Una asociación pide que no se cambie la hora el próximo 31 de marzo y así volver al huso que nos pertenece
DIEGO QUERO | @SURQUERO
En España, o mejor dicho, en la España peninsular no vivimos en la hora que nos toca hacerlo, sino que vamos con sesenta minutos de adelanto. Aunque esto parezca ser una ventaja, un estudio ha demostrado que los españoles peninsulares viviríamos mejor si nos devolvieran la hora que nos quitaron hace hace ahora 73 años. Fue Francisco Franco quien el 7 de marzo de 1940, de manera provisional, adoptó el horario alemán con el objeto de asemejar nuestro país a Alemania e Italia, aunque las Islas Canarias se quedaron como les pertenece.
De manera asombrosa, en España se ha mantenido la decisión de Franco, lo que ha acarreado desventajas respecto a otros países, ya que nuestro horario no se corresponde totalmente con el horario solar. Aunque pueda parecer algo superflúo, el comportamiento del ser humano influye por las horas de sol de las que disfruta o sufre. España, es el país donde más tarde sale el sol, por lo que está claro que no aprovechamos de la mejor manera lo mejor del astro rey, aún teniendo la segunda ciudad del mundo con mayor horas de sol al año, Almería.
Al adelanto de los sesenta minutos, hay que sumar que cada seis meses cambiamos de hora, atrasamos o adelantamos el reloj, y discutimos si es mejor o peor. Si el horario de invierno está adelantado una hora respecto a lo que nos toca, el horario del verano hace que nos adelantemos dos horas, lo que hace que no coincidamos con nadie y nuestras costumbres no tengan nada que ver con las de nuestros vecinos europeos. Así, comemos más tarde que nadie, cenamos de igual manera y dormimos menos que en otros países.
Según Nuria Chinchilla. Catedrática y Directora del Centro Internacional Trabajo y Familia del IESE y Jos Collin, miembro de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles y de ARHOE, "hay que regresar al huso horario europeo occidental dejado atrás en 1940. Se trata de un simple decreto del Gobierno Central, con un presupuesto de cero euros. Es muy sencillo de aplicar: en el próximo cambio a la hora de verano no hacer cambiar los relojes en España, de manera que cambiamos desde la hora de invierno central a la hora de verano occidental, que son la misma hora". Esta sería una medida provisional, ya que, según los expertos, "a partir de la vuelta a la hora de invierno en otoño, ya volveríamos a cambiar los relojes como siempre. Pero esta medida puntual tiene que ir acompañada con adelantar ese mismo día todos los horarios socialmente relevantes en una hora: telediarios, partidos de fútbol, actos religiosos, etc. El telediario de las nueve de la noche pasaría entonces a las ocho de la noche".
Nuria Chinchilla y Jos Collin aseguran que con esta medida se conseguiría una "mejor conciliación entre vida laboral, personal y familiar, y entre trabajo y maternidad; otorgaría un tiempo de descanso más sano, dando como resultado más productividad, menos accidentes laborales y de tráfico, y menos fracaso escolar". Todo depende de que el próximo 31 de marzo no se cambie la hora.
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