BIZKAIKO DANTZARIEN BILTZARRA SUMA OCHENTA GRUPOS DE BAILE Y MOVILIZA A MÁS DE 4.000 PERSONAS
I. MENDIZABAL ELORDI
BILBAO. Los antropólogos lo tienen claro: el mito, el ritual y la organización social están ligados y cuesta estudiar estas cuestiones por separado. Así, deducen que las danzas tradicionales son, sobre todo, rituales sociales. Y los vascos, que en repetidas ocasiones hemos sido tachados de "poco sociables" y de "torpes y rígidos para el baile", han explotado esta disciplina en todas sus vertientes. Así lo reconoce Jon Gaminde, miembro de Bizkaiko Dantzarien Biltzarra, además de avezado dulzainero y txistulari: "Pocos países habrá en el mundo que reúnan nuestra riqueza en este ámbito. Y menos aún si tenemos en cuenta la pequeñez de nuestros límites geográficos".
Solo en Bizkaia hay documentados 16 tipos de bailes propios del territorio. "La primera cita sobre danzas que hemos hallado se encuentra en un mandamiento del Ayuntamiento de Bilbao de 1505. No indica el tipo de danza, aunque es de suponer que se enseñarían danzas sociales de época", explica Gaminde. La mayoría de estas modalidades datan de los siglos XVII y XVIII, "porque los documentos que se han examinado llegan hasta ahí, pero es de suponer que muchos de estos bailes se practicaban antes incluso del siglo XVI".
MUSEO VASCO Ahora, merced al esfuerzo conjunto de Bizkaiko Dan-tzarien Biltzarra y del Museo Vasco de Bilbao, estos bailes se podrán admirar y contrastar en la sede del Museo, sito en la plaza Unamuno. Allí se exponen, hasta el 23 de junio, trajes, partituras y fotografías, además de un amplio muestrario de danzas que se interpretarán en los distintos monitores que jalonan la muestra. La comisaria de la muestra es Amaia Mujika.
La exposición cuenta con dos salas grandes. La primera, dedicada a la danza social, aglutina los bailes de cuerda o soka-dantza en sus diversas modalidades, desde los bailados por mujeres (como Andrazkoen Soka Dantza, de Garai, o Eguzki Dantza, de Lekeitio), pasando por las carnavalescas Marrauen soka dantza (de Gernika); de las jotas y porrusaldas y los corros de ciego a las muy protocolarias como la Uriko soka dantza de Begoña o las Erregelak de las Merindades de Durango y Busturia. Se incluyen también los bailes que tienen lugar al término de ciertas comidas de hermandad, como el Txakolin dantza o el Mahai gaineko.
La segunda sala acoge la vertiente formal y cerrada de las danzas de homenaje o ritual, realizadas por un grupo de danzantes preparados para ello. Estas danzas constituyen uno de los actos principales de las fiestas patronales de Bizkaia, y están aquí representadas por la Kaixarranka (Lekeitio), Dantzari Dantza (Duranguesado), Entradillas de la Junta de Arrastaria, Danza de Varas (Lanestosa), Ezpata dantza (Xemein), Errebonbilloak (Elorrio) y el Saragi Dantza (Markina-Xemein). Además, la exposición reserva un lugar privilegiado para uno de los próceres de las danzas vascas, Iñaki Irigoien.
Los promotores de la idea anuncian también exhibiciones, que tendrán lugar en la Plaza Nueva de la capital vizcaina durante los meses de abril, mayo y junio.
RELEVO En contra de lo que se ha dicho en ocasiones, las danzas vascas tradicionales gozan de buena salud. Así lo entiende el propio Jon Gaminde: "En Bizkaia hay 80 grupos de danza afiliados en Dantzarien Biltzarra y en el Dantzari Eguna movilizamos a más de 4.000 personas. Además, hay relevo entre los dantzaris y la gente sigue inundando las plazas cuando se baila la Kaixarranka o la Dantzari dantza. Tras el boom de los años 80 podemos decir que la danza se ha asentado y que el futuro está asegurado, aunque no hay que dejar de trabajar".
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