Foto referencial. Crédito: Zentolos (CC-BY-NC-SA 2.0) |
Francisco invitó a los jóvenes estudiantes a continuar con la “compleja y maravillosa actividad de indagar el universo, don incomparable del Creador”.
Esta actividad, agregó el Pontífice, es un signo de como la diversidad puede enriquecer también el trabajo de investigación en ámbito científico. Recordando al Papa León XIII, fundador del Observatorio Vaticano, el Obispo de Roma subrayó que “en todos estos años, ésta Institución científica se ha esforzado por realizar las finalidades por las cuales ha sido querida, avalándose de nuevos instrumentos, como también del diálogo y de la confrontación con los demás centros de investigación”.
“Todos nosotros vivimos bajo el mismo cielo; y todos somos movidos por la belleza que se revela en el cosmos y se refleja también en nuestros estudios sobre los cuerpos y las sustancias celestes. Estamos así unidos por el deseo de descubrir la verdad de cómo actúa este maravilloso universo, acercándonos siempre más a su Creador”.
La 15 edición de la escuela de verano en la que están los jóvenes provenientes de diversos países se ocupará de estudiar la existencia de agua en el sistema solar. Por ello, el Pontífice habló sobre este asunto remarcando la importancia del agua para la vida del hombre.
“Todos sabemos cuánto sea esencial el agua aquí en la tierra: para la vida, para nosotros los seres humanos, para el trabajo”. Antes de concluir su discurso, el Papa los invitó a saber cultivar la alegría, que anima su trabajo científico, y que es la razón por la cual no pueden dejar de lado el compartirla con humildad y fraternidad con sus amigos, sus familias, sus naciones, como también con la comunidad internacional de los científicos con los cuales trabajan.
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