martes, 25 de septiembre de 2018

Las lecciones de la premio Nobel Elisabeth Blackburn sobre la lucha contra el cáncer elhuffingtonpost

Prevenir, investigar y actuar rápido.


GTRES
Elisabeth Blackburne en el evento Presente y Futuro de la Investigación del Cáncer, el 24 de septiembre de 2018 en Madrid.

La bioquímica Elisabeth Blackburn, premio Nobel de Medicina en 2009 por su investigación de los telómeros y la telomerasa, estuvo este lunes en Madrid con motivo del Día Mundial de la Investigación del Cáncer para explicar algunos de sus avances y líneas de investigación.
Blackburn contó que los telómeros son "las estructuras que protegen los extremos de las células y su información genética". La bioquímica descubrió en 1984 la enzima encargada de su formación, la telomerasa.
Desde su descubrimiento, estos elementos se han convertido en una nueva área de estudio que intenta comprender la relación entre el envejecimiento y el cáncer.
Según Blackburne, estudiar los telómeros puede ayudar a predecir el cáncer, al menos de forma estadística, y a conocer la biología de los tumores.
Estas son algunas de las conclusiones de la ponencia que ofreció la premio Nobel para comprender lo que son los telómeros y cómo influyen en nuestra salud.

La longitud de los telómeros

La clave está en la longitud. Unos telómeros cortos pueden conllevar más riesgo de desarrollar enfermedades. "Porque pueden generar cáncer, inestabilidad genómica, pueden provocar que el sistema inmunitario no funcione bien y, en caso de que algo de esto pase, es decir, si se desarrolla un cáncer y se tienen los telómeros cortos, puede implicar un mayor índice de mortalidad", explicó.
"Por lo general, la gente que vive en zonas con la esperanza de vida alta, tienen los telómeros más largos. Aunque es importante recordar que tampoco son bolas de cristal que garanticen que vayamos a desarrollar una enfermedad o no, pero la estadística dice que hay más probabilidad de hacerlo con los telómeros cortos", explicó.

Qué acorta los telómeros

Fumar, el estrés, estar expuesto a contaminantes medioambientales, la obesidad, los traumas infantiles... "El estrés de el madre durante el embarazo se puede transmitir a los telómeros del hijo. También se da en niños que han sufrido episodios de violencia o abusos. Todo esto está relacionado con la longitud de los telómeros", explicó.
Según la experta, la clave para mantener los telómeros en buenas condiciones no solo está en las decisiones individuales sino también en las condiciones en las que vivimos.
"Por ejemplo, vivir en un barrio inseguro con pocos espacios verdes y sin accesibilidad a supermercados, farmacias, colegios o servicios similares, hace que los telómeros se acorten. Por tanto, estamos hablando de algo que no solo está en nuestras manos como individuos, también implica a las políticas sociales, de urbanismo, sanitarias y medioambientales. Porque todo lo que nos rodea influye en nuestra salud", explicó.

Qué mantiene la longitud de los telómeros

La experta señaló que son cosas muy simples, "lo que nos han dicho siempre nuestras madres: comer bien, dormir bien, hacer ejercicio, no estresarse demasiado, llevar un estilo de vida saludable y también contar con apoyo social". Blackburne añadió que también conviene seguir una dieta mediterránea, sobre todo rica en omega 3. "Todo esto contribuye al mantenimiento de los telómeros".

La longitud de los telómeros no se puede modificar con fármacos

"No lo podemos recomendar porque estamos en un estado demasiado temprano de la investigación y no conocemos el riesgo que puede conllevar. Porque unos telómeros cortos pueden producir algunos tipos de cáncer, pero un nivel alto de telomerasa (la enzima que forma los telómeros) pueden producir otros. No podemos aumentar los telómeros de forma farmacológica porque debemos entender más la biología del cáncer y debemos encontrar el equilibrio entre los telómeros y la telomerasa. Por eso estamos investigando: para comprender los riesgos. Y queda mucha investigación por hacer", explicó.

Qué se puede hacer contra el cáncer

"La clave de la lucha contra el cáncer está en una rápida intervención", afirmó la premio Nobel y puso como ejemplo cuando hay un incendio en una vivienda. "En lugar de esperar a que haya un incendio y que lleguen los bomberos y arrasen con todo lo que tienes en tu casa podríamos tener un detector de humos que nos ayude a combatir el problema con antelación", explicó.
"Ahora mismo tenemos herramientas de detección muy tempranas, por ejemplo, simplemente con una gota de sangre podríamos saber si una persona tiene cáncer. Y hay que seguir invirtiendo en este sentido", argumentó.

Investigación e inversión

Blackburne reconoció que conseguir financiación para la investigación nunca ha sido fácil en ninguna parte del mundo: "Y nunca es suficiente. Pero la inversión en investigación oncológica es algo muy positivo. Marie Lasker, la directora de los premios Lasker, dijo una frase muy famosa que era: 'Si creen que la investigación es cara, imagínense la enfermedad'. Mi mensaje es que deberíamos continuar invirtiendo en esta investigación [de los telómeros] porque cuanto más sepamos sobre la biología del cáncer, mejor preparados estaremos para tratarlo".

Educar para distinguir pseudociencias de ciencia

Algo que preocupa a Blackburne y alertó sobre ello es la proliferación en internet de noticias falsas acerca del cáncer e insistió en que las terapias científicas solo se apoyan en pruebas y evidencias.
"Tenemos que animar a la gente a pensar de manera crítica como los científicos, para distinguir entre lo que es verdad y lo que es demasiado bueno para ser verdad, acudir a fuentes fiables y educar a la población y para ello es necesaria la colaboración de los gobiernos", afirmó.

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