El universo se expande más deprisa de lo previsto ¿A qué puede deberse?
Que el mundo va muy deprisa no es un secreto. Que vaya mucho más deprisa de lo que hasta ahora pensábamos puede ser un notición científico. Utilizando datos del mítico telescopio espacial Hubble, los astrónomos han descubierto que el universo se expande entre un 5 y un 9% más rápido de lo que se consideraba establecido. El dato desmonta buena parte de las mediciones que hasta ahora se utilizaban para entender cómo es el cosmos. Con este nuevo cálculo, publicado en la prestigiosa revista «The Astrophysical Journal», se pone en tela de juicio parte del conocimiento que teníamos sobre conceptos como la radiación de fondo de microondas. O hasta ahora se había medido mal la energía de esta radiación (que no es otra cosa que el eco del Big Bang) o algún fenómeno físico desconocido está acelerando la expansión de nuestra gran casa cósmica. «O el universo nos está engañando o nosotros hemos sido muy torpes al medirlo», ha declarado uno de los autores del hallazgo, el profesor de Astronomía de la Universidad de Berkeley Alex Filippenko.
La nueva medición tiene un margen de error de sólo un 2,4%, mucho menor que las mediciones anteriores, gracias a que se han utilizado tecnologías de última generación que permiten calibrar con mejor resolución la distancia entre las galaxias más lejanas.
En concreto, se ha analizado la velocidad a la que se alejan de nosotros dos tipos de estrellas muy interesantes para la investigación: las cefeidas y las supernovas tipo Ia. Las primeras se utilizan para medir distancias porque tienen un pulso muy regular directamente relacionado con su brillo real. Si se compara este pulso con el brillo aparente que nos llega de ellas a la Tierra se puede establecer con cierta seguridad cuán lejanas están. Algo así como si (y que me perdonen los astrónomos) calculáramos la distancia de una tormenta por el tiempo que tarda en llegarnos el sonido del trueno.
Las supernovas Ia, por su parte, se utilizan como balizas cósmicas. Su brillo es tan poderoso que pueden verse desde distancias muy grandes. Sirven como referencia para calcular la velocidad a la que se mueven otros objetos cercanos.
Los expertos ahora han medido 2.400 cefeidas en 19 galaxias diferentes y 300 supernovas para llegar a la conclusión de que el cosmos se expande a una velocidad constante de 73,24 kilómetros por segundo por megaparsec. Esto quiere decir que por cada megaparsec que una galaxia se aleja de nosotros, su velocidad de escape aumenta en 73,24 kilómetros por segundo. Un megapersec es equivalente a 3,2 millones de años luz.
Las anteriores mediciones de este mismo valor arrojaban velocidades de entre 66 y 70 kilómetros por segundo y megaparsec. Al nuevo ritmo detectado, la distancia entre cualquier objeto cósmico se habrá doblado en unos 9.000 millones de años. Es decir, para entonces, el cosmos será el doble de grande.
Hay muy pocas explicaciones posibles para esta velocidad extra encontrada. Pongamos un ejemplo. Si dos excavadoras empiezan a taladrar un túnel cada una por un extremo y conocemos su velocidad, es fácil calcular cuándo se encontrarán en el medio del túnel. Si llegado el momento, las excavadoras no se han encontrado, es que algo raro está pasando. Parece que el cosmos actúa como un túnel cuyos extremos se separan a mayor velocidad de lo previsto. ¿Por qué? Puede que la energía oscura, que compone cerca del 95% del universo, aunque no puede detectarse, esté empujando al universo visible más intensamente de lo que creíamos. O quizás existan partículas subatómicas desconocidas, creadas en los albores del espacio y el tiempo, que estén modificando la velocidad de expansión. Por seguir con los ejemplos (y que los astrónomos vuelvan a perdonarme): Imaginen que soplamos un globo pero éste se expande más deprisa de lo nuestros pulmones pueden empujar, ¿quizás haya algo tirando de un hilo invisible al otro lado de la sala? La clave para resolver el misterio será encontrar ese algo.
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