La evangelización tecnológica que la Universidad de Granada está realizando desde hace algunos años entre sus docentes, personal de administración y servicios y hasta sus alumnos, empieza a dar sus frutos en el desarrollo de la llamada universidad virtual, la nueva forma de impartir docencia que va desde la enseñanza completamente a distancia hasta el uso de internet para hacer más fluida la tradicional relación profesor-alumno. La UGR pretende dar ahora un fuerte empuje a este proyecto de estudios virtuales, así como a otras iniciativas de digitalización y modernización en la imagen de la institución. La universidad se encuentra en un punto de inflexión crucial entre las fórmulas tradicionales y la adaptación a un mundo globalizado.
Como la mayoría de las instituciones públicas docentes de estudios superiores, la UGR ha perdido alumnos en los últimos años, sobre todo en estudios de grado, donde cuenta con 4.000 menos que hace 5 años. La captación de estudiantes es un objetivo prioritario para la institución y ahí juegan un papel fundamental las nuevas tecnologías.
A parte del fortalecimiento de las posiciones en los rankings mundiales (sobre todo determinadas por la investigación que se desarrolla en la UGR), que es un criterio cada vez más seguido por los alumnos que buscan una Universidad para cursar cualquier tipo de estudios, la UGR va a trabajar otros aspectos que contribuyen a la captación de estudiantes.
La movilidad es una de las estrategias que más frutos está dando, especialmente la internacional. Granada es la Universidad que más alumnos erasmus recibe y ellos acaban siendo embajadores de la UGR, que difunden por Europa su experiencia en Granada. La idea es que después de estar aquí con la ayuda europea quieran quedarse o volver a hacer un máster.
Pero la movilidad no solo es presencial, también puede ser virtual y ahí es donde el nuevo equipo de Gobierno de la UGR pretende hacer una apuesta. Si los alumnos no se desplazan físicamente también tienen la opción de seguir estudios de la Universidad de Granada a través de internet.
A diferencia de los estudios de grado, en los másteres es donde más están creciendo las matriculaciones y la demanda. La UGR va a potenciar estos cursos en los próximos años y va a incrementar la oferta de los que se pueden seguir de forma virtual. Este curso se sumarán cuatro más, hasta completar una quincena del centenar de másteres que ofrece la UGR. La idea es que cada año se incorporen a la oferta virtual 4 o 5 cursos más.
La competencia en este ámbito educativo es muy grande, sobre todo desde el sector privado, que cada año saca infinitas titulaciones que se pueden cursar por internet. Las limitaciones de personal y medios hacen que la UGR no pueda entrar en esta competencia a un ritmo tan frenético de títulos cada año, pero su apuesta es por la calidad, pues no todo lo que se ofrece en el mercado tiene esas garantías que puede aportar una universidad de larga tradición y con profesores de primer nivel.
Por eso la Universidad tiene que implicar a esos docentes. Las nuevas generaciones traen de serie el apego al mundo digital, pero la UGR tiene casi 3.500 profesores con una media de edad de 50 años. Su colaboración es vital para implantar ese modelo de universidad virtual. Por eso se hacen cursos de formación para los docentes, con diferentes niveles y en los que participan un mínimo de 300 profesores cada semestre. Las reticencias al cambio se van superando, especialmente con la incorporación de docentes más jóvenes.
La enseñanza virtual no solo afecta a los másteres, aunque por ahora sea la parte de la enseñanza donde más se ha desarrollado. En los títulos de grado, los sistemas de aprendizaje virtual que se están poniendo en marcha son de apoyo a la docencia tradicional. Es decir, que el apoyo de internet no sirve solo para impartir estudios a distancia, si no para que profesores y alumnos del sistema tradicional tengan nuevas formas y herramientas que mejoren la enseñanza.
Por ejemplo, los docentes pueden dejar en internet documentación o material complementario útil para los alumnos, sin necesidad de acudir al viejo sistema de la fotocopiadora. Los docentes también pueden grabar sus clases y colgarlas en el sistema para que puedan ser seguidas en otro momento por sus alumnos. También se plantean y resuelven dudas de forma electrónica, o se ponen vídeos complementarios.
Todas estas cosas ya se pueden hacer, pues la Universidad cuenta con unas plataformas en las que los profesores y los alumnos se dan de alta para favorecer esa comunicación a través de internet. La mayoría de los docentes de la UGR ya utilizan esas herramientas.
Pero la institución afronta ahora el proyecto clave para que este sistema de apoyo a la docencia avance, que es la creación de una única plataforma (denominada Prado 2) y que se pondrá en marcha en el segundo semestre. A pesar de las reticencias de aquellos usuarios de los otros sistemas actualmente en vigor (conviven 3 diferentes), los nuevos responsables de la UGR pretenden implantar uno solo. Una adaptación a las necesidades propias de Moodle, que es software libre, y lo usan 78 millones de personas en el mundo.
Con esta plataforma se podrán atender todas las necesidades de la UGR. Desde el simple apoyo a la docencia presencial hasta los cursos totalmente virtuales, pasando por las enseñanzas semipresenciales.
Además de estos avances tecnológicos, la UGR se plantea otros retos para captar alumnos. Uno de ellos es la imagen institucional y la comunicación externa. La Universidad tiene actualmente 545 páginas web de sus distintos departamentos, centros o extensiones. Pero la web principal, la institucional, "no es funcional", en opinión del delegado de la rectora para la Universidad digital, Óscar Cordón. La Oficina Web está trabajando en un proyecto para hacer una web por perfiles, de modo que tenga una visión diferente en función del lector y su vinculación a la UGR (profesor, alumno, solicitante, persona externa...)
Otro de los trabajos que afronta la UGR de cara a su modernización es abundar en la administración electrónica. La idea es digitalizar todos los procesos para minimizar el movimiento de papeles. Así, habrá facturación electrónica y todo tipo de solicitudes que serán atendidas por internet de forma inmediata mediante la firma digital.
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