Si todos desconectáramos la electricidad y volviéramos a encenderla al mismo tiempo podría saturarse el sistema
DIEGO QUERO | GRANADA
Granada celebra hoy La Hora del Planeta, una iniciativa de WWF que cuenta ya con siete años de historia. Los voluntarios de WWF Granada estarán desde las 18:00 horas en el mirador de San Nicolás para informar sobre este evento global, que tendrá lugar entre las 20:30 y 21:30 horas. La Alhambra lucirá apagada durante una hora, al igual que la sede central de CajaGranada y el Centro Cultural de la entidad, así como otros edificios de Granada y de la provincia.
El objetivo de esta campaña es concienciar a la sociedad, no el ahorro de energía. Como explica la portavoz de WWF Granada, Rocío Hermosilla, “se trata de un acto simbólico para concienciar a ciudadanos y empresas para que se comprometan durante todo el año en aplicar medidas de ahorro y eficiencia energética”. En Granada este evento ha cosechado un gran éxito en los siete años que lleva celebrándose, Según Rocío Hermosilla, “hemos tenido mucho apoyo de los ciudadanos, que acuden al mirador de San Nicolás para participar con nosotros. Sobre todo hemos notado que cada año, hay más gente que se acerca a nosotros sabiendo qué es La Hora del Planeta y acuden para participar de forma consciente”.
En contra de lo que algunos piensan, La Hora del Planeta no registra una bajada de consumo significativa y no se crea un ‘subidón’ cuando acaba el evento, tal y como aseguran algunos estudios. Desde Endesa aseguran que la red eléctrica no “sufre” porque no se nota la bajada de la tensión eléctrica durante el tiempo que dura el evento. Un caso diferente sería si La hora del Planeta no fuera un gesto simbólico. Desde Endesa aseguran que cabría la posibilidad de que se produjera un apagón si muchos ciudadanos apagaran la luz al mismo tiempo y la volvieran a conectar a la vez. Esto sería un problema porque crearía un “hueco de tensión”.
Una situación que es muy difícil que se dé, en opinión de Antonio Espín, director de la Oficina de Energía e Instalaciones de la Universidad de Granada. “Nadie elimina todo el consumo inmediatamente y las compañías introducen energía progresivamente, van aumentando la tensión para que no haya cambios bruscos”, explica Espín.
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