miércoles, 30 de septiembre de 2020

Comiendo poco se prolonga la longevidad ElHuffPost

El cerebro es uno de los órganos que más afectado se ve por los procesos inflamatorios, por lo que la reducción de estas respuestas podrían beneficiar el cerebro joven y longevo.
Por 
Raquel Marín
Neurocientífica. Profesora de Fisiología en la Universidad de La Laguna (Tenerife) 
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Cuando hice mi tesis doctoral, recuerdo haber tenido la primera constatación de que comer poco aumentaba la longevidad. Yo en aquel entonces trabajaba en Canadá con la mosca de la fruta. Cuando les podía dieta light (zumo de manzana sin levadura), comprobé cómo las moscas vivían al menos 1/3 más que las que comían a sus anchas.
Un nuevo estudio en ratas ha demostrado que la dieta hipocalórica retrasa la posibilidad de padecer enfermedades asociadas con el envejecimiento. Estos animales también eran más propensos a la inflamación y vivían más tiempo.

Envejecimiento a todos los niveles

El transcurso del tiempo genera un declive funcional en todos los tejidos del cuerpo. Los efectos asociados a la edad se manifiestan en las moléculas, células y tejidos. Se observa por ejemplo que se alteran los genes, la comunicación entre células, se acumulan los residuos de la senescencia y en definitiva aumenta la inflamación. Ello viene acompañado de mayor susceptibilidad a enfermedades crónicas.
La investigación sobre los efectos del envejecimiento es muy amplia. Se hacen numerosos intentos a varios niveles para rejuvenecer el organismo. Algunas propuestas que ya he comentado en un artículo previo consistirían en eliminar las células zombis del cuerpo. Las células zombis reciben este nombre porque son células inservibles (defectuosas, envejecidas, cancerígenas u obsoletas) que se resisten a morir. En general el organismo tiene sistemas de eliminación de células, gracias a la ayuda del sistema inmune que se encarga de su limpieza. Algunos estudios en animales de experimentación han demostrado que eliminar las células zombis contribuye a rejuvenecer.
Otra estrategia posible se basa en reducir los daños acumulados en el ADN y poderlo reparar para evitar acumular copias defectuosas. Sin embargo, hay muchos otros factores que también afectan a la genética: Los factores epigenéticos. Estos factores influyen 3 veces más que la propia genética. Por ejemplo, los factores medioambientales, la dieta, el estrés, la calidad del sueño, el ambiente afectivo, etc.
Una de las estrategias que se proponen consistiría en la restricción calórica.

La restricción calórica mejora el organismo

Desde que se hicieron los primeros estudios en los años 30 por McCay y colaboradores (1935), la mayor parte de los datos obtenidos indican que la restricción calórica facilita el estado físico óptimo, el índice de masa corporal, el estado de la piel, la función del hígado y del riñón y disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
En un nuevo estudio decidieron ir más allá en la investigación, indagando en la manera en la que cada célula del organismo podía verse modificada por la restricción calórica. Para ello, utilizaron unas 210.000 células individuales de rata de animales jóvenes y viejos. Algunos de ellos podían comer hasta saciarse y otros tenían una restricción calórica del 30%. En los más mayores, la dieta se controló entre los 18 y los 27 meses, lo que en el humano viene entre un humano maduro (hacia los 50) y uno de la tercera edad. Las células provenían de tejidos diversos, incluyendo el tejido graso, el hígado, el riñón, la piel, el músculo y el cerebro, entre otros.
Para los análisis, los investigadores utilizaron técnicas que permitían analizar determinar la comunicación entre las células, los genes que se expresaban y los programas de producción molecular.
Los resultados indicaban que las células originarias de los animales con dieta hipocalórica no tenían los mismos cambios que aquellas que provenían de los animales que podían a su saciedad. De hecho, más del 50% de los cambios celulares asociados a la edad no se observaban en las ratas con dieta controlada.
Además, se observaban cambios más significativos con la edad en la producción de respuestas asociadas con la inflamación y también con el metabolismo de las grasas en el caso de dieta completa.

Menos propensión a la inflamación

Un aspecto muy curioso era que las células del sistema inmune (las que nos protegen de infecciones) se encontraban más aumentadas en las ratas envejecidas que comían hasta saciarse en comparación con aquellas de dieta restringida. Este efecto podría indicar que se incrementa la respuesta inflamatoria en situaciones de dieta completa.
Uno de los órganos que también presentaba mejor aspecto a nivel celular era el cerebro. El cerebro es uno de los órganos que más afectado se ve por los procesos inflamatorios, por lo que la reducción de estas respuestas podrían beneficiar el cerebro joven y longevo.
Sin duda, conocer en detalle cómo se modifican los genes y las células en respuesta a la dieta asociado con la vejez, puede permitir conseguir nuevas pautas para la fórmula futura de la eterna juventud.

Qué riesgos hay en las mascarillas de tela para que se prohiban en centros médicos ElHuffPost


Los centros de salud y hospitales de Guipúzcoa y Vizcaya las cambian por mascarillas quirúrgicas. 

Por Margarita Lázaro

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   Las mascarillas de tela no entran en los centros de salud y hospitales de Guipúzcoa y Vizcaya. Según informa El Diario Vasco, el Servicio de Salud autonómico ha decidido prohibir el uso de este tipo de protectores en el interior de su centros. Los cambian a las puertas por mascarillas quirúrgicas.

La medida lleva a cuestionarse la seguridad de las mascarillas de tela y a plantearse en qué medida son buenos sistemas de protección frente al coronavirus para el día a día.

“Una cosa son los hospitales y otra es ir a dar un paseo”, diferencia la farmacéutica Gemma del Caño. Al entrar en un centro sanitario se accede a un lugar especialmente vulnerable, donde cualquier precaución es poca y donde el objetivo es evitar llevar el virus. De ahí que sea tan importante que los pacientes utilicen los sistemas con mayor eficacia de filtración bacteriana.

“Las mascarillas que mejor resultado dan son las quirúrgicas R2 (por encima del 98%) y las higiénicas no reutilizables (por encima del 95%)”, explica Del Caño. Es decir, las que se compran en las farmacias y en los supermercados. No son equipos de protección individual (EPI), sino que hacen de barrera para evitar la dispersión vírica cuando la persona que la usa (infectada o sospechosa de estarlo) estornuda, tose o habla. Al usarlas todas las personas que entran en el hospital, habría muy pocas posibilidades de expandir (o contraer) el virus si alguien lo tiene.

Otra cosa son los paseos, visitas al supermercados o las actividades del día a día, apunta Del Caño. Ahí, además de estos dos modelos, entran en juego las mascarillas higiénicas reutilizables. Su eficacia de filtración bacteriana es más baja (> 90%), por eso no son bienvenidas en centros sanitarios.

“En el día a día es la mejor elección si se quiere ser sostenible”, señala Del Caño, que apunta que estos sistemas además son mucho más económicos.

La especialista diferencia entre estas mascarillas higiénicas reutilizables y las de tela con filtro, que a simple vista son iguales pero que no tienen las mismas garantías. Si bien las primeras son válidas si cumplen la norma UNE 0065:2020, en las segundas es más complicado garantizar su eficacia porque depende del filtro y no todos los que se venden están homologados.

¿Se acabaron las monedas de uno y dos céntimos de euro? granadahoy.com

 La Comisión Europea estudiará el impacto económico, ambiental y social que puede conllevar homogeneizar el redondeo

Monedas de céntimos M. G.

La Comisión Europea (CE) ha puesto en marcha una consulta para recabar información sobre el uso de las monedas de uno y dos céntimos de euro, en el marco de una evaluación sobre su impacto para decidir si propone suprimir su uso y para armonizar el redondeo en la eurozona.

La consulta, que se prolongará durante 15 semanas, tiene como objetivo involucrar a una amplia gama de partes interesadas, entre las que se encuentran instituciones, autoridades nacionales relevantes, consumidores y sociedad civil, según ha indicado la CE en un comunicado.

Sobre la base de esta evaluación tal y como se anunció el pasado mes de enero en su programa de trabajo para el ejercicio de 2020, a finales del próximo año 2021 se decidirá si se justifica la creación de una propuesta legislativa sobre la introducción de reglas uniformes para el redondeo de los pagos en efectivo en la eurozona y la retirada de las monedas de 1 y 2 céntimos.

A través de esta evaluación que actualizará el informa realizado en 2018 sobre este asunto, la Comisión estudiará el impacto económico, ambiental y social que puede conllevar homogeneizar el redondeo y cualquier propuesta futura deberá estar basada en el resultado de la citada evaluación, con lo que no se podrá llevar a cabo hasta que este proceso se haya finalizado.

En una evaluación preliminar del impacto, la CE señala que, en cuanto a los consumidores se refiere, no se espera que el redondeo afecte de forma significativa a la estabilidad de los precios.

En esta línea, la comisión se basa en que la experiencia de los Estados miembros que ya han introducido reglas de redondeo - Bélgica, Finlandia, Irlanda, Italia y Países Bajos- confirma que no ha tenido un impacto en la inflación de precios al consumidor. 

Por su parte, la CE espera implicaciones fiscales positivas, debido a que la emisión de estas monedas es una actividad deficitaria para un considerable número de Estados en la zona euro, puesto que su producción y costes de emisión superan su valor nominal.

Para evaluar el impacto social, que se espera que sea diferente en distintas partes del territorio de la Unión Europea (UE), se recurrirá a los resultados de la consulta pública y a una encuesta del Eurobarómetro. 

Donde sí se espera un gran impacto positivo es el ámbito medioambiental, por la reducción del uso de acero y cobre que se utiliza en su fabricación y del uso de agua y otros productos químicos para su producción, junto con otros materiales necesarios para su transporte.

martes, 29 de septiembre de 2020

Esto es lo primero que deberías beber por las mañanas, según los nutricionistas El HuffPost

 "Si empiezas el día con una bebida saturada de azúcar y otras sustancias, le estás diciendo a tu cuerpo que te importa un bledo".

Por Julie Kendrick


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   Qué bien, por fin te has levantado. Antes de nada, es hora de beber algo. ¿Pero el qué? Quizás hayas oído que lo mejor es un buen vaso de agua, o un té, o tal vez un café.


Si quieres salir de dudas, lee lo que opinan los nutricionistas.


Sí, lo que bebes a primera hora importa, y mucho

Para bien o para mal, lo primero que bebas en todo el día es importante.


“Va a marcar la pauta del resto del día”, afirma la nutricionista Karen Ansel. “Lo último que quieres es empezar el día con una bebiza azucarada y procesada, como un refresco, que va a inundarte de glucosa el sistema. Quizás notes un chute instantáneo de energía, pero te garantizo que a media mañana notarás un bajón”.


La nutricionista Sara Haas señala: “Si empiezas el día con una bebida saturada de azúcar y otras sustancias, le estás diciendo a tu cuerpo que te importa un bledo. En cambio, si empiezas con agua u otras bebidas nutritivas, le estás diciendo que lo tienes todo controlado y que te tomas tu salud en serio.


Bebe agua aunque no tengas sed

La mayoría de los expertos con los que se ha puesto en contacto la edición británica del HuffPost tienen un claro favorito: el agua. Aunque suene aburrido, es lo que necesita tu cuerpo para hidratarse después de la noche.


“Tal vez no tengas sed nada más levantarte de la cama, pero beber agua es un hábito saludable que te permitirá seguir hidratado durante el día”, explica la dietista Vicki Shanta Retelny.


Tampoco te pienses que tienes que beber agua tibia del grifo, hay muchas formas de tomar agua y puedes escoger tu favorita.


“A mí me gusta el agua enlatada con gas. Mentalmente, me ayuda saber que me tengo que acabar la lata antes de pasar al café”, comenta la dietista Barbara Ruhs.

Agua con limón y romero

No seas duro contigo mismo

No mucha gente empieza el día cantando con una sonrisa en la boca, pero todo el mundo merece una ayuda para mantener un estado de ánimo más civilizado para el resto del día. Ansel tiene un consejo: “La noche anterior dejo preparados los ingredientes para el café y pongo un temporizador en la cafetera. Así, cuando me despierto, tengo recién preparado el café para ayudarme a ponerme en marcha”.


No te fíes de las bebidas de moda

“Si te gusta echarle mantequilla o aceite de coco al café, adelante, pero, como dietista, te aseguro que no es sano. Además, ¿echarle mantequilla al café? ¡Qué asco!”, opina Ruhs.


Los supuestos beneficios de esta clase de cafés están basados en estudios pseudocientíficos, asegura la dietista Amanda Frankeny: “Ningún estudio revisado por pares va a avalar la idea de que tomar café caliente con mantequilla como parte de una dieta keto te va a ayudar a adelgazar”.


Frankeny también advierte del peligro de las supuestas bebidas desintoxicantes: “No te creas ninguna bebida que afirme ser desintoxicante. Nuestros órganos ya son sistemas desintoxicantes muy buenos. Tu organismo ya sabe librarse de la porquería. Si lo cuidas bien, seguirá haciendo su trabajo”.


Las bebidas energéticas son otra opción muy popular por la mañana y también son peligrosas.


“Muchas bebidas energéticas tienen mucha cafeína, así que, si es lo primero que bebes por la mañana, tendrás que tener mucho más cuidado con la cafeína que ingieras durante el resto del día”, advierte la dietista y nutricionista Amy Gorin.


Y aunque los zumos han adquirido una mala reputación durante los últimos años, Ruhs asegura que un vaso de zumo de naranja de vez en cuando por la mañana está bien y que “tomar zumo 100% natural no es tan malo como muchos se piensan”.


“Es cierto que el zumo no contiene toda la fibra de la fruta entera, pero de vez en cuando se puede incluir en la dieta como una buena fuente de vitamina C”, sostiene.


El té es una buena opción a cualquier temperatura

La dietista y nutricionista Toby Smithson, a quien le diagnosticaron diabetes a los 8 años, comenta que por la mañana se prepara una jarra de té para que le dure todo el día.


“Las investigaciones demuestran que beber té tiene beneficios para la salud en general y, concretamente, para la prevención y la gestión de la diabetes”, explica. “Los polifenoles del té parecen afectar a la producción de insulina y ayudan a mantener una correcta tensión arterial, a reducir el riesgo de enfermedad cardíaca y a reducir el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2″.


Ninguno de los expertos anteriores avala los beneficios de tomar agua caliente con limón, pero tampoco tienen motivos en contra, de modo que, si te gusta su sabor, adelante.


“Comprendo que a algunas personas les guste”, afirma Gorin. “El agua caliente es muy relajante y el limón le añade una chispa cítrica. Pero, personalmente, si tomo agua caliente es para ingerir antioxidantes, de modo que recomiendo té verde en vez de agua con limón”.


Bebe café para empezar con energía

Si tu intención es “terminar las tareas antes de salir de casa”, Ruhs recomienda una taza de café. Para Frankeny, el café es innegociable durante todo el año. Si hace calor, se lo toma con hielo, y solucionado. Y añade: “Eso sí, para mantener una rutina constante, todas las mañanas bebo medio litro de agua antes de tomarme el café”.

lunes, 28 de septiembre de 2020

Cuando aprendemos a ser impotentes El HuffPost

 Aprenderás a ser optimista cuando aceptes “lo negativo” como algo temporal en tu vida, y el éxito como algo que puede ser permanente.

Por Pilar Sánchez

Experta en gestión del estrés a través de la Escucha Biológica


Beautiful woman looking outside

  


Desde el momento en el que nacemos estamos expuestos a un magnífico mundo de experiencias de todo tipo. Se está, normalmente, muy a gustito en la tripa de mamá porque se satisfacen todas nuestras necesidades.


Una vez que te invitan a salir, la cosa cambia. La primera experiencia ya puede marcarte toda una vida. Puedes estar ayudado en todo momento por quien practica la cesárea, o puedes necesitar de la energía de un súper héroe para llegar al mundo exterior.


De cualquier forma, es un éxito tu llegada al mundo aunque no se te recuerde tanto como lo necesitas.


Porque cuando se nos repite demasiado a menudo que fallamos, que hacemos las cosas mal, que no vamos a llegar a triunfar en nada… entonces nos están enseñando a ser impotentes e indefensos.


También puede pasar que no haya nadie ahí afuera diciéndotelo, simplemente que seas tú quien tiene el convencimiento de, remitiéndose a las pruebas de ciertas experiencias acumuladas, que nunca conseguirás lo que te propongas.


No hay nadie más insistente que tu mente hablando veinticuatro horas al día, siete días a la semana. No hay condena más dura que soportar un diálogo interno de desprecio y desvalorización.


Y en base a escuchar eso a alguien ahí afuera, sea un maestro, sea un padre, una pareja o tu propia voz interior, se aprende a ser impotente, a no luchar, a sentirse una víctima y a resignarse a la vida.


Ya te he hablado de la resignación y es que es algo que tenemos que tener muy presente. 


“La impotencia aprendida fue descubierta como tal en los años 70 por Martin Seligman, un psicólogo estadounidense.”


Estamos en una sociedad en la que se nos ha hecho creer que vendrá alguien a salvarnos de nuestras desgracias: un mesías, un político, unas medidas de urgencia… y mientras, lo mejor es esperar. Algunas personas lo harán enfadadas e indignadas, y otras, mientras esperan, mirarán su pantalla con mucha paciencia.


Y ahí hay algo de impotencia aprendida también. Si de verdad no se tienen en cuenta las propias capacidades para actuar en el ámbito en que se pueda actuar y mejorar las circunstancias personales, estás dejándote llevar por esas voces que te dicen que eres impotente.


Y no estoy en contra de los mesías, políticos o medidas de urgencia, estoy más a favor de la autoestima sana y las fortalezas personales.


La impotencia aprendida fue descubierta como tal en los años 70 por Martin Seligman, un psicólogo estadounidense. Se hicieron varios experimentos con perros a los que se daban unas descargas eléctricas. A unos se les permitía salir de la estancia después de la descarga, y a otros no.


Adivina qué pasó cuando les aplicaban las descargas eléctricas y les permitían salir.


Los que estaban acostumbrados a salir, siguieron saliendo, y los que en un primer momento recibían descargas sin opción a salir, permanecieron encerrados porque ya habían aprendido a no hacer fuerza para escaparse.


Lo mismo les pasa a los elefantes que crecen atados con una cuerda a un poste, y una vez son desatados no se ponen a caminar porque han aprendido a no hacer más intentos por conseguir su libertad.


En cierta medida, nos mantenemos como esos animales que esperan a que el mundo cambie cuando creemos que el mundo es hostil, que si nos han dicho que somos torpes es cierto y que solo seremos felices cuando venga el salvador (que parece que nunca llega).


“Aprenderás a ser optimista cuando aceptes “lo negativo” como algo temporal en tu vida, y el éxito como algo que puede ser permanente.”


Nuestros fracasos no son la prueba de que nunca conseguiremos lo que deseamos. Los fracasos son la prueba de que en la vida unas cosas salen como planeamos y otras no.


Después de un análisis todos podemos ver con claridad si había algo más que podíamos haber hecho o si la culpa es de la mala suerte (no se nota pero lleva ironía).


El fracaso puede tomarse como algo temporal cuando eres capaz de observar en cuántas situaciones has superado las barreras que tenías delante y has conseguido lo que esperabas.


Si piensas que lo conseguiste porque era muy fácil o porque cualquiera podía hacerlo, entonces el éxito no se siente como tal porque estás en modo “impotencia aprendida”.


Hay mucha impotencia aprendida que puede ser transformada en optimismo. Se puede aprender a ser optimista, sin llegar a perder una nota de pesimismo para mantener los pies en la tierra, eso sí.


Aprenderás a ser optimista cuando aceptes “lo negativo” como algo temporal en tu vida, y el éxito como algo que puede ser permanente. Y para ser consciente de que tienes quizás más éxitos acumulados que fracasos, necesitas mirarte con orgullo y darle la importancia a todas y cada unas de las cosas que has hecho para estar donde estás hoy. Porque puedes sentir el orgullo de haber superado todas tus dificultades.


Quizás algún día venga un mesías a por ti, pero si no viene, no pasa nada, estarás tan concentrado como yo borrando todos los “no puedo” en “antes o después lo conseguiré”.

Tematología El HuffPost

 Andrés Lomeña

Entrevista con la comparatista Cristina Naupert.


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¿De qué tratará este artículo? De los temas: del amor, la muerte, la lealtad o la traición. Esos temas universales sufren cambios específicos con el paso del tiempo. La tematología estudia los temas y los motivos de la literatura en busca de la cuadratura del círculo: entender los temas en su universalidad sin renunciar a sus particularidades. No hay nadie mejor que Cristina Naupert, que compiló Tematología y comparatismo literario, para responder a cuestiones cruciales sobre la literatura, aunque estas pueden extrapolarse al ámbito de la cultura y de las humanidades. Si te interesan los estudios literarios, aquí tienes una breve y exquisita introducción a la literatura comparada para que puedas nutrirte de ideas… y de temas, claro.

 

ANDRÉS LOMEÑA: Siempre he pensado que la historia literaria debería tener en cuenta los temas y los motivos, además de otros aspectos como el léxico, el estilo o la intertextualidad. Phillipa Chong señala que los propios críticos literarios consideran que una obra se puede desglosar por orden de importancia de la siguiente manera: el lenguaje, los temas e ideas, la estructura narrativa, los personajes y las expectativas de género. ¿Qué relevancia otorga usted a la tematología y qué despertó su interés por los estudios tematológicos?

CRISTINA NAUPERT: Creo que los historiadores de la literatura han tenido siempre en cuenta los temas y motivos que marcan las épocas en la historia de la(s) literatura(s) y también, en particular, la obra de los grandes escritores y escritoras. Porque, simplemente, es demasiado difícil historiar la literatura sin aludir a las mimbres de temas y motivos. Eso sí, no siempre se han declarado abiertamente esas pesquisas tematológicas, sino que se ha procurado más bien que pasasen desapercibidas.

Personalmente, coincido con los conceptos que se mencionan para desglosar una obra literaria, pero no con la jerarquía que, según Phillipa Chong, establecen entre ellos los propios críticos literarios (¿todos al unísono?), de cuyo gremio la socióloga cultural, además, no forma parte. No por haberme formado como comparatista en el ámbito de la tematología literaria voy a otorgarle a la tematología un lugar o una relevancia por encima de los demás criterios del enjuiciamiento crítico-literario. El análisis tematológico es un componente más, tan necesario como los demás, para el estudio cabal de un autor y/o de una obra literaria.

En cuanto a la última pregunta, debo decir que siendo estudiante de filología de último curso y después en la etapa de los cursos de doctorado quería trabajar a toda costa en el ámbito de la literatura comparada. Cuando empecé a explorar los diversos campos de estudio asociados al comparatismo, la tematología enseguida me resultó atractiva por el universalismo de algunos temas e ideas y el particularismo de otros. Recuerdo la sensación de percibir un fondo compartido de ecos culturales detrás de la Torre de Babel. En este sentido, creo que conviene destacar también el afán menos elitista del comparatismo tematológico porque desde siempre admitía la posibilidad de trabajar también con traducciones y no solo con obras originales.

Creo que hay un tema (complejo temático) verdaderamente universal que es el eros-thanatos, el amor y la muerte. En el fondo, la gran metáfora que resume la existencia de cualquier ser humano.

A.L.: ¿Prefiere tematología o Stoffgeschichte? No sé qué expresión usan, por ejemplo, los estadounidenses. A propósito, ¿se puede acotar lo que es un tema? Por ejemplo, ignoro si las epidemias contarían como tal. Desde luego, ejemplos no faltan: Diario del año de la peste de Defoe, La peste de Camus, El libro del día del Juicio Final de Connie Willis… ¿Nueva York puede ser un tema? ¿Los locos? ¿Qué temas le interesan a usted en particular y cuáles destacaría a lo largo de la historia de la literatura?

C.N.: Prefiero el término de raíz latina, tematología, entendido como estudio literario de temas y motivos. Stoffgeschichte, el término alemán, tiene como base el concepto de historia (Geschichte) y la tematología moderna no abarca solo el estudio del devenir histórico de los temas y motivos. Por lo que conozco, el término más usado en el ámbito de la Literatura Comparada a nivel internacional es el de tematología.

Bueno, se puede intentar acotar lo que es un tema. Lo intenté en su momento, pero lo difícil es que hay varios conceptos muy próximos a tema (motivo, plot, mito, idea, etc.) y que la acotación de uno de estos conceptos siempre implica la de los otros. Hay una lista muy larga de definiciones que han establecido tematólogos muy ilustres, a veces con coincidencias entre ellos, a veces con claras divergencias. Aparte de definiciones más o menos acertadas, creo que cualquier lector sensato siempre sabría delimitar los temas principales de una obra literaria que acaba de leer. Claro que una epidemia puede convertirse en tema literario (tú mismo das varios ejemplos). Seguro que veremos en algún momento la pandemia causado por el covid convertida en tema narrativo. Y, por supuesto, hablamos de una abrumadora cantidad de ciudades literarias que no se prestan solo como simple soporte espacial para ubicar los acontecimientos narrados, sino que forman en sí parte del entramado temático de una obra. 

Con el tema de los locos nos desplazamos al rico terreno de los temas (como la locura) que se asocian necesariamente a los personajes (en muchos casos, los portavoces de las prioridades temáticas de sus creadores). Temas abstractos como, por ejemplo, la envidia, el odio entre hermanos, los celos, el fanatismo religioso, la generosidad o el amor filial solo se pueden convertir en literatura si se “filtran” a través de la creación de personajes en cuya idiosincrasia llegan a ocupar un lugar importante.

Ahora bien, en cuanto a la pregunta qué temas me interesan en particular, me es difícil mencionar solo unos cuantos. En principio, me interesa cualquier tema que trata la buena literatura y me gustan las sorpresas temáticas. En estos momentos, estoy leyendo una novela en alemán, Stern 111 de Lutz Seiler, que pivota, entre otros temas, alrededor de la obsesión del protagonista por escribir poesía. Es un tema triste, lleno de frustración por la incomunicación y la dificultad extrema de conseguir comunicarse con los otros a través de la palabra poética. 

Y, finalmente, me preguntas qué temas destacaría a lo largo de la historia de la literatura. Creo que hay un tema (complejo temático) verdaderamente universal que es el eros-thanatos, el amor y la muerte. En el fondo, la gran metáfora que resume la existencia de cualquier ser humano.

Soy muy pesimista porque no veo ningún mundo posible donde se obre el milagro de una revalorización de los estudios literarios, ni de la lectura literaria (para empezar por la base), ni de las humanidades en general.

A.L.: Las polémicas en torno a la representación de la diversidad y la apropiación cultural podrían verse desde otra óptica si la tematología adquiriera mayor centralidad. La novelista Lionel Shriver asegura que se están cercando las libertades creativas de los autores. Si ponemos el foco en ciertos temas, ya estaríamos incluyendo cuestiones como la raza, la clase y el género. Una obra como Niña, mujer, otras de Bernardine Evaristo no se cuestionaría y encontraría su espacio natural porque la obra seguramente cubra espacios tematológicos que no se habían tratado previamente. ¿Cuál es su impresión acerca de estas controversias? 

C.N.: Está claro que la corrección política convierte ciertos temas en sospechosos. Como ejemplo puede servir Lolita de Nabokov. Actualmente, puede resultar muy arriesgada una celebración de la novela si no se comenta el tema del abuso de una niña por un hombre mucho mayor. Son temas de ficción, pero la libertad creativa de los autores está cercada, como tú mencionas, por condicionantes sociales propios de nuestros tiempos del me too que en principio le son ajenos a la literatura. Claro, la tematología solo procura analizar los puntos centrales del fondo temático, no los enjuicia por ser o no políticamente correctos. Cuestiones de género, raza, clase u orientación sexual suelen constituir importantes complejos temáticos (asociados en menor o mayor medida a los personajes de la ficción), pero casi nunca se estudian “simplemente” como tales, sino como mensajes políticos de tal o cual grupo social. Es muy difícil abogar aquí por acercamientos declaradamente tematológicos porque priman siempre los intereses del grupo particular en cuestión que quiere reivindicar su otredad y para eso la tematología siempre resultaría demasiado imparcial. 

A.L.: He sabido por el académico checo Bohumil Fort que mi admirado Lubomír Dolezel no solo publicó Heterocósmicas, sino Heterocósmicas II y III, aunque estas dos últimas obras no se han traducido. Su libro Tematología incluye una explicación del doble de Dolezel. ¿En qué mundo posible contempla usted una revalorización de los estudios literarios? ¿Qué futuro le ve a la disciplina tras el plan Bolonia o la pandemia?

C.N.: Aquí soy muy pesimista porque no veo ningún mundo posible donde se obre el milagro de una revalorización de los estudios literarios, ni de la lectura literaria (para empezar por la base), ni de las humanidades en general. Es un pesimismo radical porque creo, desde mi limitada visión personal, que ya es tarde, que estamos en un final de época, que estamos asistiendo al finiquito irreversible de la era Gutenberg. El plan Bolonia y la pandemia con su obligada enseñanza online solo le han dado la puntilla a un proceso que lleva tiempo en marcha. ¿Por qué soy tan pesimista? Porque observo mucho a mis estudiantes en la universidad y porque tengo un hijo universitario. Son adorables, listos, saben hacer muy bien un montón de cosas, pero no tienen ni la preparación ni la paciencia para leer, digamos, Guerra y paz. De verdad, no quiero ponerme aquí en plan (por cierto, esa es una palabra fetiche de mis estudiantes) Casandra, es mi impresión personal y ojalá me equivoque.

A.L.: ¿A quién le concedería usted un premio de teoría literaria como el Wayne C. Booth? ¿Echa en falta que aparezca un nuevo René Wellek en este ámbito? Lo digo por su capacidad sistematizadora, más que nada.

C.N.: Bueno, el asunto de los premios en cualquier campo suele ser algo bastante espinoso. Basta con recordar los últimos escándalos en torno al premio Nobel de Literatura. Para conceder un premio de teoría literaria, habría que delimitar antes que nada qué se pretende premiar: solo una obra extraordinaria o la docencia sobresaliente en este campo o ambas cosas al mismo tiempo. Solo me vienen dos nombres a la mente, por desgracia, ya no aptos como receptores hipotéticos de este premio: los recién fallecidos George Steiner y Harold Bloom. Gente así ya no nos queda, e igualmente es imposible que aparezca un nuevo René Wellek, porque las circunstancias históricas en las que se dio la bienvenida en las universidades de los Estados Unidos después de la Segunda Guerra a la generación de Wellek, la de los intelectuales europeos emigrantes, han cambiado radicalmente. 

Mitos y realidades sobre la menstruación El HuffPost

 Mientras las series de zombis y asesinos llenan nuestras pantallas de sangre, la menstrual es considerada como algo sucio que no puede olerse ni mostrarse.

Por 
Mónica Molner
Médica de familia y especialista en salud sexual y reproductiva

SABEL PAVIA VIA GETTY IMAGE

La “regla” se nos ha presentado como esos días oscuros en los que hay que “soportar” dolores, sangrados y malestar en general, quedando totalmente relegadas las emociones inherentes al ciclo; todo ese mundo que se siente… pero que no se ve. Los diferentes cambios hormonales que tenemos a lo largo del mes nos afectan a nivel físico y psicológico, igual que si pensamos en las diferentes emociones y apetencias en un día de sol y uno de lluvia.

Es evidente que cuando nos encontramos mal no podemos rendir igual que el resto de días, y no pasa nada. Nos ha faltado una asignatura de “Educación Menstrual” para ayudarnos a comprender toda esa sabiduría de antiguos matriarcados que brindaban a las mujeres, para prepararlas y acompañarlas en los cambios que tendrían a lo largo de sus vidas.

Sigo escuchando eso de que el sangrado es necesario para limpiarnos cada mes o el que si no sangras, te hinchas, por ello creo necesaria una pequeña explicación: El cuerpo se prepara cada mes para un posible embarazo, y entre otros muchos cambios, el útero fabrica un “colchón” donde pueda anidar el huevo y, si no hay fecundación, se irá desprendiendo y saldrá por cuello del útero. Con los anticonceptivos hormonales no hay ovulación (excepto con los DIUs, que sí la hay) y nos encontramos con una colchoneta tan fina que los sangrados son menores o incluso inexistentes, pero ESO NO SIGNIFICA que la sangre quede retenida dentro y por eso se aumente de peso.

Los medios de comunicación muestran anuncios que hablan del sangrado, curiosamente azul, como algo que realmente NO nos afecta para seguir la misma marcha de siempre; será por eso que las chicas con tampones dan volteretas y saltan felices, aunque todas las mujeres sabemos PERFECTAMENTE que eso no es lo que más nos apetece en estos días.

Mientras las series de zombis y asesinos llenan nuestras pantallas de sangre, la menstrual es considerada como algo sucio que no puede olerse ni mostrarse.

“Tristemente, en la sanidad pública actual es misión imposible poder ofrecer otros recursos para reducir molestias asociadas al ciclo cuando no estamos hablando sólo de anticoncepción.”

Recuerdo la primera mujer musulmana que acudió a mi consulta para quitarle el sangrado antes de empezar el Ramadán. Tras ella, han ido llegando muchas más con las que he ido descubriendo las razones. La presencia de sangre menstrual les impide realizar el ayuno con el resto de la comunidad por considerarse impuras. Una vez dejan de sangrar, tienen que recuperar los días en los que no han podido hacerlo. Aunque esta creencia no sea compartida por todas las musulmanas, es motivo frecuente de las que solicitan mi asesoramiento.

Miranda Grey, en su libro Luna roja, resume perfectamente el cambio radical de enfoque en el momento en el que aparecen las sociedades patriarcales:

La menstruación pasó así de considerarse santa y sagrada a convertirse en sucia y contaminante, y se fomentó la creencia de que la mujer durante esos días era “una fuente de energía destructiva andante”, basándose en que tras su feminidad escondía un tremendo poder mágico…

Resulta increíble cómo podían creer que una mujer podía ser tan poderosa durante su sangrado menstrual, que era mejor aislarla, no fuera que contaminara o destruyera todo lo que se encontrara a su paso; tenían prohibido tocar los utensilios cotidianos y, sobre todo, los utilizados por los hombres, para evitar dañarlos. La que osara saltarse la norma, podía ser castigada con la muerte. Así, ellas no sólo veían limitados sus movimientos en esa fase del ciclo, sino también las dietas que debían seguir, y no precisamente con el objetivo de evitar dolores o molestias. Tenían prohibido el consumo de carne para no perjudicar las cacerías y el de leche para no afectar la productividad de las vacas. Trayendo esto al presente lo imagino algo así como que se considerara radiactiva a la mujer con sangrado. ¡Sería como vivir rodeados de un montón de centrales nucleares explotando que pueden acabar con todo!

Mientras que para nuestra cultura en general el sangrado es algo negativo que hay que anular, era considerado por las sociedades matriarcales como un tiempo en el que la mujer se retiraba para ser cuidada por las mujeres de su entorno, ya fuera en la “tienda roja”, la choza o la cueva, según momentos de la historia y lugares del planeta.

¡Qué más quisiéramos nosotras bajar la actividad cuando el cuerpo lo necesita! Y en cambio, lo que me piden la mayoría de las mujeres que acuden a consulta es un anticonceptivo que reduzca o anule el sangrado para seguir con la actividad diaria. Tengo que decir que no me considero una sádica, por lo que ante una usuaria que desea un método más allá del preservativo, y que me cuenta dolor o sangrados importantes, la simple idea de mejorar su calidad de vida me lleva a asesorarle sobre los métodos que pueden reducirlos sin considerarlos demoníacos por ello. Como cualquier medicación, tiene sus secundarismos y contraindicaciones, y hay que asesorar de forma individualizada a cada mujer. Tristemente, en la sanidad pública actual es misión imposible poder ofrecer otros recursos para reducir molestias asociadas al ciclo cuando no estamos hablando sólo de anticoncepción.

“La copa menstrual, inventada en los años 30, sigue siendo todo un descubrimiento para mujeres del siglo XXI, que la rechazan por el hecho de ver su propia sangre, a pesar de ser más ecológica, económica y saludable”

“La copa menstrual, inventada en los años 30, sigue siendo todo un descubrimiento para mujeres del siglo XXI, que la rechazan por el hecho de ver su propia sangre, a pesar de ser más ecológica, económica y saludable”

¿Repoblar el campo? granadahoy.com

 TRIBUNA

GUILLERMO DÍAZ VARGAS

Arquitecto

La importancia de definir tu misión y
 tu visión empresarial

    El temor a que el aislamiento y la distancia interpersonal habiten nuestras vidas ha alimentado algún que otro menosprecio de urbe y alabanza de aldea. Por ahora sin demasiada repercusión, pero presto a adquirirla en cualquier momento. De hecho, en estos meses se han registrado algunos casos de repoblación de núcleos casi vacíos que han sido ejemplo noticiado de ajuste a la nueva situación.

Esta circunstancia, y el hecho de que tales movimientos respondan también a la creciente preocupación por la desertización y abandono de las áreas rurales, invitan a la reflexión sobre el potencial alcance operativo, en términos demográficos y económicos, de un retorno de población y actividad a la España vaciada.

Como es bien sabido, los deméritos de la ciudad a favor de la vida en el campo no son algo novedoso. Hubo crisis urbana y generalizada repoblación rural tras la caída del Imperio Romano de Occidente, y repudio de la ciudad e idealización del mundo campestre en la novela pastoril, en la poesía bucólica de la Antigüedad y del Renacimiento, o en el canto por la poesía ascética de las bondades de la vida retirada y ermitaña. La revolución industrial daría paso a las propuestas del socialismo utópico, y a las más hacederas de los distintos modelos de ciudad jardín. La tensión ideológica entre ciudad y campo se ha mantenido en oscilación pendular a lo largo de la historia.

De un modo u otro, el rechazo de las complicaciones y el bullicio de la gran ciudad, y la idealización de la tranquilidad y sosiego de la aldea, son motivos con notable presencia a lo largo de la historia. Si este credo volviera a prosperar, estaríamos ante un nuevo florecimiento del ruralismo que, en realidad, ya estaba activo antes de la pandemia. Ésta será, si acaso, el impulso final que desencadenase su nueva andadura. La vida rural se vería revalorada ahora, además, por su mayor seguridad frente a la gran ciudad, cuyo aura -ya erosionada por su hipertrofia, sus disfunciones y sus efectos de despoblamiento rural- puede sufrir otra merma en la medida en que, como ya se ha insinuado, se instituya el mito de que las aglomeraciones urbanas son causa desencadenante y catalizador de la pandemia.

Así, al tópico rechazo de la masificación, el stress, la deshumanización, y otros estigmas que pesan sobre las grandes ciudades, se sumaría ahora la resignada renuncia de muchos devotos urbanitas a sus ventajas, compensada por la sublimación de las cualidades de la aldea, con su menor intensidad y variedad de contactos, y justificada, además, como defensa contra la vulnerabilidad sanitaria a la que, supuestamente, habría conducido el crecimiento poblacional y su progresiva concentración en ciudades.

La otra cara del asunto, la despoblación de las zonas rurales -precisamente por motivos contrarios, las carencias del campo frente a la ciudad- tampoco es un problema nuevo para la opinión general, ni para la teoría urbanística, que la enfocó en su momento como patología de las relaciones entre centro y periferia en dos de sus escalas, la local y la regional, y que ha intentado abordarlo en la práctica, con actuaciones que, pese a sus resultados limitados, han hecho historia del urbanismo. En realidad siempre ha sido así, las ciudades reales nunca respondieron más que parcialmente a los ideales del momento. Como ha ocurrido con tantas otras propuestas de los urbanistas a lo largo de la historia, sus contribuciones no han podido generalizarse y sobreponerse a la potencia y la constancia de las fuerzas geoeconómicas que modelan el territorio. Han debido coexistir con su negación real, florecer en su seno y limitarse a dejar en ella su huella material en el espacio urbano y en la Historia, para la que, por lo demás, terminan quedando como paradigma más o menos sacralizado.

En resumen, las ciudades no han crecido por libre voluntad de concentración de sus residentes, sino presionadas por fuerzas económicas -las que rigen los mercados- que ningún Estado, ni los que se presumen socialistas o comunistas, ha sido capaz de controlar, contrarrestar o revertir. No sabemos todavía si estamos en ciernes de un nuevo impulso pendular hacia una arcadia campestre. Lo que sí creemos saber es que no cabe esperar un éxodo urbano general y autónomo, sostenido y cuantitativamente significativo, si bien no cabe descartar que con mucho menos pueda ofrecer algunos beneficiosos efectos. Ésta sería la virtud y la justificación de algunos proyectos que se vienen proponiendo en tal sentido y cuyo éxito no necesita, en todo caso, ir más allá que el resto de los paradigmas urbanísticos contemplados por la historia, siempre a la retranca, como excepción ejemplar y alternativa frente a los fenómenos dominantes en el proceso de urbanización

Detectan desde Granada una bola de fuego sobrevolando Andalucía a una velocidad de 39.000 km/hora granadahoy.com

 Al entrar en la atmósfera una roca procedente de un asteroide


Detectan desde Granada una bola de fuego sobrevolando Andalucía a una velocidad de 39.000 km/hora

Los detectores del proyecto SMART, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), desde los observatorios astronómicos Calar Alto (Almería), La Sagra (Granada), La Hita (Toledo), Sierra Nevada (Granada) y Sevilla han registrado el paso de una bola de fuego sobre el sur de Andalucía a 39.000 kilómetros por hora.

Según ha informado el investigador principal del proyecto SMART, José María Madiedo, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), la bola de fuego ha sido grabada a las 23:55 horas del 25 de septiembre.

El fenómeno se ha producido al entrar en la atmósfera terrestre una roca procedente de un asteroide a una velocidad de unos 39.000 kilómetros por hora.

El choque con la atmósfera hizo que la roca se volviese incandescente y generase una bola de fuego que se inició a una altitud de unos 80 kilómetros sobre el noreste de la provincia de Sevilla; desde allí avanzó en dirección noreste, entrando en Córdoba y extinguiéndose a unos 26 km de altitud sobre el noroeste de esta otra provincia.

Los detectores del proyecto SMART operan en el marco de la Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa (SWEMN), que tiene como objetivo monitorizar continuamente el cielo con el fin de registrar y estudiar el impacto contra la atmósfera terrestre de rocas procedentes de distintos objetos del Sistema Solar. EFE

R.  G.

viernes, 25 de septiembre de 2020

El mejor pastelero del mundo es el español Xavi Donnay y sus postres cuestan más de 30 euros ElHuffPost

 Para probar sus creaciones hay que reservar en el restaurante Lasarte de Barcelona.
Por 

Margarita Lázaro y Uxía Prieto


RESTAURANTE LASARTE


Xavi Donnay es el mejor pastelero del mundo. El chef catalán ha sido reconocido este miércoles durante la entrega virtual de The Best Chef Awards 2020, en la que el danés René Redzepi, del restaurante Noma de Copenhague, ha sido galardonado como el mejor cocinero del mundo.

En el top 10 de grandes chefs se cuelan cuatro españoles y si se mira a los 100 mejores del mundo hay un total de 15. Estos son los que ocupan los primeros puestos:

4. Eduard Xatruch, Oriol Castro y Mateu Casañas, de Disfrutar (Barcelona)

5. Joan Roca, de El Celler de Can Roca Girona)

6. Dabiz Muñoz, de Diverxo (Madrid)

8. Aitor Zabala de Somni (Los Ángeles, EEUU)

Donnay es el jefe de pastelería del restaurante Lasarte de Martín Berasategui, y su premio es un reconocimiento a haber “sabido trasladar la filosofía de Berasategui de afán por los buenos productos al territorio dulce”. Para ello, “siempre ha estado atento a los ingredientes tecnológicos y las influencias de la cultura asiática”.

Definen sus postres, que le toman el relevo a los del también catalán Jordi Roca, como “repostería en formato mini (buffets, mignardises)” y una forma de “reivindicar las grandes posibilidades creativas de los formatos más pequeños”.

Para probar la pastelería de Donnay es imprescindible reservar en el restaurante Lasarte de Barcelona. El establecimiento dirigido por el cocinero vasco Martín Berasategui cuenta con tres estrellas Michelin y está situado en la parte baja del Hotel Monument, en la esquina de Paseo de Gràcia con calle Mallorca.

El sistema de reservas permite conseguir mesa para dos personas incluso para hoy mismo, pero hay que tener en cuenta una serie de condiciones. Después de seleccionar la fecha en la que se quiere disfrutar del restaurante, se debe abonar una señal de 100 euros por comensal que se descontarán de la factura final de la mesa. Para cancelar o modificar la reserva es necesario hacerlo mínimo 24 horas antes o se perderá el dinero previamente abonado.

A estas condiciones, Lasarte suma una más: el código de vestimenta. El restaurante indica que se debe acudir con un atuendo formal, no se permite la entrada con deportivas y los hombres deben llevar pantalón largo y zapato cerrado.

Los postres de Donnay se distribuyen en tres cartas: el menú a elección del comensal, el menú degustación y el menú Lasarte. En el primero el pastelero presenta cinco creaciones diferentes:

  • Crema cuajada a la trufa blanca, pera y avellana (38€)
  • Sorbete de jengibre y fruta de la pasión, coco y zanahoria (31€)
  • Pastel de chocolate caliente, cacao al 70% con helado de té Earl Grey (31€)
  • Cremoso de café, cacao, ajo negro y frambuesa (31€)
  • Torrija caramelizada con crema helada de ron y vainilla (31€)
Para los que disfruten del menú degustación, que cuesta 260 euros, Donnay ha preparado dos postres: Esferas de cardamomo, manzana, yogur y Cacahuete, tamarindo, plátano y mantequilla tostada. Además de una selección de petit-fours, pasteles en miniatura.

En el caso de elegir el menú Lasarte, cuyo precio es de 230 euros, se podrá probar un Sorbete de jengibre y fruta de la pasión, coco y zanahoria y una Crema de Marrón, helado de nata ahumada, café y cacao. Esta opción también incluye los petit-fours.

El restaurante Lasarte permanece cerrado domingo, lunes y martes.

jueves, 24 de septiembre de 2020

Contra el miedo infundado al igualitarismo El HuffPost

Entrevista con el sociólogo César Rendueles

MARCHMEENA29 VIA GETTY IMAGES

     
Andrés Lomeña
Profesor, doctor en sociología y colaborador de Common Action Forum

    El espíritu de nuestro tiempo parece contaminado por el miedo irracional a cualquier tipo de igualitarismo. Desde ciertos medios y formaciones políticas surgen terrores antiigualitaristas contra la redistribución de la riqueza, las ayudas al desempleo, las becas o la okupación, lo mismo da. El conservadurismo tiene ya sus armas retóricas preparadas para inocularnos miedo: liberticidio, igualación por lo bajo, igualitarismo perverso, etcétera. Por este motivo, el sociólogo César Rendueles, que acaba de publicar Contra la igualdad de oportunidades: un panfleto igualitarista, nos recuerda que esa concepción profundamente elitista ha cristalizado en historias que van desde el lecho de Procusto al cuento Harrison Bergeron de Kurt Vonnegut. 

Según Rendueles, la igualdad de oportunidades vendría a ser como conformarse con las migajas. Es lo que nos queda cuando la gran batalla por la igualdad se ha perdido. Se nos dice que tenemos derecho a intentar ser lo que queramos ser, y que existe igualdad de oportunidades para lograrlo, como aquella simpleza que soltó Pérez-Reverte de que la ignorancia es voluntaria porque todos podemos comprar las obras completas de Platón en un quiosco. El igualitarismo real no es poder ir al quiosco del barrio.

La igualdad de oportunidades ha sido una importante reivindicación socialista, sí, pero ha degenerado en una pantomima del mérito, un proyecto meritocrático que no es más que una parodia de la democracia. Si te tragas la ilusión de que la movilidad social funciona a pleno rendimiento, el trampantojo es perfecto. Y César Rendueles, tan didáctico como acerado, nos cuenta en esta entrevista por qué las ilusiones ópticas que desdibujan el verdadero igualitarismo han funcionado tan bien.

 

ANDRÉS LOMEÑA: El trauma de la desigualdad que tan bien describe en las primeras páginas de su libro me lleva a preguntarme por qué no es infrecuente una respuesta reaccionaria por parte de quienes más padecen esa desigualdad.

CÉSAR RENDUELES: El incremento de las desigualdades ha sido dramático en los últimos cuarenta años, conforme avanzaba la mercantilización y el desmontaje del Estado del Bienestar, pero la desigualdad no solo es el resultado de un proyecto económico y político, sino también cultural. La gran victoria del neoliberalismo –un término del que hemos abusado mucho y con el que no me siento del todo cómodo– consistió no sólo en transformar las reglas económicas y aumentar el poder de las grandes empresas, sino en cambiar los afectos, la sensibilidad y nuestra comprensión del mundo. 

El elitismo nos ha calado hasta los huesos y hace que nos parezca más fácil y realista buscar alianzas con los ricos que entre nosotros. Este clasismo tan retorcido se aprecia muy bien en las zonas de solapamiento que se dan entre los intereses de una familia de clase media y una parte de las élites. Piensa en la época de la especulación inmobiliaria. Nadie era tan idiota para pensar que los intereses de un gran constructor y los suyos eran los mismos, pero sí que se construyó cierto interés compartido entre las expectativas de las familias que se hipotecaban porque aspiraban a tener una casa en propiedad y los bancos que daban hipotecas y las empresas que se dedicaban a la especulación. Esas lealtades tan artificiales destruyen nuestra imaginación política, nos impiden imaginar una sociedad más igualitaria y nos condenan a depender de quienes viven instalados en el privilegio. 

Las élites siempre han defendido que su posición de privilegio tenía que ver con su superior mérito.

A.L.: Contra la igualdad de oportunidades recuerda la elevada presión fiscal que hubo en países netamente capitalistas, una especie de salario máximo encubierto donde se acometían ambiciosas políticas de redistribución. Estamos muy lejos de aquel escenario.

C.R.: El secreto de aquellos años, cuando había impuestos de más del noventa por ciento para las rentas más altas, es que esta política fiscal no era vista como una medida particularmente izquierdista o, al menos, exclusivamente izquierdista. Eran políticas transversales que podían oscilar un poco con gobiernos de izquierdas o de derechas, pero en esencia se mantenían. Esa fue la receta del gran impulso igualitarista posterior a la Segunda Guerra Mundial. Necesitamos repetir ese movimiento, conseguir que la igualdad deje de ser una seña de identidad de la izquierda y se convierta en un valor compartido. Y creo que es posible porque mucha gente de derechas es más igualitarista de lo que ella misma piensa. Me refiero a que incluso quienes desconfían de aquellas políticas igualitaristas que no reconocen el esfuerzo y consideran que se debe premiar el mérito, rara vez les parecen razonables las desigualdades extremas que existen hoy. Tal vez piensen que un directivo de una empresa debe ganar más que el empleado medio, pero no les parece aceptable que ganen 450 veces más que el empleado medio, como ocurre en algunas empresas del IBEX35. Cuando les preguntas por la magnitud de la desigualdad, muchas personas conservadoras que creen que las desigualdades son imprescindibles en una sociedad compleja matizan sus respuestas. La cuestión es que incluso esa desigualdad mitigada parece hoy un experimento bolchevique porque no hay mecanismos políticos para impulsarla. Un ejemplo conocido: hay en torno a novecientos inspectores de trabajo para toda España, una realidad que condiciona cualquier posible reforma laboral. 

A.L.: Describe la escuela actual como un sistema de estratificación larvado al que no se puede cargar la responsabilidad en exclusiva de producir igualdad. ¿El problema sigue siendo la escuela concertada, esa especie de elitismo expandido a las clases medias?

C.R.: Las élites siempre han defendido que su posición de privilegio tenía que ver con su superior mérito. Los señores feudales hablarían de méritos de sangre y nosotros de la capacidad de emprendimiento o de alguna otra fantasía empresarial. Al final, se trata de justificar el estatus. Meritocracia, por cierto, es una traducción casi perfecta de aristocracia.

La escuela entendida como único dispositivo social que impulsa la igualdad de oportunidades irrumpe cuando se convence a la gente de que la igualdad real es imposible e indeseable. La idea es: conformémonos con un control antidoping-social para que todos podamos fantasear con la posibilidad remota de llegar a pertenecer a las élites. En realidad, eso tiene poco que ver con la igualdad. De hecho, es lo que proponían los elitistas clásicos: un dispositivo de circulación de las élites. Pero es que, además, supone una exigencia brutal para la escuela. Se supone que la igualdad es una cosa que no tiene que ver con los impuestos, la legislación laboral, la banca pública o el poder de las empresas sino, por encima de todo, con la educación. Es absurdo. Sobre todo porque el sistema educativo español, completamente marcado por el sistema de conciertos, parece un experimento elitista a gran escala. De ningún modo quiero culpabilizar a las familias usuarias de la educación concertada, que imagino que sencillamente buscan lo mejor para sus hijos, como todos. Pero lo cierto es que la educación concertada, que es una completa anomalía internacional, proporciona una herramienta de bajo coste para esquivar los problemas y conflictos de la educación universal. La concertada repite y generaliza el gesto de los ricos, que se desentienden de la suerte de los demás buscando soluciones particulares a sus problemas. Es un modelo que tiene tal nivel de implantación que es difícil de revertir a corto plazo, pero si no se intenta la educación como proyecto igualitarista es imposible. Dicho de otra manera: o acabamos con el modelo de escuela concertada o renunciamos a la educación como espacio igualitario. 

Creo que es urgente incorporar el sorteo a nuestra caja de herramientas políticas. Expandir nuestra imaginación democrática es una tarea inaplazable.

A.L.: Parece bastante optimista con los mecanismos de deliberación que se eligen por sorteo para revitalizar nuestra democracia. 

C.R.: Los mecanismos basados en el sorteo son una de las estrategias que se puede implantar para impulsar la democracia deliberativa. Se habló mucho de democracia deliberativa hace un par de décadas y desapareció un poco del mapa académico porque había mucho entusiasmo con las nuevas tecnologías, que se pensaba que sustituirían los procesos deliberativos por mecanismos digitales agregativos. Ha habido un cierto desencanto respecto a las posibilidades de la democratización digital, pero no se ha vuelto con la suficiente fuerza al debate de cómo mejorar los mecanismos democráticos a través de la deliberación. En este sentido, creo que es urgente incorporar el sorteo a nuestra caja de herramientas políticas. Nunca he entendido muy bien por qué consideramos que el sorteo es una estrategia aceptable para elegir a quien determina la culpabilidad o inocencia de alguien en un juzgado, pero no para intervenir en asuntos políticos, o en la decisión de políticas culturales, o en la selección de cargos públicos. Expandir nuestra imaginación democrática es una tarea inaplazable.

A.L.: Temo que el reconocimiento del olvido de la clase trabajadora haya ido en detrimento de la agenda feminista. Varios ensayos recientes tratan de explicar las crisis actuales atacando de forma directa a las llamadas políticas de la identidad.

C.R.: Lo veo casi exactamente al revés. El crecimiento de la igualdad de género nos muestra que el igualitarismo profundo y finalista es posible y mejora la vida común. El aumento de la igualdad entre hombres y mujeres nos ha mostrado que los privilegios degradan la vida de todos, tanto de quienes los sufren como de quienes los disfrutan, y nos impiden llevar una vida buena compartida. Es una especie de laboratorio del igualitarismo futuro. Sin duda se pueden hacer muchas críticas a las políticas antagonistas de las últimas décadas pero de ningún modo creo que nos hayamos equivocado al apoyar a colectivos subordinados que vivían situaciones insoportables. Todas esas luchas nos ayudan a afianzar una igualdad más compleja, más rica y más digna de ser vivida. No veo ninguna contradicción en las políticas que han tratado de mejorar la situación de colectivos tradicionalmente relegados. La igualdad y la libertad son aspectos que se retroalimentan, dos dimensiones que se nutren entre sí: la igualdad ayuda a ser más libre y la libertad nos ayuda a ser más iguales. En los próximos años asistiremos a un auge de la bibliografía en contra de la meritocracia porque es el resultado razonable de lo que hemos vivido antes: muchos libros que diagnosticaron la desigualdad (Piketty, Wilkinson, etcétera) y los efectos perniciosos de su crecimiento. A partir de ahora aparecerán libros más propositivos.

A.L.: Por último, ¿qué pierde el mundo académico con el fallecimiento prematuro de David Graeber?

C.R.: Yo siempre llego tarde a los autores y teorías de moda. David Graeber es uno de los pocos autores de los que puedo decir que me deslumbró cuando aún no era muy conocido, gracias a Hacia una teoría antropológica del valor. Graeber es el autor que mejor ha reformulado y ampliado el legado de una de las grandes figuras del pensamiento político del siglo XX y que ha sido muy importante para mí: Karl Polanyi. No dejo de recomendar su gran libro de antropología económica: En deuda. Incluso cuando no coincido políticamente con él me parece brillante. Su reciente Trabajos de mierda me gustó mucho. Estoy seguro de que es uno de los pocos autores contemporáneos que se convertirá en un clásico. Los estudiantes de antropología tienen una fuente de inspiración maravillosa, un autor que mezcla erudición histórica y rigor teórico con una escritura brillante y divertida.