María del Carmen Andújar, su marido y sus dos hijos menores podrán vivir en su piso de La Hispanidad tres años con un alquiler social "La gente debe saber que sí es posible", asegura
JAVIER RONCHEL, HUELVA María del Carmen Andújar, en la cocina de su casa. / Jaime Cortegano
Día de felicidad para una familia onubense. Día de esperanza para miles de personas en Andalucía. La primera aplicación del decreto andaluz sobre la función social de la vivienda se anunció ayer en el BOJA, llevando la alegría a un pequeño piso de la barriada de La Hispanidad en Huelva. El estreno de las expropiaciones bancarias temporales de la Junta permitirá a María del Carmen Andújar; su marido, Manuel Luis Romero, y sus dos hijos menores, de 15 y 17 años, seguir en la misma residencia durante los próximos tres años con un alquiler social por el 25% de sus ingresos. El marido está en paro y ella trabaja para una empresa de limpieza a tiempo parcial, cobrando "lo que no llega ni a 300 euros al mes". El proceso aún debe superar el periodo de alegaciones para la entidad implicada, pero ya está en marcha y los afectados empiezan a ver la luz.
La casa de María del Carmen, en la calle Alonso de Ercilla, fue desde primera hora de la mañana el escenario de una fiesta improvisada. Familiares, amigos, vecinos y muchos periodistas recogieron el júbilo de la protagonista: "Tengo en el cuerpo una satisfacción muy grande. Me siento muy contenta, satisfecha y orgullosa".
La noticia le llegó unas horas antes, la noche del miércoles, cuando se la comunicaron activistas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), los mismos que le aconsejaron hace un mes realizar la solicitud ante la Delegación Territorial de Fomento y Vivienda. "Valoro al máximo lo que se ha hecho. Ha sido todo muy rápido", aseguró en la misma casa a este diario por la mañana.
La vivienda de la familia Romero Andújar tenía una orden de desahucio para el 14 de mayo. Antes, después de agotar todas las prórrogas posibles, acudió a la PAH para pedir asesoramiento y surgió la opción de acogerse al nuevo decreto ley, aprobado el 9 de abril. María del Carmen inició los trámites con la Junta de Andalucía el 24 de abril y firmó la solicitud el 10 de mayo, sólo cuatro días antes del desalojo programado por el juzgado.
"Tuvimos mucha suerte porque la ejecución se demoró mientras se estudiaba nuestro caso. Nos dijeron que tardarían al menos quince días en dar una respuesta y al final nos han sorprendido antes y de esta forma", explicó feliz la afectada. "Hemos pasado un año y medio muy duro hasta ahora".
La familia lleva 9 años viviendo en el piso de 86 metros cuadrados de Alonso de Ercilla, un bloque modesto, de sólo tres plantas, sin ascensor, construido hace varias décadas. Durante los primeros seis años pudieron atender los pagos de la hipoteca, de alrededor de 500 euros mensuales hasta que las cosas se empezaron a torcer. Tuvieron que cerrar el pequeño negocio que regentaban y tratar de subsistir como podían, pero hace tres años dejaron de pagar. La deuda de los tres primeros meses provocó la apertura del proceso por parte de la financiera con la que firmaron el crédito, generando una deuda que superaba los 20.000 euros con intereses y costes de gestión. "Teníamos una hipoteca de 78.000 euros y al final pasamos a deber 96.000 al banco. Si no podíamos pagar cada mes, más difícil era pagar todo eso", apuntó.
El piso acabó saliendo a subasta el 31 de octubre de 2011, siendo adjudicado a una filial inmobiliaria de la entidad financiera. Contactaron con abogados para evitar un desahucio que se debía materializar en enero de 2013. Y se logró una prórroga en los juzgados. Hasta que la orden final de desalojo se fijó para el 14 de mayo y se apostó por recurrir al nuevo decreto de la Junta.
"Ha sido muy duro. Cuando llegó la orden de desahucio me vine abajo", confesó María del Carmen. "Estábamos desesperados, sin opciones. No me quería ir de esta casa. Antes, me quedaba de okupa".
La mujer se siente muy agradecida a la PAH, a su familia, amigos y vecinos, "que me han apoyado en todo momento". Muy contenta, además, por ser el primer caso en Andalucía, que cree un ejemplo para cuantos se encuentran en la misma situación: "Le pido a todo el mundo que no se venga abajo y que luche". En la misma línea, su hermana Sandra, presente en la casa, animaba a "no rendirse nunca". "Si se lucha se puede conseguir una salida a esta situación".
La familia recibió a primera hora una llamada de la delegada de Vivienda, María Villaverde. "Pienso ir en persona a agradecérselo", dijo María del Carmen.
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