Europa está negociando un nuevo acuerdo con Vietnam por el que entrará aún más grano sin aranceles. Camboya, Birmania y Tailandia ya tienen inundada la UE con arroz largo barato.
ASUNCIÓN FDZ. DE CASTILLEJO
Con la recolección del arroz a un par de semanas de acabar, las perspectivas de los arroceros son ahora algo mejores de lo que se pensaba. Se espera una cosecha similar a la media y no por debajo como se había temido debido a las altas temperaturas que hubo este verano, según la Federación de Arroceros. El problema para los productores andaluces no es por tanto la cantidad o la calidad -muy buena- de su arroz sino el precio, que está arrancando por debajo de lo que consideran rentable, sobre todo en lo que se refiere al arroz de grano largo que sufre la feroz competencia de los países asiáticos con libre entrada de mercancía en la UE.
Según el director gerente de la Federación de Arroceros, Manuel Cano, la recolección del arroz en Sevilla va a buen ritmo y se espera que esté terminada en unos 15 días. De momento se están recogiendo los arroces de ciclo corto. Pese a que los productores temían una merma de los rendimientos debido a los calores excesivos de este verano, "lo cierto -según Cano- es que está saliendo bien, con parcelas que dan 8.500 kilos por hectárea pero con otras que dan hasta 10.800, por lo que cabe esperar una media similar a la de otros años, de unos 8.800 al menos". En definitiva, Cano cree que hay "una buena cosecha y con muy buena calidad, como es habitual en la zona".
Sevilla es la principal provincia productora de arroz de España y la segunda de Europa, con más de 37.000 hectáreas cultivadas y una producción media de unas 370.000 toneladas. En Cádiz, en concreto en la comarca de La Janda, hay arrozales, y la provincia gaditana dedica unas 2.700 hectáreas que producen unas 22.500 toneladas. En Huelva hay también una producción mínima, con unas 26 hectáreas. El año pasado, la Consejería de Agricultura contabilizaba una producción total en Andalucía de unas 400.000 toneladas. Así, Andalucía produce alrededor de un 40% del arroz nacional, pues España tiene una producción media de unas 900.000 toneladas. En Europa, también producen arroz países como Italia y Grecia, y en menor escala Francia y Portugal.
Según datos de UPA -que a diferencia de la Federación de Arroceros, estima una reducción en la producción de un 4,5%- la principal variedad de arroz cultivado en esta campaña es de tipo largo, Puntal, con el 68% de la superficie arrocera sevillana, después siguen variedades de redondo como J.Sendra, con el 15%, Guadiagran, que supone el 4.5%, Fonsa, el 3,5%, Guadiamar, el 2,5%, y Marisma, que representa el 2,2% del total cultivado. La Federación de Arroceros calcula al alza -respecto a estos datos- la siembra de arroz de grano largo, que estima que casi alcanza el 80% del total, quedando sólo un 20% de redondo.
Esta prevalencia del arroz de grano largo -más apropiado para guarnición-se debe a que es el más demandado para la exportación a Europa y en general a nivel internacional, mientras que el redondo -adecuado para paellas y guiso- se consume más en el mercado nacional, según explica Cano.
En cuanto a precio, según Manuel Cano, las cotizaciones han arrancado bajas, entre 300 y 340 euros para el japónica o redondo y entre 285 y 290 para el índica o largo. Según la Federación de Arroceros, el precio del arroz para que haya rentabilidad y tranquilidad en los productores tiene que estar por encima de los 300 euros en todos los casos y llegando en algunas variedades a los 340 o 350 euros/tonelada. Ahora mismo, "el arroz andaluz sólo se mantiene porque hay producciones por encima de las 9.000 o 10.000 toneladas/hectárea".
El problema, según explica este representante de los arroceros es que con los valores que hay a nivel internacional es imposible lograr que se pague el precio adecuado por el arroz, sobre todo por el arroz de grano largo que es el que sufre la competencia directa del arroz asiático que está inundando a Europa sin pagar aranceles.
Según Manuel Cano, él mismo ha denunciado ante la Comisión Europea el peligro de que se deje de producir arroz de grano largo y los arroceros se centren en el arroz redondo que tiene menos competencia asiática, con lo que se inundaría Europa de este arroz.
El asunto que más preocupa a los arroceros es que la Comisión Europea no se está tomando en serio el daño que está haciendo a los productores europeos la entrada masiva de arroz asiático. Hasta el punto de que actualmente se está negociando un acuerdo con Vietnam que les permitiría traer a Europa en principio y durante cinco años 80.000 toneladas de arroz anuales (30.000 de arroz blanco, 30.000 de arroz vaporizado y 20.000 de arroz roto), con arancel reducido; los siguientes cinco años se liberalizaría y entraría esa cantidad sin arancel; y a partir de esos diez años la entrada de arroz de Vietnam quedaría totalmente libre. Según Manuel Cano, este tratado añade una nueva amenaza al arroz europeo, ya que "Vietnam está dedicando muchísimo dinero y esfuerzo a la investigación de granos redondos, con lo que el desastre está servido".
Este arroz de Vietnam se sumará a las 400.000 toneladas que ya vienen a Europa de Camboya libres de aranceles y que entran en muchos casos ya blanqueado a un precio menor del que se paga por el arroz andaluz con cáscara. De hecho, según los datos de la Federación de Arroceros, Camboya -país que se acoge al acuerdo EBA (Todo menos armas)- ha pasado de exportar a Europa 8.000 toneladas en 2009 a 400.000 en 2014. Asimismo, Birmania, que se acoge a los acuerdos ACP (Asia,Caribe Pacífico) e introduce en Europa otras 400.000 toneladas sin aranceles.
Este problema lo vienen planteando los arroceros europeos a la Comisión desde hace ya unos años. Exactamente desde que se dispararon las entradas de arroz de Camboya, levantando incluso sospechas de que se estaba utilizando la salida de Camboya para meter arroz sin aranceles de otros países productores.
Con la negociación del tratado con Vietnam, las alarmas se han vuelto a disparar. Y como dice Manuel Cano, el tema es que Europa tiene que decidir si quiere dejar su seguridad alimentaria en manos de los productores asiáticos.
Cano asegura que la forma de producción asiática no es comparable a la europea. Por poner un ejemplo, el 9% de la producción de arroz andaluza está en producción integrada, lo que supone un estricto control ecológico, mientras que -según dice Cano- "en los países asiáticos de produce como aquí hacen 40 años con mucho insecticida, herbicidas, etcétera. Sin control". El control sanitario queda pues en manos de los análisis que se hacen en las aduanas y Cano se pregunta: "¿de verdad se hacen análisis de residuos a todas las partidas que entran en Europa?".
Según el director gerente de la Federación de Arroceros, Manuel Cano, la recolección del arroz en Sevilla va a buen ritmo y se espera que esté terminada en unos 15 días. De momento se están recogiendo los arroces de ciclo corto. Pese a que los productores temían una merma de los rendimientos debido a los calores excesivos de este verano, "lo cierto -según Cano- es que está saliendo bien, con parcelas que dan 8.500 kilos por hectárea pero con otras que dan hasta 10.800, por lo que cabe esperar una media similar a la de otros años, de unos 8.800 al menos". En definitiva, Cano cree que hay "una buena cosecha y con muy buena calidad, como es habitual en la zona".
Sevilla es la principal provincia productora de arroz de España y la segunda de Europa, con más de 37.000 hectáreas cultivadas y una producción media de unas 370.000 toneladas. En Cádiz, en concreto en la comarca de La Janda, hay arrozales, y la provincia gaditana dedica unas 2.700 hectáreas que producen unas 22.500 toneladas. En Huelva hay también una producción mínima, con unas 26 hectáreas. El año pasado, la Consejería de Agricultura contabilizaba una producción total en Andalucía de unas 400.000 toneladas. Así, Andalucía produce alrededor de un 40% del arroz nacional, pues España tiene una producción media de unas 900.000 toneladas. En Europa, también producen arroz países como Italia y Grecia, y en menor escala Francia y Portugal.
Según datos de UPA -que a diferencia de la Federación de Arroceros, estima una reducción en la producción de un 4,5%- la principal variedad de arroz cultivado en esta campaña es de tipo largo, Puntal, con el 68% de la superficie arrocera sevillana, después siguen variedades de redondo como J.Sendra, con el 15%, Guadiagran, que supone el 4.5%, Fonsa, el 3,5%, Guadiamar, el 2,5%, y Marisma, que representa el 2,2% del total cultivado. La Federación de Arroceros calcula al alza -respecto a estos datos- la siembra de arroz de grano largo, que estima que casi alcanza el 80% del total, quedando sólo un 20% de redondo.
Esta prevalencia del arroz de grano largo -más apropiado para guarnición-se debe a que es el más demandado para la exportación a Europa y en general a nivel internacional, mientras que el redondo -adecuado para paellas y guiso- se consume más en el mercado nacional, según explica Cano.
En cuanto a precio, según Manuel Cano, las cotizaciones han arrancado bajas, entre 300 y 340 euros para el japónica o redondo y entre 285 y 290 para el índica o largo. Según la Federación de Arroceros, el precio del arroz para que haya rentabilidad y tranquilidad en los productores tiene que estar por encima de los 300 euros en todos los casos y llegando en algunas variedades a los 340 o 350 euros/tonelada. Ahora mismo, "el arroz andaluz sólo se mantiene porque hay producciones por encima de las 9.000 o 10.000 toneladas/hectárea".
El problema, según explica este representante de los arroceros es que con los valores que hay a nivel internacional es imposible lograr que se pague el precio adecuado por el arroz, sobre todo por el arroz de grano largo que es el que sufre la competencia directa del arroz asiático que está inundando a Europa sin pagar aranceles.
Según Manuel Cano, él mismo ha denunciado ante la Comisión Europea el peligro de que se deje de producir arroz de grano largo y los arroceros se centren en el arroz redondo que tiene menos competencia asiática, con lo que se inundaría Europa de este arroz.
El asunto que más preocupa a los arroceros es que la Comisión Europea no se está tomando en serio el daño que está haciendo a los productores europeos la entrada masiva de arroz asiático. Hasta el punto de que actualmente se está negociando un acuerdo con Vietnam que les permitiría traer a Europa en principio y durante cinco años 80.000 toneladas de arroz anuales (30.000 de arroz blanco, 30.000 de arroz vaporizado y 20.000 de arroz roto), con arancel reducido; los siguientes cinco años se liberalizaría y entraría esa cantidad sin arancel; y a partir de esos diez años la entrada de arroz de Vietnam quedaría totalmente libre. Según Manuel Cano, este tratado añade una nueva amenaza al arroz europeo, ya que "Vietnam está dedicando muchísimo dinero y esfuerzo a la investigación de granos redondos, con lo que el desastre está servido".
Este arroz de Vietnam se sumará a las 400.000 toneladas que ya vienen a Europa de Camboya libres de aranceles y que entran en muchos casos ya blanqueado a un precio menor del que se paga por el arroz andaluz con cáscara. De hecho, según los datos de la Federación de Arroceros, Camboya -país que se acoge al acuerdo EBA (Todo menos armas)- ha pasado de exportar a Europa 8.000 toneladas en 2009 a 400.000 en 2014. Asimismo, Birmania, que se acoge a los acuerdos ACP (Asia,Caribe Pacífico) e introduce en Europa otras 400.000 toneladas sin aranceles.
Este problema lo vienen planteando los arroceros europeos a la Comisión desde hace ya unos años. Exactamente desde que se dispararon las entradas de arroz de Camboya, levantando incluso sospechas de que se estaba utilizando la salida de Camboya para meter arroz sin aranceles de otros países productores.
Con la negociación del tratado con Vietnam, las alarmas se han vuelto a disparar. Y como dice Manuel Cano, el tema es que Europa tiene que decidir si quiere dejar su seguridad alimentaria en manos de los productores asiáticos.
Cano asegura que la forma de producción asiática no es comparable a la europea. Por poner un ejemplo, el 9% de la producción de arroz andaluza está en producción integrada, lo que supone un estricto control ecológico, mientras que -según dice Cano- "en los países asiáticos de produce como aquí hacen 40 años con mucho insecticida, herbicidas, etcétera. Sin control". El control sanitario queda pues en manos de los análisis que se hacen en las aduanas y Cano se pregunta: "¿de verdad se hacen análisis de residuos a todas las partidas que entran en Europa?".
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