lunes, 27 de junio de 2022

La paja en el ojo ajeno granadahoy.com

 TRIBUNA

BELÉN ENTRALA BUENO


Dejen que me presente: soy Belén Entrala Bueno, viuda de Lorenzo Arribas Mir, luchador y apasionado por Sierra Nevada, a cuya defensa dedicó muchos artículos en este mismo medio. Estos días se está deliberando el cambio de la legislación del Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional de Sierra Nevada y he recordado con cariño a Lorenzo y la campaña contra el radar en el Mulhacén, en la que durante las jornadas de recogida de firmas en el centro de Granada contra aquel disparate, la gente se sorprendía de que alguien se atreviese a alzarse contra el poder.

Especialmente aún recuerdo algunos de los que nos negaban su apoyo, muchos de ellos ‘ilustres’ profesores de la Universidad, que a buen seguro cuando se le ganó la partida al Gobierno de Felipe González, presumieron de haber firmado la campaña. Lo mismo que entonces, espero que en esta ocasión la ciudad entienda esta nueva campaña para que dejen al Parque Nacional en paz.

Lorenzo escribió en la revista Grandes Espacios en abril de 2008: “Hoy la carretera más alta de Europa está cerrada y va convirtiéndose en un sendero. Por si acaso, no debemos olvidar la historia. Es muy fácil dar marcha atrás y que una máquina abra de nuevo el paso. Sería una pena”.

El presidente de la Junta ha presumido recientemente de haber tenido consejeros de mucho nivel, de personas rodadas y de imperar en su gobierno la seguridad jurídica, y nos enteramos estos días del disparate que quieren perpetrar con una modificación tramitada por vía de urgencia del Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional de Sierra Nevada para permitir que la Vuelta Ciclista a España tenga un final de etapa en una de las cumbres más altas de Sierra Nevada. Eso sería estupendo y no haría falta modificar nada, si decidieran respetar el Plan Rector tal como está establecido, pero dejando la meta unos metros más abajo, sin entrar en el Parque Nacional. Se cumple lo que Lorenzo nos decía: “Es muy fácil echar marcha atrás”.

Todos los parques nacionales del mundo comparten los mismos problemas de masificación de visitantes y el consiguiente peligro para el medio ambiente, fauna y flora de los mismos. Todos intentan con su normativa poner freno a la degradación y pérdida de las esencias de esos parques. El Parque Nacional de Sierra Nevada también dispone de su normativa recogida en el Plan Rector de Uso y Gestión, el mismo que por esa vía urgente en la que son expertos en la Junta se pretende modificar.

Si no he leído mal, el punto segundo de los Objetivos y Criterios del Parque Nacional en el apartado 2.1, dice que se propone “asegurar la conservación y la recuperación, en su caso, de los hábitats y las especies”. Muchas alegaciones caben en esta artimaña, todos debemos saberlo y todos queremos esa “seguridad jurídica” de la que ha presumido el presidente.

No parecen muy tranquilizadoras estas tramitaciones urgentes para poder llevar la etapa de la Vuelta Ciclista a esa cota altísima cuyo resultado será violentar lo que la propia legislación del Parque estipuló para protegerlo.

Para entendernos bien, un final de una etapa de una Vuelta, Giro o Tour conllevará lo siguiente esté donde esté: proliferación de señalizaciones, invasión de seguidores y curiosos que pisotearán las plantas y dejarán tirada su basura, acceso de vehículos motorizados, utilización de megafonía atronadora en la meta, instalación de casetas y parasoles, puestos de socorro, vertido de residuos, etcétera.

Es más, si leemos el Plan Rector que se quiere cambiar ahora, descubriremos que están permitidas las actividades deportivas no competitivas y prohibidas las competitivas, excepto una relación de pruebas que ya se celebraban antes de la declaración de Sierra Nevada como Parque Nacional, hoy prácticamente desaparecidas. En esta lista, que debería tender a su extinción, es en la que se quiere incluir ahora, como prueba tradicional, la Vuelta Ciclista a España, ejemplo paradigmático de prueba de competición.

Todos tenemos derecho a disfrutar de espacios naturales limpios y protegidos, pero debemos saber que nunca hay que bajar la guardia y dejar que únicamente los políticos decidan arbitrariamente. La ciudadanía debe tener un papel en todo esto y uno únicamente un voto cada cuatro años. Señores de la Junta: está muy bien ver los defectos de las cosas e intentar mejorarlas en beneficio de todos, pero cuando una cosa funciona lo mejor es dejarla como está y no andar cambiando la legislación a socaire de cualquier viento o pedalada interesada.

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