Los empresarios confían en que se pueda producir un cambio de modelo productivo de base científica y tecnológica La propuesta definitiva se concretará en los próximes meses
ENRIQUE ABUÍN GRANADA
Granada ha roto el hielo con el importante proyecto del acelerador de partículas. Si hace tan solo un mes la noticia de que la provincia opta a ser sede del gran proyecto europeo de energía de fusión estaba rodeada de secretismo, ahora la situación empieza a dar un vuelco. La necesidad de mandar un mensaje rotundo de interés al organismo Fusion for Energy, encargado de decidir donde se instala finalmente la plataforma del macroproyecto IFMIF-Dones, ha llevado a las instituciones locales a meter una marcha más y la prueba está en el congreso que celebró ayer la Universidad de Granada para analizar el impacto científico, tecnológico y económico que tendrá dicha infraestructura allí donde se ubique. Una sola cifra compartida por empresarios y científicos da cuenta de la envergadura de esta iniciativa, y es que todos los expertos coincidieron en que la instalación del gran acelerador de partículas tendría un impacto económico de mil millones de euros sobre el Producto Interior Bruto (PIB) de la provincia.
Ángel Ibarra Sánchez, líder europeo del proyecto de IFMIF-Dones en EUROfusion y una de las voces más autorizadas en este campo científico, mostró su entusiasmo con la candidatura española para instalar el acelerador en Granada y aseguró que España tiene "posibilidades significativas" de conseguir este proyecto, lo que, de conseguirlo, le situaría en "la primera línea de un campo con mucho futuro, ya que el esquema energético tiene que cambiar y una de las posibles alternativas es la energía de fusión", que según los cálculos actuales de la ciencia se podría utilizar con fines comerciales para producir electricidad a partir de la década de 2050.
Lo que parece claro es que España parte con una ventaja en este ámbito, ya que como explicó Ibarra son muchos los años que el Gobierno de España, a través del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), lleva apostando en el campo de la fusión. "España es ahora mismo uno de los países europeos con el background técnico mayor" como tercer país que más contribuye en el continente, sentenció el jefe de la División de Tecnologías de fusión del CIEMAT, quien valoró además que desde el punto de vista técnico, financiero y estratégico la candidatura española para obtener el acelerador pueda ser muy fuerte respecto a sus rivales.
Por ahora, se conoce que Croacia, Polonia o Japón también han mostrado interés en el acelerador de IFMIF-Dones, por lo que Ibarra aseguró que la propuesta final no consistirá solamente en "datos o dinero" encima de la mesa, sino que "también hay que moverse en los entornos políticos correspondientes". La previsión es que la decisión se tome próximamente cuando los países competidores empiecen a realizar sus propuestas formales, aunque por el momento "no hay fechas concretas", se estima que entre finales de este año y principios del que viene la cuestión "estará resuelta".
Respecto a las posibles ubicaciones dentro de la provincia, Ibarra indicó que se necesitará un emplazamiento relativamente alejado de los núcleos urbanos, pese a que esta instalación "no tiene riesgos muy grandes, sería cualitativamente parecida a las instalaciones de un hospital por lo que requiere un cierto control pero no hay demasiados requisitos". De esta manera, tanto las opciones de Escúzar como la del Puerto de Motril encajarían en las definiciones de una plataforma que ocuparía unas diez hectáreas de terreno y que conllevaría un gran revulsivo industrial para el suelo sobre el que se instale, ya que otras empresas se implicarían en diferentes apartados del proyecto.
Por su parte, el presidente de la Confederación Granadina de Empresarios (CGE), Gerardo Cuerva, recalcó que alcanzar el proyecto supondría un cambio de modelo productivo y un impulso a la economía provincial y andaluza, ya que la primera fase contempla una inversión de 350 millones de euros, la segunda otros 600 millones, y la creación de 8.000 empleos directos. Además, cifró en mil millones el retorno económico para la ciudad, que tendría un impulso para atraer congresos con base científica e inversiones de empresas tecnológicas.
Así, Cuerva agradeció el workshop organizado ayer por la UGR como una jornada que ayuda a poner de relieve esta búsqueda del cambio de modelo productivo y que puede colaborar a que despierte un mayor impulso por parte de las administraciones. Junto a los números fríos, acoger esta instalación pondría a Granada en el "mapa de la tecnología y el mundo científico", afirmó el presidente de la CGE.
Por parte de la Universidad de Granada fue el vicerrector de Investigación y Transferencia , Enrique Herrera Viedma, el encargado de presidir las jornadas sobre el impacto científico-tecnológico que tendría el proyecto IFMIF-Dones en España. Herrera Viedma opinó que "estamos en el buen camino" para conseguir este macroproyecto, que abriría nuevas oportunidades a toda la comunidad científica y nuevos nichos de empleo en la provincia.
Asimismo, por parte de la UGR también intervino el director de la OTRI de la Universidad, Jesús Banqueri, que subrayó el "efecto tractor" sobre empresas y grupos investigadores que conllevaría acoger el acelerador de partículas, que a su juicio contribuiría "notablemente" a cambiar el perfil del empresariado y a desarrollar de forma incipiente firmas de alta tecnología. Apuntó además que si la candidatura de Granada ganara el proyecto europeo, esta capital se convertiría en un punto de atracción de talento para suplir las posibles deficiencias investigadoras actuales del sector aquejado por la crisis económica.
Ángel Ibarra Sánchez, líder europeo del proyecto de IFMIF-Dones en EUROfusion y una de las voces más autorizadas en este campo científico, mostró su entusiasmo con la candidatura española para instalar el acelerador en Granada y aseguró que España tiene "posibilidades significativas" de conseguir este proyecto, lo que, de conseguirlo, le situaría en "la primera línea de un campo con mucho futuro, ya que el esquema energético tiene que cambiar y una de las posibles alternativas es la energía de fusión", que según los cálculos actuales de la ciencia se podría utilizar con fines comerciales para producir electricidad a partir de la década de 2050.
Lo que parece claro es que España parte con una ventaja en este ámbito, ya que como explicó Ibarra son muchos los años que el Gobierno de España, a través del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), lleva apostando en el campo de la fusión. "España es ahora mismo uno de los países europeos con el background técnico mayor" como tercer país que más contribuye en el continente, sentenció el jefe de la División de Tecnologías de fusión del CIEMAT, quien valoró además que desde el punto de vista técnico, financiero y estratégico la candidatura española para obtener el acelerador pueda ser muy fuerte respecto a sus rivales.
Por ahora, se conoce que Croacia, Polonia o Japón también han mostrado interés en el acelerador de IFMIF-Dones, por lo que Ibarra aseguró que la propuesta final no consistirá solamente en "datos o dinero" encima de la mesa, sino que "también hay que moverse en los entornos políticos correspondientes". La previsión es que la decisión se tome próximamente cuando los países competidores empiecen a realizar sus propuestas formales, aunque por el momento "no hay fechas concretas", se estima que entre finales de este año y principios del que viene la cuestión "estará resuelta".
Respecto a las posibles ubicaciones dentro de la provincia, Ibarra indicó que se necesitará un emplazamiento relativamente alejado de los núcleos urbanos, pese a que esta instalación "no tiene riesgos muy grandes, sería cualitativamente parecida a las instalaciones de un hospital por lo que requiere un cierto control pero no hay demasiados requisitos". De esta manera, tanto las opciones de Escúzar como la del Puerto de Motril encajarían en las definiciones de una plataforma que ocuparía unas diez hectáreas de terreno y que conllevaría un gran revulsivo industrial para el suelo sobre el que se instale, ya que otras empresas se implicarían en diferentes apartados del proyecto.
Por su parte, el presidente de la Confederación Granadina de Empresarios (CGE), Gerardo Cuerva, recalcó que alcanzar el proyecto supondría un cambio de modelo productivo y un impulso a la economía provincial y andaluza, ya que la primera fase contempla una inversión de 350 millones de euros, la segunda otros 600 millones, y la creación de 8.000 empleos directos. Además, cifró en mil millones el retorno económico para la ciudad, que tendría un impulso para atraer congresos con base científica e inversiones de empresas tecnológicas.
Así, Cuerva agradeció el workshop organizado ayer por la UGR como una jornada que ayuda a poner de relieve esta búsqueda del cambio de modelo productivo y que puede colaborar a que despierte un mayor impulso por parte de las administraciones. Junto a los números fríos, acoger esta instalación pondría a Granada en el "mapa de la tecnología y el mundo científico", afirmó el presidente de la CGE.
Por parte de la Universidad de Granada fue el vicerrector de Investigación y Transferencia , Enrique Herrera Viedma, el encargado de presidir las jornadas sobre el impacto científico-tecnológico que tendría el proyecto IFMIF-Dones en España. Herrera Viedma opinó que "estamos en el buen camino" para conseguir este macroproyecto, que abriría nuevas oportunidades a toda la comunidad científica y nuevos nichos de empleo en la provincia.
Asimismo, por parte de la UGR también intervino el director de la OTRI de la Universidad, Jesús Banqueri, que subrayó el "efecto tractor" sobre empresas y grupos investigadores que conllevaría acoger el acelerador de partículas, que a su juicio contribuiría "notablemente" a cambiar el perfil del empresariado y a desarrollar de forma incipiente firmas de alta tecnología. Apuntó además que si la candidatura de Granada ganara el proyecto europeo, esta capital se convertiría en un punto de atracción de talento para suplir las posibles deficiencias investigadoras actuales del sector aquejado por la crisis económica.
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