TRIBUNA
A los separatistas les sirve casi cualquier cosa que les ofrezca la anhelada "internacionalización" del presunto conflicto. Como a los batasunos con los curas "que hablaban raro"
Separatistas y leyenda negra |
España es un país peculiar. Tenemos serias dificultades para apreciar todo lo bueno que hacemos. Nuestra autocrítica es, en demasiadas ocasiones, destructiva, lo que impide extraer consecuencias que ayuden a enmendar y mejorar nuestras acciones. La interiorización de la leyenda negra, por parte de relevantes intelectuales, y su pervivencia hasta la actualidad ha sido muy lesiva. Elvira Roca lo analiza en una obra imprescindible. Hace unos meses viajé a Estrasburgo con un grupo de estudiantes y un colega de otra universidad. Al llegar a la estación de Basilea y tomar el tren, mi amigo exhortó a los estudiantes a que apreciaran lo conseguido en poco tiempo en nuestro país. La estación estaba vieja y descuidada y el tren, que comunicaba Suiza con la orgullosa Francia, era una reliquia propia de un museo. Hechos similares se podían relatar de servicios que se prestan en España con presupuestos inferiores. Existe una enfermiza obsesión hispánica por mirar constantemente al exterior y mitificar todo aquello que se nos diga o escriba en una lengua del norte de Europa. Como complemento, los españoles hemos minusvalorado lo mucho que podemos aprender de Iberoamérica o de África. Acomplejados y papanatas.
La batasunización del nacionalismo catalán es evidente. La acción del Poder Judicial como expresión del Estado de Derecho ha situado la calle como el siguiente campo de juego. El Gobierno debe respaldar a nuestras fuerzas de seguridad, la gran línea de defensa del orden constitucional y la democracia. El nacionalismo está dispuesto al uso de la violencia en cualquiera de sus expresiones: ora presión social y en el señalamiento sistemático del que solicitaba que su hijo estudiara en su lengua materna o el que rotulaba su negocio en español, ora atacando a la Guardia Civil/Policía.
A medida que la presión ha crecido, y el clientelismo se ha desarrollado, el Estado central ha desprotegido a los ciudadanos. Nada nuevo. Es obvio que un grupo reducido de personas organiza y controla las movilizaciones. El fin es claro. Necesitan una salida internacional. El día de las detenciones de los cargos de la Administración autonómica, los dos jefes aparentes de la operación publicitaron un supuesto editorial favorable de Le Monde. En realidad era un blog del periódico en el que se traducía la opinión de un portavoz de los nacionalistas, que ya ha hecho lo mismo en otros medios internacionales. No era la primera vez que intentaban algo así ni será la última. Tienen en nómina a subalternos cuyo objetivo es colar un artículo de opinión en cualquier medio de renombre. Cuentan además con un grupo de gente dedicada a esparcir por internet documentos y noticias falsas. Lo último, un presunto documento del Ministerio de Defensa. Se han apuntado al trumpismo más descarnado. Puede que por esa razón sean apoyados por un peculiar personaje: Julian Assange. Su respaldo a Trump y Le Pen o sus vínculos con Putin, a través del senador republicano que armó a los talibanes -hoy en el ojo del huracán por el Russian Gate-, no parecerían una compañía apetecible. Pero a los separatistas ya les sirve casi cualquier cosa que les ofrezca la anhelada "internacionalización" del presunto conflicto. Como a los batasunos con los curas "que hablaban raro".
Algunos medios señalan que el Gobierno de Rajoy está perdiendo la batalla de la opinión internacional. Es exagerado. Pero se debería exigir algo más a nuestro servicio exterior. Los golpistas usan la leyenda negra con la soltura de un español acomplejado y adoctrinado durante décadas de aceptación de las falsedades que otros nos atribuyeron.
El libro de Fernando Aramburu, Patria, es de gran ayuda para combatir uno de nuestros peores defectos: la construcción de la memoria. Por dos razones: primero porque hemos permitido y aceptado que nos la impongan desde fuera y, segundo, porque los "Nodos" -viejos o recientes- han construido una ficción que beneficia sus intereses. Patria hace pedazos el Nodo nacionalista que se está tratando de imponer, con la complicidad televisiva y educativa. La escuela de Manresa como ejemplo.
La leyenda permanece en el imaginario europeo. No hay más que recordar el nauseabundo PIGS para percibir el racismo con el que en algunos estados del Norte se despachan con los del Sur. Los europeos no nos van a ayudar. Sólo México dio la cara por la II República. Una vez más, los españoles tendremos que sacarnos las castañas del fuego. Pero mirando de refilón a los vecinos y sin complejos. En los grandes estados europeos estos golpistas y sus partidos estarían fuera de la ley. Serían tratados sin tantas contemplaciones.
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