Debido a que el costo del seguro médico requerido por ley era muy caro, el puertorriqueño Eleazar González prefirió el año pasado quedarse sin él y pagar una multa de 400 dólares al fisco por no tener este beneficio.
El viernes esperó más de dos horas para que le examinen los dientes gratuitamente porque necesita ahorrar dinero debido a que está desempleado y desde hace unos meses le duele una muela.
"Creo que esto sí vale la pena. Cuando no tienes recursos, tienes que hacer esto", dijo el inmigrante de 45 años mientras esperaba su turno en el coliseo Sport Arena de Los Ángeles, al sur del centro de la ciudad.
González es una de decenas de miles de personas que serán atendidas gratuitamente por doctores, dentistas y oftalmólogos durante cuatro días como parte de una campaña anual de salud. También se ofrecen servicios psicológicos e información sobre seguros, nutrición y prevención.
Los servicios son gratuitos porque son prestados por unos 3.100 voluntarios, de acuerdo con Liz Narrillos Roux, portavoz de Care Harbor, organización sin fines de lucro que desde el 2010 ofrece servicios médicos, dentales y de la vista a indigentes, personas que no tienen seguro o que tienen seguros con cobertura parcial o limitada.
Los organizadores dicen que 57.000 personas recibieron servicios médicos, dentales y de la vista en los últimos cuatro años, y en estos cuatro días esperan atender a 4.000 personas.
Estos servicios gratuitos todavía son requeridos y seguirán siendo necesarios, pese a la ley federal de salud vigente, dijo Donald Manelli, presidente de Care Harbor.
"Nuestra meta es tener una de estas (campañas) y que nadie aparezca. Entonces sabremos que nuestro trabajo ha terminado", afirmó.
Dicha ley permite que ciudadanos y residentes legales puedan comprar seguro médico a través de mercados para seguros de salud. Quienes no obtienen un seguro podrían tener que pagar multas.
Un estudio divulgado en enero calcula que entre 2,7 y 3,4 millones de californianos permanecerán sin seguro para el 2019, cuando la última fase de la ley entre en vigor, por lo que seguirán requiriendo servicios gratuitos.
La mitad de este grupo, entre 1,4 y 1,5 millones, serían inmigrantes que viven en el país sin autorización, los cuales no cumplen los requisitos para obtener seguro a través de la ley, agrega el informe del Centro para Investigaciones sobre Políticas de Salud, de la Universidad de California en Los Ángeles, y el Centro para la Educación e Investigaciones Laborales, de la Universidad de California en Berkeley.
El servicio comenzó el jueves en el coliseo, cuyo interior fue transformado en una gran sala de atención, con decenas de mesas y sillas reclinables.
Una inmigrante sin autorización que aprovechó los servicios fue la mexicana Anayeli Cortez, quien fue junto con sus dos hijas para que les examinen la vista. Ella no tiene seguro porque no trabaja, tiene tres hijos y su esposo es jornalero que busca trabajo en la calle.
"A veces uno tiene problemas pero no va a verse por falta de dinero", dijo Cortez, quien el próximo mes irá a recoger los lentes para ella y sus dos hijas.
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