-España es el primer país europeo en demanda de sexo de pago. ¿Qué hemos hecho mal?
-No hemos hecho nada, por eso lo hemos normalizado. Somos un país muy patriarcal, con una clara raíz machista. Nadie se echa las manos a la cabeza cuando pasa con su coche por un montón de clubes de carretera, ni cuando hay octavillas en los parabrisas. No hay chaval que no haya escuchado que su tío, su hermano, su primo o su amigo se casan y se van a un club a celebrarlo. ¿Te casas por amor y te vas a un club a comprar a un ser humano? Los más jóvenes no saben lo que esconde la prostitución, que va de la mano de la trata, de la explotación sexual... La confunden con el ocio y el botellón.
-Algunos estudios del CIS revelan que en torno al 80% de la sociedad considera la prostitución inevitable y, por tanto, creen que hay que legalizarla. ¿Es una opción?
-No, nunca puede ser una opción legalizar la esclavitud. Legalizar que las personas más vulnerables sean las que estén explotadas. Todo el mundo ve estupenda la legalización, mientras no sea su hermana o su hija. La opinión parece muy progre, porque todo lo que sea legalizar es progre, todo lo que sea abolir, parece irse a la casilla de los años 50. Pero no hay que olvidar que cualquier legalización tiene que ser un paso hacia delante en derechos humanos. Se trata de la libertad del individuo, así que cuando alguien como usted, con familia, con trabajo, me diga que va a dejar todo para ser prostituta entonces entenderé la libertad. Ahora mismo, si quieres ser autónoma y prostituta puedes hacerlo, no hay un epígrafe concreto, pero tampoco lo hay para guionista de cine.
-Cuando alguien dice: "Quien es puta es porque quiere", "es el oficio más antiguo del mundo"..., ¿qué contesta?
-"El oficio más antiguo del mundo"... eso lo dice una amiga mía superviviente de la trata, Daniela, de origen brasileño, se lo decían muchos clientes. Ella decía que no, que no era así, que el oficio más antiguo de mi país era mirar para otro lado. Cuando Albert Rivera dice que hay que legalizar la prostitución me encantaría preguntarle algunas cosas.
-¿Crees que no conoce la realidad de la que habla?
-Voy a presentar ahora un libro. He estado trabajando los últimos años con un proxeneta condenado y sentenciado; cuando escuchó esto me dijo: "Estoy seguro de que a este le aconsejamos uno de nosotros", porque no daba crédito a que una persona en este siglo, culto y en su sano juicio fuera capaz de decir algo como esto. Estos no son cuatro gatos, tienen sus propios lobbies. Llevan años agasajando a los clientes, convirtiendo los clubes viernes, sábado y domingo en discotecas para enganchar a los jóvenes. Y lo están consiguiendo. Es barato, emocional y económicamente rentable.
-Has ido a muchos colegios a enseñar tus documentales. ¿Qué has visto?
-Mira, creo que lo mejor de Chicas 24 horas, el mejor premio, ha sido poder ir a los institutos porque he visto que hemos informado a miles de chavales que no tenían ni idea de que en su país, una sociedad democrática, garantista, libre... hubiera esclavas. No pueden entender por qué esas chicas no corren. Están atrapadas por cadenas invisibles. En la mayoría de los casos, engañadas por alguien de su entorno más cercano, de su familia incluso. ¡Vives en Paraguay, hablas guaraní, no tienes dinero para venir a España! Si vas a hipotecar todo lo que tienes, ¡tu casa!, por venir aquí, ¿en quién confías? En tu prima, en tu hermana, en tu madre, en tu vecino... Alguien de tu entera confianza. Luego te fallan. Las cargas familiares les sirven de coacción, "mato a tus padres", "mato a tus hijos"..., y tienes una deuda, por que según sales de viaje ya debes lo que ha costado, ahora toca devolverlo. La garantía es la casa de tu familia. Llegas aquí, estás sola, no hablas el idioma, te quitan la documentación, te dicen que aquí los cuerpos de seguridad del Estado son tan corruptos como los de tu país, por lo que no puedes denunciar. Son cadenas invisibles.
-Además de la trata has abordado el tema de la justicia comunitaria.
-Sí, con Tribus de la inquisición, es salvaje. Ahora vuelve a España y vamos a estar en competición oficial del Festival Internacional de Cine de Almería, en noviembre. La justicia comunitaria ha degenerado en linchamientos civiles en la zona del narcotráfico en Bolivia. Hemos estado con una familia a la que le quemaron vivos a todos sus hijos. Lo hicieron en la plaza, mientras cientos de personas comían patatas fritas y se reían.
-Ver todas esas historias le debe haber cambiado por dentro.
-Sí, pero yo con eso tengo que tener cuidado. Intento aparcar las cosas y llevar una vida familiar y afectiva, como cualquiera. Tribus fue muy contaminante, tenía que pensar que eran actores. Estaba hablando con la madre mientras dos de sus hijos eran quemados, ella tenía una pistola en la cabeza, no podía apagar a su hijo y escuchaba cómo moría de dolor.
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