- El alcalde anima a los vecinos a denunciar a los dueños que no recojan los excrementos de perro
- El requisito, enviar una foto de la mascota "en acción"
El alcalde, Juan Casanova, a las puertas del Ayuntamiento en la céntrica Plaza de Andalucía de Castellar. / E. FENOY
Son pocos casos, pero dañan la imagen del pueblo y generan un problema de salud pública. El Ayuntamiento de Castellar de la Frontera se ha propuesto acabar con los orines y excrementos de animales domésticos en sus calles y ha decidido valerse de sus propios vecinos para atajar el incivismo de los dueños.
A partir de ahora, cualquier chisparrero podrá denunciar de forma anónima a los propietarios de mascotas que no recojan las deposiciones. Y será de forma anónima, a través de Whatsapp. La entidad local ha habilitado un número de teléfono para que cualquier residente en el municipio haga llegar a las autoridades locales fotografías que prueben la conducta reprobable. Esto es, un perro o gato in fraganti, así como información sobre su posible dueño, lugar y hora en el que se hizo la foto, o la dirección de la casa de la que vieron visto salir al animal para aliviarse y volver sin que su dueño recogiera el regalito.
Con estos datos, la Policía Local se personará para investigar los hechos y, si todo encaja, imponer la correspondiente sanción conforme a las ordenanzas municipales: 75 euros para una conducta ocasional y hasta 150 en caso de reincidencia.
El alcalde, Juan Casanova, insiste en que son pocos casos, pero que provocan un problema serio no sólo de convivencia, también de salud, que le han trasladado varios vecinos. Además, dada la tranquilidad del pueblo y el escaso tráfico, se da el caso de perros que salen solos para hacer sus necesidades y -obviamente de forma inconsciente- acuden a la puerta de un vecino. "Si luego no hay dueño que vaya, allí se queda", resalta Casanova, que anima a sus vecinos a convertirse en patrulleros ciudadanos en una circular municipal.
"En los seis años que llevo como alcalde hemos hecho tres campañas de concienciación. Al principio funcionan, pero luego, al cabo de dos o tres meses, vuelve a decaer. Por eso creemos que es hora de frenar el problema en un pueblo que está rodeado de montes y parajes. No hay excusa", resalta el regidor local, abierto igualmente a instalar un parque canino si hay consenso sobre su ubicación, sin que suponga molestias a nadie.
Ya hay precedentes de estas fotodenuncias. "En su momento pusimos dos o tres denuncias gracias a fotos que demostraban los hechos. Y ahora varios vecinos lo han pedido, por lo que hemos valorado positivamente esta medida que ponemos en práctica para probar y evaluar su efectividad", destaca Casanova. El número es el 607344292.
El alcalde apunta que hay vecinos que incluso tienen controlado el horario de los agentes de la Policía para hacerse los suecos. Por ello, a partir de ahora cualquier castellarense puede erigirse en parte de la patrulla contra las cacas de perro en Castellar.
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