El mal uso de estos fármacos hace que cada vez sean menos eficaces. España se sitúa como el segundo país europeo en su consumo.
RAMIRO NAVARRO 
La medicalización de la sociedad basada en la farmacología, y la inercia de la automedicación sin información están detrás del mal uso de los antibióticos, una cuestión que los expertos en patologías infecciosas subrayan desde hace tiempo. Los antibióticos que se usaban hace años ya no funcionan como debieran. Abusar de estos fármacos utilizándolos en procesos donde no se necesitan o incluso no son útiles, como gripes o resfriados, ha hecho que los microorganismos sean más fuertes, más resistentes. Un Eurobarómetro publicado esta semana ha analizado el consumo medio de antibióticos por países y los dos que presentan peor perfil son España y Malta.
La Universidad de Barcelona publicó el año pasado un estudio intentando explicar algunos patrones de uso que han motivado estas diferencias entre unos países y otros. Según el uso desmedido ha ejercido una presión selectiva sobre las bacterias susceptibles favoreciendo la aparición de cepas resistentes. Se afirma que en general el 85-90% de todos los antibióticos consumidos se prescriben en Atención Primaria y que la mitad de esas indicaciones son de nulo valor terapéutico .
España es el país donde más ha crecido el consumo de antibióticos en el conjunto de la Unión Europea desde el 2013, un 9%, frente a la caída media del 6% en el consumo, según los datos de un Eurobarómetro publicado este jueves. El 47% de los españoles ha consumido antibióticos en el último año, porcentaje que refleja el segundo mayor nivel de consumo en el conjunto de la Unión Europea, solo por detrás de los malteses (48%, igual que en 2013) y muy por encima del consumo medio europeo (34%). El consumo de antibióticos ha caído en la mayor parte de los países, con la excepción de España, Italia (donde subió un 7% hasta el 43%), así como en Hungría (un 5% hasta el 34%), Croacia (un 4% hasta el 36%), un dos por ciento en Grecia, Bulgaria y Polonia (hasta el 38%, 39% y 28% respectivamente) y un uno por ciento en Irlanda, hasta el 44%.
Suecos y holandeses son los que menos consumen antibióticos en la UE (18% y 20% respectivamente), mientras que la mayor caída en el consumo se ha registrado en Rumanía, donde ha caído nueve puntos porcentuales desde el 2013, hasta el 38%, así como un ocho por ciento en Países Bajos (hasta el 20%), Dinamarca (hasta el 23%) y Letonia (hasta el 31%).
Los resultados de la encuesta reflejan que el 57% de los europeos no sabe que los antibióticos son ineficaces contra los virus y el 44% que no sirven para combatir el resfriado o la gripe, mientras que el 84% sí sabe que se vuelven ineficaces si se consumen sin necesitarlo y el 82% sabe que debe acabar el tratamiento prescrito para que tengan efecto. En el conjunto de la UE, 25.000 personas mueren cada año debido a infecciones provocadas por bacterias resistentes a antibióticos y éstas generan un coste de al menos 1.500 millones de euros anuales en pérdidas productivas laborales y costes sanitarios, según datos del 2007 del Ejecutivo comunitario. En 2004 un estudio español se propuso investigar factores que explicaran las diferencias geográficas en el consumo de antibióticos y la resistencia de determinadas bacterias a la penicilina y la eritromicina en 15 provincias. Este trabajo indicaba que el uso de antibióticos estaba relacionado con el analfabetismo. De este estudio se desprende también un uso inadecuado de las penicilinas para tratar infecciones de las vías respiratorias, principalmente, y cada vez más amoxicilina / ácido clavulánico. En la presentación del citado eurobarómetro, El comisario de Salud y Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis, ha avisado de que el resultado del Eurobarómetro muestra que "hay un problema de concienciación" y ha recordado que el hecho de que el 57% de los ciudadanos no sabe que los antibióticos son ineficaces contra los virus "tiene consecuencias en el uso de los antibióticos".
La Universidad de Barcelona publicó el año pasado un estudio intentando explicar algunos patrones de uso que han motivado estas diferencias entre unos países y otros. Según el uso desmedido ha ejercido una presión selectiva sobre las bacterias susceptibles favoreciendo la aparición de cepas resistentes. Se afirma que en general el 85-90% de todos los antibióticos consumidos se prescriben en Atención Primaria y que la mitad de esas indicaciones son de nulo valor terapéutico .
España es el país donde más ha crecido el consumo de antibióticos en el conjunto de la Unión Europea desde el 2013, un 9%, frente a la caída media del 6% en el consumo, según los datos de un Eurobarómetro publicado este jueves. El 47% de los españoles ha consumido antibióticos en el último año, porcentaje que refleja el segundo mayor nivel de consumo en el conjunto de la Unión Europea, solo por detrás de los malteses (48%, igual que en 2013) y muy por encima del consumo medio europeo (34%). El consumo de antibióticos ha caído en la mayor parte de los países, con la excepción de España, Italia (donde subió un 7% hasta el 43%), así como en Hungría (un 5% hasta el 34%), Croacia (un 4% hasta el 36%), un dos por ciento en Grecia, Bulgaria y Polonia (hasta el 38%, 39% y 28% respectivamente) y un uno por ciento en Irlanda, hasta el 44%.
Suecos y holandeses son los que menos consumen antibióticos en la UE (18% y 20% respectivamente), mientras que la mayor caída en el consumo se ha registrado en Rumanía, donde ha caído nueve puntos porcentuales desde el 2013, hasta el 38%, así como un ocho por ciento en Países Bajos (hasta el 20%), Dinamarca (hasta el 23%) y Letonia (hasta el 31%).
Los resultados de la encuesta reflejan que el 57% de los europeos no sabe que los antibióticos son ineficaces contra los virus y el 44% que no sirven para combatir el resfriado o la gripe, mientras que el 84% sí sabe que se vuelven ineficaces si se consumen sin necesitarlo y el 82% sabe que debe acabar el tratamiento prescrito para que tengan efecto. En el conjunto de la UE, 25.000 personas mueren cada año debido a infecciones provocadas por bacterias resistentes a antibióticos y éstas generan un coste de al menos 1.500 millones de euros anuales en pérdidas productivas laborales y costes sanitarios, según datos del 2007 del Ejecutivo comunitario. En 2004 un estudio español se propuso investigar factores que explicaran las diferencias geográficas en el consumo de antibióticos y la resistencia de determinadas bacterias a la penicilina y la eritromicina en 15 provincias. Este trabajo indicaba que el uso de antibióticos estaba relacionado con el analfabetismo. De este estudio se desprende también un uso inadecuado de las penicilinas para tratar infecciones de las vías respiratorias, principalmente, y cada vez más amoxicilina / ácido clavulánico. En la presentación del citado eurobarómetro, El comisario de Salud y Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis, ha avisado de que el resultado del Eurobarómetro muestra que "hay un problema de concienciación" y ha recordado que el hecho de que el 57% de los ciudadanos no sabe que los antibióticos son ineficaces contra los virus "tiene consecuencias en el uso de los antibióticos".
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