viernes, 27 de diciembre de 2019

Por qué el estrés te deja muerto de cansancio elhuffingtonpost

No tiene sentido ignorar cómo se siente tu cuerpo, ya que no va a dejar de estar cansado por mucho que lo fuerces a dar más de sí.

Por
Jenna Birch

Cuando atraviesas una etapa especialmente ajetreada en el trabajo, llegas a casa sin energía. La mayoría de la gente asocia el estrés con encontrarse hiperactivo, pero la realidad es que también está muy relacionado con el cansancio. De hecho, es completamente normal tener ganas de dormir cuando acumulas mucho estrés, aunque todavía no se ha logrado explicar por qué.

Sin embargo, sí que existen teorías. La doctora Deirdre Conroy explica que el estrés afecta al ciclo del sueño.

“Cuando una persona está sometida a un gran estrés, la continuidad y la calidad del sueño se ve afectada. Te puede costar más dormirte o te puedes despertar más veces a lo largo de la noche”. Si tu sueño se interrumpe muchas veces, estarás más cansado al día siguiente.

El estrés también provoca “un mayor porcentaje de sueño ligero a lo largo de la noche”, señala Conroy. Dado que el cuerpo se recupera mejor en las etapas más profundas del sueño (repara tejidos y músculos y refuerza el sistema inmunitario), es fácil que sientas que no has dormido suficiente.

El estrés también puede provocar insomnio, lo que agrava aún más el problema.

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“El estrés es un factor muy común en los casos de insomnio”, explica Aric Prather, profesor asociado del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de California.
“La exposición al estrés incrementa la función cognitiva”, sostiene Prather. “Por eso se cree que el estrés provoca una mayor activación del sistema nervioso simpático (la respuesta de lucha o huida), lo que disminuye tu capacidad para relajarte”.

Cuando el estrés provoca cansancio extremo
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Tener sueño es una cosa, pero algunas personas sufren un cansancio extremo en periodos de gran estrés y acaban el día debilitados. Los expertos tienen varias teorías al respecto, y la más aceptada es que, simplemente, la respuesta de lucha y huida consume toda la energía del organismo.

“Como es un gasto metabólico tan grande mantener el organismo en alerta máxima, tener sueño es una reacción normal para reponer fuerzas”, razona Prather.

Otras personas piensan que dormir es un mecanismo para superar el estrés por lo agotador y desagradable que llega a ser.

“Como es un gasto metabólico tan grande mantener el organismo en alerta máxima, tener sueño es una reacción normal”

“En periodos de gran estrés, muchas personas deciden pasar demasiado tiempo en la cama y en muchos casos se quedan dormidas para huir del estrés”, explica Prather. “Como el sueño alivia el estrés, al menos a corto plazo, la conducta sedentaria se ve reforzada”.

Prather señala que si dormir se convierte en un recurso consciente para escapar del estrés, la tentación de quedarte en la cama se vuelve más habitual y difícil de resistir.

La última teoría es que el cerebro solo es capaz de asumir determinada cantidad de información estresante.

“Existe la posibilidad de que el cerebro solo pueda manejar una cantidad determinada de información emocional, y el sueño ayuda a liberar algo de espacio y seleccionar qué experiencias pasan a la memoria a largo plazo y cuáles se eliminan. El estrés produce un gran aumento de información emocional y, por tanto, es posible que te entre el sueño antes de lo habitual”, explica Prather.

Cómo afrontar el sueño en épocas de estrés

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Antes de nada, si no sabes con certeza si esa somnolencia es normal, ve al médico.

“Un análisis de sangre rutinario te puede ayudar mucho si sufres insomnio crónico. Un nivel anormal de hormonas, como las hormonas tiroideas, afectan a cómo te sientes durante el día”, advierte Conroy.

Conroy también recomienda prestar atención a la dieta y a la actividad física. Saltarte un entrenamiento o tomar alimentos hiperazucarados puede provocarte o bien mucho sueño o bien un subidón de energía.

“Asegúrate de beber suficiente agua y hacer ejercicio de forma habitual”, advierte Conroy.

También puedes acabar con la fatiga inducida por el estrés regulando el ritmo de tus actividades.

“No te pases ni te quedes corto”, resume Conroy. “Prueba alguna otra forma de relajación y trata de evitar los pensamientos negativos”. Pensar “no voy a terminar esto nunca” o “tengo demasiado trabajo como para descansar” solo sirve para perpetuar tu situación.

Prather insiste en la necesidad de sacar tiempo para uno mismo, por muchas urgencias que haya en el trabajo o lo grande que sea el proyecto que estás dirigiendo.

“El estrés puede ser agotador, pero no tiene por qué serlo. Incluir en tu agenda alguna actividad que disfrutes, como el yoga o caminar por la naturaleza, resulta revitalizante”.

Sí, la siesta también te puede ayudar a llegar al final del día. Prather sostiene que no tiene sentido ignorar cómo se siente tu cuerpo, ya que no va a dejar de estar cansado por mucho que lo fuerces a dar más de sí. Descansa. Ya seguirás más tarde.

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