Un sencillo repaso y unas pequeñas reparaciones pueden evitar que echen abajo el coche en la inspección
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J. L. ÁLVAREZ | MADRID
Los anclajes de los cinturones de seguridad son una de las cosas que hay que revisar. / Autocasión
Cualquier coche o motocicleta particular con más de cuatro años debe pasar la Inspección Técnica de Vehículos, un examen que podría ser realizado por talleres y concesionarios de prosperar la propuesta del Ministerio de Industria. Con un sencillo repaso y unas pequeñas reparaciones se puede evitar que echen abajo el coche en la inspección.
La web www.autocasión.com recoge las comprobaciones que deben realizarse y que pueden suponer un ahorro de tiempo y, sobre todo, de dinero.
Documentación: Se debe comprobar que la ficha técnica del coche está en orden. El impuesto municipal de circulación y el seguro han de estar al día. Es recomendable llevar los recibos. Para evitar las colas hay que pedir cita anticipada. Ahorra bastante tiempo el día de la inspección.
Qué se puede revisar antes: En el alumbrado, todas las luces tienen que funcionar y estar bien reguladas. Las ópticas no pueden estar rotas, astilladas o descoloridas por el sol. Los kits de xenón deben desmontarse. El claxon ha de funcionar, al igual que las escobillas de los limpiaparabrisas. Hay que revisar el nivel del líquido de lavado. También deben cerrar correctamente las puertas y los elevalunas.
Otro de los puntos a mirar son los anclajes de los cinturones de seguridad, así como su bloqueo (con un tirón tienen que sujetar al pasajero). Uno de los puntos que miran poco, pero que entra dentro de la inspección, es el bloqueo del volante, que debe conectarse y quitarse sin problemas. También deben apagarse segundos después de encender el motor los testigos del salpicadero.
En el parabrisas cualquier 'chinazo', rotura o grieta, especialmente en el campo de visión del conductor debe arreglarse antes de pasar la ITV. Los neumáticos tienen que tener el dibujo correcto y los testigos de desgaste no deben de verse. La medida, código de velocidad e índice de carga han de ser iguales o superiores a los especificados en la ficha técnica.
Los anclajes: parachoques y pasos de rueda han de estar sujetos; se deben revisar las grapas, remaches, tornillos…
Si el vehículo tiene algún accesorio no original (ganchos de remolque, estriberas o defensas) hay que llevar el certificado de homologación.
Qué revisar antes en marcha. La presión de los neumáticos debe ser la indicada por el fabricante. Se debe evitar llevar el maletero o el depósito de combustible lleno. Los frenos han de estar equilibrados, de manera que el coche no se vaya hacia ningún lado en caso de pisada fuerte del pedal. En el foso se comprueba que no haya fugas de aceite o en el tubo de escape y también el funcionamiento de las rótulas de dirección, 'silent-blocks'…
Para pasar el análisis de gases, antes de ir a la ITV, es conveniente rodar con el motor alto de vueltas. De esta manera se eliminarán las partículas que queden en los conductos de escape.
Tipos de fallo en la ITV
Con fallos leves (lámparas fundidas, falta de agua en el limpiaparabrisas…), la prueba está superada, pero quedan anotados en la hoja de la ITV. Si no se subsanan, la Guardia Civil puede imponer una sanción.
Un fallo grave (llevar los neumáticos en mal estado, desequilibrios en los frenos, holguras en la dirección…) obliga a repetir la inspección (de forma gratuita) en el plazo de un mes. Si se tarda más, habrá que abonar las tasas de nuevo.
Si el fallo se considera muy grave (daños estructurales, piezas no homologadas que supongan riesgo, número del bastidor erróneo, etc), el coche quedará inmovilizado y la documentación, retenida.
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