El 20% de los hogares andaluces ha dejado de comprar medicinas o seguir tratamientos Cuatro de cada diez han tenido que reducir teléfono o internet y el 22% no tiene para pagar recibos básicos
S. VALLEJO GRANADA
Decir que la crisis económica ha castigado duramente a las familias españolas desde 2008 es algo ya sabido. Pero, ¿hasta qué punto se han visto afectadas las condiciones de vida, el día a día de los hogares? Cuantificar esa realidad es necesario para exigir soluciones más allá de mensajes vacíos de aliento o de anuncios macroeconómicos de recuperación.
Y eso es lo que ha hecho Cáritas, que ha puesto negro sobre blanco en su Informe sobre exclusión y desarrollo social en Andalucía, la realidad de la gente de a pié, del vecino de al lado y de nuestros propios hogares.
Según el informe, que se presentó ayer en Granada dentro de los actos organizados con motivo de la Semana contra la Pobreza, la desigualdad en Andalucía ha crecido un 9% entre 2008 y 2012, lo que aumenta el riesgo de exclusión tanto de personas como de hogares. Y además de las dificultades laborales, económicas y sociales, hay un aspecto que se ha visto altamente condicionado por la crisis y es la exclusión residencial.
Cáritas advierte que "una parte importante de los hogares en Andalucía han tenido que ejecutar medidas compensadoras para afrontar problemas de la vivienda derivados de las dificultades económicas". "El bloque de problemas más extendido tiene como denominador común una actitud de ahorro y reducción en el consumo de todos los insumos del hogar". Así, el 46,6% y el 48,9% de los hogares se ha visto obligado a reducir los gastos fijos de la casa y los gastos de teléfono, televisión e internet, respectivamente. Por otro lado, "casi la mitad de los hogares han tenido que reducir los gastos dedicados a la alimentación". Una realidad que refleja el momento delicado de muchos hogares, que han tenido que priorizar y elegir el gasto del que tienen que prescindir.
En Andalucía, además, se acentúan situaciones como "la no disponibilidad de dinero suficiente para pagar gastos de la casa (hipoteca, alquiler, facturas de luz, agua...)", que afecta al 22,1% de los hogares (frente al 20,4% en España) y que alcanza a la mitad de las familias entre la población en situación de exclusión. Por otro lado, el 14,9% de hogares tiene imposibilidad para mantener la casa a una temperatura adecuada (3 de cada 10 familias entre la población en exclusión) y el 21,7% ha tenido problemas de avisos de corte de suministros (la mitad de los hogares excluidos) y con riesgo de desahucio para el 5,8%.
Esto ha llevado a que se modifiquen los lugares de residencia de forma que el 4,7% de las familias han tenido que cambiar de vivienda y otras hasta compartir casa con personas sin parentesco, alquilar habitaciones o volver a casa de los padres.
Otro concepto es la exclusión de la salud, que afecta tanto a los tratamientos necesarios para conservarla como a las dificultades para mantener una alimentación suficiente y equilibrada. Aspectos que también generan situaciones de gran exclusión. Según el informe, el 20,6% de los hogares andaluces (el 13,3% en España) "han dejado de comprar medicinas, seguir tratamientos o dietas por problemas económicos". Una situación que se agrava en los hogares con exclusión severa, alcanzando a 6 de cada 10. En cuanto a la alimentación, casi la mitad de los hogares han tenido que reducir los gastos dedicados a la alimentación y un 20,9% no ha podido asegurar una comida de proteínas al menos tres veces por semana. A nivel global, el 18,7% de los hogares no ha podido adquirir alimentos para una dieta adecuada, por lo que Cáritas sigue manteniendo la voz de alarma.
Y eso es lo que ha hecho Cáritas, que ha puesto negro sobre blanco en su Informe sobre exclusión y desarrollo social en Andalucía, la realidad de la gente de a pié, del vecino de al lado y de nuestros propios hogares.
Según el informe, que se presentó ayer en Granada dentro de los actos organizados con motivo de la Semana contra la Pobreza, la desigualdad en Andalucía ha crecido un 9% entre 2008 y 2012, lo que aumenta el riesgo de exclusión tanto de personas como de hogares. Y además de las dificultades laborales, económicas y sociales, hay un aspecto que se ha visto altamente condicionado por la crisis y es la exclusión residencial.
Cáritas advierte que "una parte importante de los hogares en Andalucía han tenido que ejecutar medidas compensadoras para afrontar problemas de la vivienda derivados de las dificultades económicas". "El bloque de problemas más extendido tiene como denominador común una actitud de ahorro y reducción en el consumo de todos los insumos del hogar". Así, el 46,6% y el 48,9% de los hogares se ha visto obligado a reducir los gastos fijos de la casa y los gastos de teléfono, televisión e internet, respectivamente. Por otro lado, "casi la mitad de los hogares han tenido que reducir los gastos dedicados a la alimentación". Una realidad que refleja el momento delicado de muchos hogares, que han tenido que priorizar y elegir el gasto del que tienen que prescindir.
En Andalucía, además, se acentúan situaciones como "la no disponibilidad de dinero suficiente para pagar gastos de la casa (hipoteca, alquiler, facturas de luz, agua...)", que afecta al 22,1% de los hogares (frente al 20,4% en España) y que alcanza a la mitad de las familias entre la población en situación de exclusión. Por otro lado, el 14,9% de hogares tiene imposibilidad para mantener la casa a una temperatura adecuada (3 de cada 10 familias entre la población en exclusión) y el 21,7% ha tenido problemas de avisos de corte de suministros (la mitad de los hogares excluidos) y con riesgo de desahucio para el 5,8%.
Esto ha llevado a que se modifiquen los lugares de residencia de forma que el 4,7% de las familias han tenido que cambiar de vivienda y otras hasta compartir casa con personas sin parentesco, alquilar habitaciones o volver a casa de los padres.
Otro concepto es la exclusión de la salud, que afecta tanto a los tratamientos necesarios para conservarla como a las dificultades para mantener una alimentación suficiente y equilibrada. Aspectos que también generan situaciones de gran exclusión. Según el informe, el 20,6% de los hogares andaluces (el 13,3% en España) "han dejado de comprar medicinas, seguir tratamientos o dietas por problemas económicos". Una situación que se agrava en los hogares con exclusión severa, alcanzando a 6 de cada 10. En cuanto a la alimentación, casi la mitad de los hogares han tenido que reducir los gastos dedicados a la alimentación y un 20,9% no ha podido asegurar una comida de proteínas al menos tres veces por semana. A nivel global, el 18,7% de los hogares no ha podido adquirir alimentos para una dieta adecuada, por lo que Cáritas sigue manteniendo la voz de alarma.
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