Encuentra alguien a quien amar. Pero no olvides encontrarte a ti mismo también.
PEXELS |
Historia original: Thought Catalog y Quote Catalog.
Por Mélanie Berliet
Entiendo por qué todo el mundo busca el amor. Por qué invertimos tanto tiempo, energía, esfuerzo y dinero en ir de cita en cita y tratar de encontrar pareja. Por qué soñamos con el típico "y fueron felices y comieron perdices". Por qué chillamos de emoción cuando un amigo nos anuncia que se va a casar y por qué lloramos en casi todas las bodas. Por qué nos encanta cotillear sobre las rupturas y por qué tendemos a estigmatizar el divorcio, como si romper fuera lo más trágico que le puede suceder a una pareja. Por qué escondemos la realidad detrás de la pareja y lo adornamos con hashtags proclamando lo orgullosos que estamos de nuestra media naranja.
El amor es una droga maravillosa. Puede ser espectacular encontrarlo y sucumbir a él: sumergirnos en su poder, tan enigmático, y que nos permite deleitarnos con el ideal de "esto es lo que andaba buscando". Sentir que finalmente has descubierto el secreto de la felicidad y que has encontrado el sentido a tu existencia con ese posible compañero de vida.
Todos queremos una pareja: alguien en quien poder apoyarnos, alguien con quien poder ir a todas partes, alguien con quien desahogarnos, alguien con quien celebrar los éxitos (sean grandes o pequeños), alguien con quien follar.
Pero el amor no te va a arreglar la vida.
No puede hacerlo. Sí que puede mejorar las cosas, especialmente al principio, cuando encuentras a esa persona con la que crees que serías capaz de compartir toda tu vida. Cuando el amor está empezando, tenemos la sensación de que el mundo brilla mucho más. Cuando estás pillado por alguien, las cosas que solían resultarte aburridas ya no lo parecen tanto. Las actividades que de por sí eran agradables acaban siendo incluso más gratificantes.
El amor no transforma toda tu realidad. No te convierte en una persona distinta, ni resuelve todos tus problemas, ni borra tus errores.
Pero ese encaprichamiento no dura eternamente, ni siquiera para las personas más enamoradas del planeta. Esto ya lo sabemos y, sin embargo, siempre se nos olvida. El deseo acaba desvaneciéndose y, cuando lo hace, se ve reemplazado por la comodidad, las experiencias compartidas y muchos recuerdos memorables. A ello se le suman las peleas, los celos, las tentaciones, las dudas y el cansancio en la pareja.
El amor duradero sí que es posible, pero no lo es si esperas que el amor haga todo el trabajo por ti, y tampoco lo es si te niegas a comprender los límites del amor.
El amor no transforma toda tu realidad. No te convierte en una persona distinta, ni resuelve todos tus problemas, ni borra tus errores. Lo que sí que hace es crear más problemas. El amor no siempre es bonito. De hecho puede ser bastante feo. No es una tirita para curar la desesperación emocional. De hecho, puede causar estragos psicológicos en muchos casos. No es un motivo por el que vivir. Es más, puede impulsar a algunas personas a matar. Los delitos de pasión existen. El amor alimenta la generosidad, la pasión y la belleza. Pero también alimenta la maldad, la oscuridad e incluso el odio.
Todos queremos amor y todos lo merecemos. Pero no debes esperar que tu mundo cambie mágicamente en cuanto lo encuentres.
Queremos que el amor sea más de lo que es. Queremos que sea esa fuerza trascendental que nos une como seres humanos, incluso cuando nos separa. Queremos que haga de la vida algo que merezca la pena vivir. Queremos que cure nuestro sufrimiento. Queremos que llene nuestra vida de significado. Pero la verdad es que todo eso debes hacerlo por ti mismo.
Todos queremos amor y todos lo merecemos. Pero no debes esperar que tu mundo cambie mágicamente en cuanto lo encuentres. Sí, hay algunas cosas de la vida que inmediatamente parecen mucho mejores cuando has encontrado un cómplice. Pero el amor no siempre es la respuesta. A menudo la respuesta es sencillamente trabajar duro. O la introspección y el crecimiento personal. A veces, la respuesta es decir adiós. Y, a veces, la respuesta es simplemente no.
La vida que llevas está determinada por la suma de decisiones que tomas. Algunas de estas decisiones están relacionadas con las personas que decides amar. Pero muchas otras no tienen ningún tipo de relación con el amor.
No vivas por amor. Si esperas que te llene o presionas a las personas que amas a que te hagan sentir pleno, acabarás completamente decepcionado y, probablemente, solo. El amor es maravilloso, pero no lo es todo. Las mejores historias de amor de la ficción son completamente increíbles. Las mejores canciones de amor están inspiradas en algo, pero son reduccionistas.
El amor no es todo lo que necesitas. Tienes otras necesidades y solo tú puedes asegurarte de que se vean satisfechas. Así que mira dentro de ti mismo y trata de averiguar qué es lo que quieres en tu vida. Después, invierte la misma cantidad de tiempo, energía, esfuerzo y recursos económicos necesarios para conseguir ese otro objetivo.
En cualquier caso, encuentra alguien a quien amar. Pero no olvides encontrarte a ti mismo también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario