El presidente de la Asociación de Estanqueros de Granada, Manuel Ruiz, asegura que "el negocio ha caído un 25% desde que hay crisis" y reconoce el impacto de la Ley Antitabaco
JUAN RAMÓN OLMOS | GRANADA
Manuel Ruiz, en su estanco de Las Gabias. / J. R. O.
En el Día Mundial Sin Tabaco, conviene también recordar a algunos que viven de este negocio y suelen pasar inadvertidos. Son los estanqueros, una de esas profesiones que se mueven en un terreno complicado: venden algo que al Estado oficialmente no le gusta -como ejemplo, la promulgación de la Ley Antitabaco- pero del que extrae dinero -un porcentaje nada desdeñable del tabaco vendido.
"En concreto, se quedan con el 75% de cada cajetilla", afirma Manuel Ruiz, presidente de la Asociación Provincial de Estanqueros de Granada, preocupado porque la situación de su gremio "es muy mala, sufrimos un declive de ventas de entre un 20% y un 25% desde que comenzó la crisis".
Este hombre, que regenta un estanco, el único de Las Gabias, achaca este panorama a que "la gente no tiene dinero" y a "otra cosa muy importante, el incremento del tabaco de contrabando". Ruiz califica a este problema como "un enemigo de toda la sociedad, porque este tabaco no tiene control sanitario ni sabemos de dónde viene. Solo vemos que se están falsificando marcas y que están entrando por contenedores enteros para venderse en tiendas de chinos, quioscos...".
Según este estanquero, "Vigilancia Aduanera y la Guardia Civil están trabajando muchísimo para acabar con el tabaco de contrabando, pero se ven desbordados". Este fenómeno "no es nuevo", insiste Ruiz, que añade que "cuanto más caro está el tabaco en el estanco, más de contrabando hay". Bueno, y ya que estamos, ¿cuánto ha subido el precio del tabaco? "Un 30%, es una barbaridad", responde este hombre, que culpa al Estado de esta escalada: "Tienen más necesidad de recaudar con impuestos indirectos".
Por ello, Ruiz descarta que su gremio pueda conseguir una bajada de precios: "De algo tiene que abastecerse el Estado. No se le puede pedir que se baje el sueldo, porque sus necesidades son mayores. Saca dinero de estas cosas y parece una incongruencia que se consiga dinero para temas de Sanidad con esto, pero es así. El Estado está también contra la ludopatía y no deja de ganar dinero con la lotería".
Teniendo en cuenta que solo se quedan con el 25% de cada cajetilla de tabaco, y que este se consume cada vez menos, cualquiera diría que esa fama de personas ricas que acompaña a los estanqueros ha concluido. "Pero es que eso es una leyenda que nunca ha existido, jamás hemos vivido una época de bonanza", responde Manuel Ruiz. Él asegura que "los estancos son negocios familiares a los que nos hemos dedicado toda la vida y sin tener pretensiones de riqueza. Ahora solo nos queda ser muy profesionales, como siempre lo hemos sido, porque el Gobierno no nos ayuda aunque sabe que están disminuyendo las ventas y las ganancias. Las cuentas no salen y al final tenemos que prescindir de empleados".
Y es que Ruiz admite que "se están cerrando muchos estancos, sobre todo en los pueblos pequeños de la provincia". Una tendencia que va acompañada de otra en los hábitos de consumo de los clientes: "Cada vez más gente compra tabaco de liar, el negocio ya está al 50%. Las 'picaduras' se han incrementado una barbaridad y muy pronto pueden llegar incluso a superar al cigarrillo americano normal".
En cualquier caso, este estanquero recuerda que "cuando yo empecé en esto, se fumaba mucho tabaco de liar porque no había mucho dinero, llegaron mejores tiempos y empezó la moda de los cigarrillos, los americanos, y ahora estamos volviendo al comienzo. Siempre se ha fumado y se seguirá fumando. De hecho, Ruiz cuenta "una frase de un señor que define bien esto: 'nadie se quita nunca de fumar, solo coge una excedencia'. Ahora influyen muchas cosas para que la gente lo esté dejando: la recomendación del médico, la economía... Cuando vengan buenos tiempos, esto volverá a subir, como las visitas al cine, por ejemplo".
Eso sí, Ruiz matiza que "probablemente, el incremento de fumadores será mínimo porque se han limitado los lugares donde fumar. Es ahí donde admite que "la Ley Antitabaco ha sido fundamental. Antes sacabas automáticamente el cigarrillo cuando pedías tu cerveza en el bar o en la discoteca, ahora eso está limitado. Cuando sales a la calle, no te vas a fumar dos seguidos, si acaso, uno o ninguno". Un panorama que al presidente de la Asociación de Estanqueros le hace confesar que, incluso en el negocio acostumbrado a trabajar con una clientela estable, se avecinan curvas: "El hábito está cambiando", concluye.
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