jueves, 6 de enero de 2011

Digestivo mango revistaintegral

Versátil en la cocina y bueno en el organismo.

Los primeros fósiles de mango se encontraron en el norte de la India y datan de tiempos prehistóricos. Desde ese país, donde el mango tiene un carácter casi sagrado, el cultivo fue extendiéndose por toda Asia y de ahí pasó a América. A nuestro país, llegó a través de las Islas Canarias en los años 70, y diez años más tarde alcanzó el sur de la Península. Hoy, gracias al microclima de provincias como Málaga o Granada, la producción se ha multiplicado con tanto éxito que España podría cubrir pronto el 10% de las necesidades del mercado europeo.

Poderoso antioxidante
Es una fruta que rebosa vitamina C, lo que la convierte en una excelente alternativa a los cítricos o los kiwis. Esta vitamina potencia la absorción del gran contenido en hierro del mango y lo hace ideal para tratar anemias ferropénicas. Por eso, las mujeres indias lo consumían más durante los días de su menstruación. En los meses de verano, su alto contenido en vitamina A refuerza la salud de piel y cabello, lo que justifica una presencia semanal en la dieta. Con respecto a sus propiedades anticancerígenas, estudios recientes dicen que los polifenoles del mango se han probado muy efectivos para prevenir o parar el avance de células cancerígenas en el colon y las mamas, siendo menos potentes para frenar otros tipos de cánceres. Además, deberían consumirlo los que realicen regímenes hipocalóricos, ya que su alto contenido en potasio le confiere propiedades diuréticas, y su gran aporte de fibra sacia mejor que otras frutas veraniegas. Una fibra que también juega un papel importante en la reducción de nuestras tasas de colesterol. Y gracias a sus valiosas enzimas, muy similares a las de la papaya, se trata de una fruta muy digestiva que se puede utilizar de suave laxante. Por esto, aquellos que padezcan episodios puntuales de diarrea deberían controlar un consumo excesivo.


cocina con aires tropicales

El mango contribuye a mejorar el sabor de ensaladas de frutas, batidos, helados, mermeladas y tartas. Es importante escoger ejemplares que desprendan olor, no estén demasiado arrugados y manchados y que cedan ligeramente a la presión de los dedos. Si tiene poco sabor, podemos potenciarlo rociándolo con unas gotas de zumo de limón. Además, podemos usar los ejemplares menos maduros como una verdura y cocerlos al vapor, saltearlos o, incluso, asarlos. Los mangos menos dulces se pueden pelar, cortar en tiras y adobar un poco con una mezcla de vinagre, ajos picados y las especias que más nos gusten. Esto, además de aromatizarlos, ablandará sus fibras, volviéndolos más tiernos.

Verdes y marinados o maduros, mejoran las ensaladas de verano, combinados con queso fresco. Y si tenemos la oportunidad de pasar por una tienda de alimentación asiática, no debemos dejar de comprar un aderezo de mango seco en polvo, totalmente desconocido en la gastronomía europea, que merece ser probado ya que va a dar un punto ácido y refrescante a nuestras salsas y aliños estivales.

receta

Chutney de mango y cebolla
Salsa agridulce para arroces, quesos y untar en bocadillos.

Ingredientes:

2 mangos duros
1 cebolla blanca o roja
2 cucharadas de azúcar moreno de caña integral
Medio vasito de vinagre de manzana
1 trocito pequeño de jengibre fresco
Media cucharadita de nuez moscada
Aceite de semillas

Elaboración:

Picamos el mango pelado en cubitos y la cebolla en trocitos pequeños. Pochamos primero la cebolla con el jengibre rallado unos minutos. Le agregamos el mango, el azúcar moreno, la nuez moscada y el vinagre de manzana. Tapamos y dejamos a fuego suave unos minutos. Le añadimos medio vasito de agua, y dejamos reducir, removiendo para que no se pegue, hasta que el mango esté blandito y el líquido haya espesado un poco. Dejamos enfriar antes de comer.

Por Laura kohan

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