un cinturón de castidad. Han desaparecido el amor y la familia, factores de inestabilidad, y la religión, aunque esta, no del todo; en lugar de Nuestro Señor tenemos Nuestro Ford, con referencia tal vez a Freud. Hay ceremonias pseudo-religiosas para la élite. No existen dolores ni enfermedades, pero naturalmente sí la muerte. A todos los tipos se les suministra su ración de soma, que produce un estado de falsa felicidad. Los libros clásicos sólo existen en los cajones de administradores mundiales, pero se promociona una literatura propagandística.
Con frecuencia se hace referencia a una gran guerra que estuvo a punto de eliminar la raza humana y que condujo al Estado Mundial y a un Mundo Feliz.
A uno de los administradores mundiales, su Fordería Mustafá Meunier, le gustaría cambiar las cosas, pero la gran guerra le hace ser un defensor a ultranza del orden establecido.
En un Mundo Feliz también hay excepciones, como Bernard Marx, un alfa +, que no se siente feliz ni quiere tomar soma para serlo. Tal vez se pasaron con su dosis de oxígeno. Consigue un permiso para ir a la reserva de Nuevo México, donde persisten, rodeados de alambradas electrificadas, seres que no han sido absorbidos por el sistema, y lo hace acompañado de Lenina, una bella y "neumática" beta+, a quien el viaje le parece excitante. Allí encuentra una madre vivípara, Linda, y su hijo, John, que se descubre que es hijo del D.I.C. de Londres, que viajó con Linda a la reserva, y con quien Bernard Marx quiere ajustar cuentas. Se trata de un fallo imperdonable. Bernard Marx consigue el permiso para sacarlos de la reserva. John el Salvaje, que saluda al Nuevo Mundo con las palabras "Oh mundo feliz", está familiarizado con el honor, la virtud y el amor, porque encontró en la reserva un libro de Shakespeare, es el invitado de honor en todas las reuniones, pero finalmente no se adapta al Mundo Feliz, y acaba suicidándose. Lenina es violentamente rechazada, porque él querría que se comportara como una heroína de Shakespeare.
En 1932, época de auge del comunismo y del fascismo, Aldous Huxley intuyó las catástrofes que se avecinaban: el triunfo de estas dos ideologías, la Segunda Guerra Mundial, con millones de muertos, culminada con el genocidio nuclear, y debió de pensar que la humanidad caminaba hacia la autodestrucción. Sólo quedaban radicales de derecha y de izquierda. Tal vez por eso pensó que un mundo feliz era una posibilidad de supervivencia, pero con la total eliminación de la libertad.
Con la caída del muro de Berlín hemos vivido una etapa de esperanza. A continuación, hemos visto como 27 países han sido capaces de unirse en la Unión Europea. Recientemente han aparecido fuerzas centrífugas: Reino Unido, Cataluña.
Hoy no ha desaparecido ninguno de los peligros que nos acechaban, al haberse abandonado los acuerdos alcanzados. Crecen las turbulencias en numerosos países: Hong Kong, Chile, Bolivia, Perú, Francia, Cataluña, numerosos países de África. En Francia, huelga general contra un intento de aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años, cuando en España la edad de jubilación será de 67 años en 2027. El aumento de la edad de fallecimiento, fácilmente solucionable con el aumento de la edad de jubilación, se empieza a ver como un problema. Se planean leyes de ambigua aplicación, como la de Muerte Digna. Los distintos colectivos hacen peticiones imposibles, como está sucediendo con las pensiones. Hay colectivos feministas que piden prohibir la reproducción vivípara y pasar sólo a la asistida. ¿Nos estamos acercando a un mundo feliz?

viernes, 28 de febrero de 2020

¿Dónde se esconden los extraterrestres? elhuffingtonpost

¿Cuántas civilizaciones inteligentes hay en la Vía Láctea?


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Por Fermín Sánchez Carracedoprofesor titular de universidad. Arquitectura y Tecnología de Computadores, Universitat Politècnica de Catalunya - BarcelonaTech:

¿Es la especie humana la única especie inteligente del universo? No parece que haya ninguna razón para pensar que así sea. Si la vida y la inteligencia son el fruto de un proceso fortuito producido por millones de años de evolución, como defiende la mayoría de científicos, este proceso podría (y debería) haberse repetido en diferentes puntos del universo.
Según Christian de Duve, Premio Nobel de Medicina en 1974, la vida debe surgir casi necesariamente en un planeta si se producen unas condiciones físicas similares a las que tenía la Tierra hace 4 000 millones de años.
Existen miles de millones de estrellas del mismo tipo que nuestro Sol (tipo G) en la Vía Láctea, y la nuestra es tan solo una entre las más de diez mil millones de galaxias del universo observable.
Además, nada impide que la vida pueda desarrollarse en planetas que giren alrededor de otras estrellas que no sean de tipo G, aunque probablemente esta vida sería muy diferente de la vida que conocemos.

Sin agujeros de gusano, sólo nos quedan los vecinos próximos

Lo cierto es que no debería importarnos demasiado la posibilidad de existencia de vida extraterrestre inteligente en otras galaxias, ya que lo más probable es que jamás consigamos establecer contacto con esos seres.
La Vía Láctea tiene un diámetro de cien mil años luz. Esto quiere decir que, si recibiésemos una señal procedente de seres extraterrestres del otro extremo de la galaxia (nosotros estamos en uno de sus brazos espirales), esa señal habría sido enviada hace cien mil años, y nuestra respuesta tardaría otros cien mil años en llegar a su destino. No parece una buena forma de mantener una conversación.
Sería todavía más complicado establecer algún tipo de comunicación con seres de otras galaxias. La más cercana, Andrómeda, está a dos millones de años luz de nosotros. Es decir, necesitaríamos cuatro millones de años para escuchar a alguien que nos dijese “hola” y que ese alguien recibiese nuestra respuesta.
En definitiva, la comunicación con seres extraterrestres solo podría producirse con criaturas que viviesen en un sistema planetario situado a unos pocos años luz del nuestro. A menos, claro, que la física que conocemos esté equivocada y la velocidad de la luz no sea un límite insalvable, o que aprendamos a construir agujeros de gusano y descubramos cómo enviar señales de radiofrecuencia a través de ellos. Y de paso, aprendamos a viajar en el tiempo.
Galaxia de Andrómeda. Boris Štromar/Wikimedia CommonsCC BY

Civilizaciones que se autodestruyen

En 1950, el gran físico Enrico Fermi enunció lo que se conoce como la paradoja de Fermi: “Hay una contradicción entre la probabilidad de la existencia de vida extraterrestre y el hecho de que no hayamos tenido ningún contacto con ella”.
La respuesta de Fermi a la paradoja, probablemente influenciada por su participación en el proyecto Manhattan, donde trabajó en el diseño de la primera bomba atómica, fue que todas las civilizaciones inteligentes desarrollan una tecnología con la capacidad de destruir la propia civilización, y la utilizan.

¿Puede una civilización colonizar la galaxia?

El tiempo necesario para que una civilización inteligente se desarrolle y colonice una galaxia es muy inferior a la edad de la Vía Láctea. Por lo tanto, desde que existe la Vía Láctea ha habido tiempo suficiente para que sea colonizada muchas veces por diferentes civilizaciones.
Una civilización capaz de colonizar una galaxia debe ser de tipo 3, según la escala de Kardashov. Esta escala clasifica las civilizaciones en función de cuánta energía de su entorno son capaces de aprovechar.
Una civilización de tipo 3 debería ser capaz de aprovechar toda la energía disponible en una galaxia. Las civilizaciones de tipo 2 son capaces de aprovechar toda la energía de un sistema planetario, y las de tipo 1 toda la energía de un planeta. Nuestra civilización aún no es ni siquiera de tipo 1, y le quedan más de 100 000 años para ser de tipo 3. Justo el tiempo que tardaría un mensaje nuestro en llegar a la otra punta de la galaxia. Si lanzásemos un mensaje ahora, probablemente llegaríamos antes que él (si no nos autodestruimos ates, claro)
El Telescopio Allen del SETI y la Universidad de California busca signos de inteligencia extraterrestre. Seth Shostak/SETI Institute

Cuántas civilizaciones inteligentes hay en la Vía Láctea?

En 1961 Frank Drake, famoso radioastrónomo y presidente del instituto SETI, presentó una ecuación para responder a esta pregunta.
Según la ecuación de Drake, el número de civilizaciones presentes en nuestra galaxia con capacidad de comunicarse con otras civilizaciones es el producto de siete factores:
  • El ritmo anual de formación de estrellas que son adecuadas para la vida en la galaxia.
  • El porcentaje de estas estrellas que tienen un sistema planetario.
  • El número de planetas de este sistema que orbitan dentro de la zona de habitabilidad de la estrella.
  • El porcentaje de estos planetas en los que se ha desarrollado la vida inteligente.
  • El porcentaje de planetas donde la vida inteligente ha desarrollado una tecnología capaz de comunicarse con otra civilización extraterrestre e intenta usarla.
  • El tiempo durante el que puede existir una civilización inteligente que intenta comunicarse con otras civilizaciones.
Actualmente no disponemos de datos suficientes para asignar valores específicos a los siete factores de la ecuación de Drake, pero numerosos científicos han tratado de calcularlos para resolverla, obteniendo resultados muy dispares. El propio equipo de Drake, por ejemplo, obtuvo que el número de civilizaciones que podríamos detectar en nuestra galaxia es de 10.
Michael Shermer estableció valores distintos para algunos parámetros, y calculó que actualmente debería haber 4 975 civilizaciones detectables en todo el universo. El número de civilizaciones de nuestra galaxia sería solo de 0,000000014, que es equivalente a la existencia de una civilización cada 70 millones de años.
Si se usa la teoría de Olduvai para calcular alguno de los factores, el número de civilizaciones de nuestra galaxia es aún menor: 0,0000000008. Esto significa que en la Vía Láctea habría existido una civilización tecnológica cada 1 240 millones de años, y en todo el universo observable habría 282 civilizaciones emitiendo señales de radio en este mismo momento. Aunque ya sabemos que las civilizaciones de fuera de nuestra galaxia no llegarán nunca a contactar con nosotros sin agujeros de gusano.
Otros científicos han calculado valores tan dispares como que existe una única civilización o que hay diez millones. Todo depende de los criterios que se usen para estimar los diferentes parámetros.
La ecuación de Drake tiene siete incógnitas y algunas de ellas solo pueden ser estimadas, no medidas. Además, la evolución tecnológica y nuestro propio conocimiento del universo podrían hacer que los valores asignados a cada una de estas variables cambien considerablemente. Por eso, la ecuación de Drake es un ejercicio intelectual de dudosa aplicación práctica.
Otros autores han hecho propuestas similares a la ecuación de Drake. Por ejemplo, Sara Seager propuso en 2013 una ecuación para estimar el número de planetas habitables de la galaxia (aunque no viva en ellos una civilización tecnológicamente avanzada).

¿Son los estallidos cortos de rayos gamma la respuesta?

En el año 2001 tuve la oportunidad de asistir a una conferencia del profesor Matteo Cavalli-Sforza (que actualmente trabaja en el Institut de Física d’Altes Energies) sobre la posibilidad de que exista inteligencia extraterrestre. Una charla, celebrada con motivo del 33 aniversario de la película 2001, una odisea en el espacio, de la que extraje algunas ideas que luego utilicé en mi novela de ciencia ficción Odisea.
El profesor Cavalli-Sforza sugería que los estallidos cortos de rayos gamma explican el gran silencio, como se denomina al hecho de que en ningún radiotelescopio de la Tierra se haya conseguido captar jamás ninguna señal extraterrestre.
Los estallidos cortos de rayos Gamma son los fenómenos que emiten más energía en todo el universo observable. Los astrofísicos piensan que se producen por el colapso de dos estrellas de neutrones. Estos destellos podrían generar radiaciones, a escala galáctica, capaces de interferir en la vida de los planetas destruyendo, por ejemplo, su capa de ozono.
Actualmente se estima que se produce un colapso de estrellas de neutrones cada 100 o 200 millones de años, pero en el pasado, cuando el universo era más joven, estas explosiones eran mucho más frecuentes.
Según el profesor Cavalli-Sforza, algunas hipótesis sugieren que una civilización inteligente con capacidad tecnológica no puede desarrollarse hasta que el intervalo entre dos colapsos de estrellas de neutrones es suficiente para permitir esta evolución.
Tal vez sean necesarios al menos 100 millones de años para conseguir el grado de evolución necesario para que se desarrolle una civilización tecnológica en nuestra galaxia. Tal vez, si esta teoría es cierta, no haya extraterrestres en ninguna parte y estemos solos en el universo.