El estudio se ha centrado en el estudio de las galaxias espirales, como la Vía Láctea.
Granada ha puesto su 'bandera' en la Vía Láctea. Un estudio liderado por investigadoras del departamento de Física Teórica y del Cosmos de la Universidad de Granada ofrece nuevos detalles sobre el proceso de formación de la estructura de la Vía Láctea, la galaxia espiral donde se encuentra el Sistema Solar y la Tierra.
Isabel Pérez, Estrella Florido y Almudena Zurita son las responsables de esta investigación, que asegura que uno de los elementos más comunes de estas galaxias espirales es la presencia de una barra, una acumulación de estrellas en forma alargada que determina la evolución lenta y secular que experimenta la galaxia tras la violenta fusión de estructuras que forma sus primeros componentes.
Además de estas barras, algunas galaxias (incluyendo la Vía Láctea) muestran bulbos (elevaciones o bultos redondeados) en forma de caja o cacahuete (bulbos B/P, del inglés boxy/peanut); una acumulación de material cuya forma recuerda a estas cosas según el ángulo desde el que se vea la galaxia.
Las simulaciones hacen creer a los científicos que la presencia de los bulbos B/P está íntimamente relacionada con la formación de una barra. Durante la evolución de una galaxia, existe material que se puede acumular en el centro generando una forma alargada. Esta estructura, bajo las condiciones idóneas, puede crecer hasta convertirse en una barra fuerte y acabar experimentando un rápido crecimiento vertical, fase bien establecida teóricamente de evolución de una barra galáctica pero de la que aún queda mucho por investigar. La barra continuará evolucionando desde entonces radialmente, dejando en su zona central un bulbo B/P consecuencia de dicho aumento vertical.
Durante estas fases, las estrellas se forman en diferentes localizaciones y se mueven de manera distinta. Como consecuencia, diferentes regiones o estructuras dentro de una galaxia dada podrían tener estrellas muy diversas. Las investigadoras han realizado estudios que muestran cómo se distribuyen y qué características tienen las estrellas en galaxias espirales barradas, claves para confirmar este escenario y para determinar cuándo se formó la barra y el momento en el que tuvo lugar la inestabilidad vertical.
Mediante la aplicación de modernas técnicas, los científicos han analizado la distribución de edades estelares en el bulbo, la barra y el disco de una galaxia espiral barrada, que muestra evidencias de un bulbo B/P. La comparación entre los resultados observacionales y modernas simulaciones de galaxias barradas, han permitido encontrar indicios que sugieren que la barra de la galaxia tiene más de 10.000 millones de años y que experimentó la inestabilidad vertical hace unos 8.000 millones de años. Es la primera vez que se establece observacionalmente este momento denominado 'bluckling'.
Además, hay pruebas de que las barras crecen a partir de material del disco y de que actúan como "cintas transportadoras", mandando material a la zona central desde el disco sin formar estrellas en ellas.
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