El Día Mundial del Agua es el momento perfecto para convertir a los alumnos en protagonistas del buen trato a este recurso. Pueden diseñar carteles, aprender a captar la lluvia y hasta conocer la historia del agua que les rodea.
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¿Qué mejor que comenzar contando a los alumnos que las personas somos, principalmente, agua? Eso es, más del 60% de nuestro peso corporal lo aporta el líquido elemento. ¿Cómo no cuidar un recurso que forma parte de nosotros mismos? Tan vital y tan importante, tiene por eso un gran recorrido en el currículum de colegios e institutos.
Vamos entonces con una cuantas pistas para "inundar" de agua las aulas y los alrededores de estos centros. Antes conviene resaltar siempre la trascendencia e importancia que tiene este recurso para nuestra supervivencia día a día en la Tierra, y lo negativo que resulta hacer un mal uso de él o desperdiciarlo. Hay que recordar a nuestros alumnos que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 2.100 millones de personas en el mundo no disponen de agua gestionada de forma segura y 844 millones no tienen ni siquiera un servicio básico potable.
Ciencias de la Naturaleza, Química y Física
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Pues sí, ya se ha dicho, somos agua en más de la mitad de nuestra masa corporal. Es importante saber dónde la tenemos y por qué, pero más aún dónde la tiene la Tierra y por qué escasea, se pierde o se malgasta a pesar de que, al igual que el cuerpo humano, el 71% de su superficie está cubierta de ella. Aunque hay que recalcar que sólo el 2,5% de ese recurso hídrico es dulce; el resto es salado.
La distribución del agua, su composición, el régimen de lluvias, las nubes, la sequía, la erosión... el abanico de oportunidades de lecciones en clase y al aire libre que se abre con el agua es inmenso. Con su presencia en algún riachuelo, estanque o incluso charca cercana, que hasta se crea en el interior de la escuela, se aprende también mucho de biodiversidad, de los seres vivos que lo habitan. Aquí sirven tanto los prismáticos para observar aves acuáticas como el microscopio para sorprenderse en el laboratorio con la vida diminuta que habita en una charca.
Medioambiente
Cualquier asignatura que toque el medio ambiente en primaria, secundaria o bachillerato (y por qué no en infantil) da un juego amplísimo para hablar y actuar sobre el agua. Por ejemplo, es uno de los temas centrales del programa Ecoescuelas, que impulsa la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor y en el que están inscritos ya 530 centros escolares de España. Aparte, existen infinidad de propuestas a incluir en actividades complementarias y extraescolares con la buena gestión del agua como protagonista.
Pero dejemos que sean los propios estudiantes los que se conviertan en detectives del agua, que localicen grifos que gotean, cisternas que dejan escapar este recurso, fugas en el sistema de riego del patio o tuberías picadas. Hasta, "¡horror!, hay algún compañero de clase o profe que se ha dejado el grifo abierto". A partir de aquí, toca encontrar y aplicar soluciones y, ¿por qué no? comprobar las facturas del agua antes y después de esta labor detectivesca y de fontanería.
Historia y Sociales
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Es posible que, sin saberlo, un colegio o un instituto se levante sobre un acuífero o incluso un río o arroyo sepultado, circunstancia que se puede dar especialmente en las ciudades. Es un buen punto de partida para conocer el agua de nuestro entorno: ¿hay corrientes naturales? ¿Y fuentes, manantiales, depuradoras, alguna canalización...? La investigación variará sustancialmente si el centro está situado en un entorno urbano o rural.
Que no se desanimen los del entorno urbano si no dan con un río, arroyo o laguna cerca, las alcantarillas son otro libro abierto situado a las puertas de casas y aulas que explican muchas cosas sobre el saneamiento y depuración del flujo del agua. De nuevo hay que recordar aquí que, según la OMS, 4.500 millones de personas en el mundo no cuentan con un saneamiento seguro y 2.300 millones no disponen de servicios básicos de saneamiento.
Tecnología
¿Y si reutilizamos el agua de lluvia? Una buena idea de partida para pensar de qué manera hacerlo. Las clases de Tecnología, pero también las de Ciencias de la Naturaleza, son el espacio idóneo para diseñar un sistema de captación de agua de lluvia que contenga canalizaciones con cañerías y tubos, depósitos de almacenamiento y fontanería para su uso final.
El sistema puede llegar a ser todo lo complejo que el tiempo y los materiales permitan, ya que hay la posibilidad de potabilizarla y destinarla al consumo humano, aunque, lo más fácil y directo, es dirigir el caudal conseguido hacia el riego del jardín del centro escolar o, en el mejor de los casos, de un huerto que exista en su interior o en las cercanías.
Educación Artística, Educación Plástica y Dibujo Técnico
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De partida, una clase de Dibujo Técnico es perfectamente compatible con la de Tecnología a la hora de diseñar el sistema de captación de agua de lluvia indicado en el punto anterior. También pueden actuar conjuntamente ambas asignaturas en el diseño o mejora del sistema de riego de los patios y/o de los huertos de los propios centros o aledaños.
Pero sobre todo hay que dar rienda suelta en estos mismos centros a la creatividad artística para que los escolares diseñen desde carteles a banderolas, pósters y señalización variada destinada a concienciar sobre el bueno uso y ahorro de agua en nuestros quehaceres cotidianos. Incluso hay la posibilidad de incentivarlos con concursos y talleres, y hasta pensar en el murmullo de ríos y riachuelos como aliciente para la clase de Música
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