sábado, 19 de febrero de 2011

Condenado a más de 7 años por atropellar a tres agentes que le dieron el alto radiogranadaSER

La Audiencia de Granada ha condenado a siete años y medio de cárcel a un hombre que intentó atropellar en Albuñol a tres agentes de la Guardia Civil que, durante un control de tráfico, le dieron el alto y le denunciaron al comprobar que no llevaba puesto el cinturón de seguridad.

La sentencia, que le atribuye la autoría de tres delitos de homicidio en grado de tentativa, otro de atentado a la autoridad y una falta de daños, lo condena igualmente a su internamiento, durante el tiempo de la condena, en un centro psiquiátrico penitenciario, del que no podrá salir sin autorización del tribunal.

También deberá indemnizar a los agentes con más de 42.000 euros, a un camionero afectado con 230 euros y a la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil con el valor de los daños causados al coche patrulla, según el fallo.

Según la sentencia, que ha sido recurrida por la defensa, los hechos ocurrieron la mañana del 4 de marzo de 2009, cuando el acusado, M.G.A., de 40 años, accedió con su vehículo a una glorieta de la carretera autonómica A-345 (Albuñol-Cádiar).

Cuando giró, encontró una patrulla de la Guardia Civil compuesta por tres agentes, quienes al ver que el acusado no llevaba puesto el cinturón de seguridad le hicieron señas para que se detuviera.

Haciendo caso omiso de las indicaciones, el acusado continuó su marcha y abandonó la glorieta por el acceso a La Rábita.

Dos de los agentes se pusieron a rellenar la denuncia por las infracciones del acusado, y un tercero que había retenido a otro vehículo conducido casualmente por la esposa del procesado hicieron lo mismo por no llevar el cinturón ni la documentación del coche.

En ese momento, el acusado, con el cinturón de seguridad ya abrochado, volvió a acceder a la glorieta y, al percatarse de la actuación que tenía lugar con su esposa, aumentó la velocidad hasta hacer chirriar las ruedas y efectuar un "trompo" , maniobra que fue detectada por los dos agentes, que se subieron al vehículo oficial.

Antes de que los agentes, que avisaron al otro compañero, tuvieran tiempo de subirse al vehículo oficial, el acusado se introdujo por cuarta vez en la glorieta, ahora ya en sentido prohibido, con la intención de causarles el mayor daño posible.

Para ello, dirigió su vehículo contra el policial, con el que colisionó violentamente en su esquina fronto-lateral derecha, momento en el que bajaron del coche los agentes mientras el acusado daba marcha atrás distanciándose unos metros del vehículo policial.

Temiendo el agente que volviera a embestirlos, efectuó dos disparos al aire con su arma reglamentaria, momento en el que el acusado giró y se introdujo parcialmente en la zona central de la glorieta, donde realizó uno o dos giros de 360 grados para dirigirse de nuevo hacia el punto en el que se ya se encontraban agrupados los tres guardias civiles con el propósito de atropellarlos.

Al ver el coche dirigirse hacia ellos, los agentes intentaron ponerse a salvo, y aunque uno de ellos consiguió eludir el alcance, no pudo evitar ser golpeado por el coche, que lo lanzó por el aire antes de empotrarse contra el frontal de un camión.

Seguidamente, el acusado bajó de su vehículo e intentó huir del lugar, lo que le impidieron los agentes, que resultaron heridas con diversas contusiones y fracturas como consecuencia de los hechos.

Según la sentencia, el acusado tenía diagnosticado desde varios años atrás un trastorno bipolar otro de control de sus impulsos asociado al consumo de alcohol y cocaína.

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