- Decenas de voluntarios se unen a los colectivos sociales para ayudar a los 'sin techo' en las noches más gélidas del año
- El Ayuntamiento hace un estudio para fijar medidas que puedan ofrecerles una salida
La ola de frío siberiano de estos días se ha hecho notar, y mucho, en todos los puntos de Granada. Las bajas temperaturas han convertido en un reto el simple hecho de salir a la calle, pues el temporal no ha pasado inadvertido en ninguno de los rincones de la provincia. Incluso en la Costa Tropical se pudo ver el pasado martes la caída de algunos copos, un fenómeno que sucede de forma muy esporádica y que no se veía en la zona desde hacía doce años.
Las primeras nevadas de este 2017 han dejado un bello manto blanco en muchos municipios de la provincia, es cierto, pero también lo es que este descenso en los termómetros supone todo un desafío para aquellos que no tienen donde resguardarse. Se trata de las personas sin hogar, que cada día buscan cualquier recoveco de la ciudad para hacer de él su posada, al menos durante una noche.
Rosa, Antonio, Juan , María o Andrés son algunos de los nombres de los cientos de 'sin techo' que transitan las calles granadinas en busca de un cajero, un portal o rincón en el que poder cobijarse. Hombres y mujeres que llevan consigo miles de historias y problemas que los han obligado a vagar entre las vías de la ciudad. Personas que, al contrario del resto de la población, no cuentan con recursos ni material para poder hacer frente al frío.
Esta situación es algo que se trata de erradicar en la medida de lo posible, y son muchas las organizaciones que trabajan sin descanso para ello. Pero esta labor se ha visto intensificada durante estos días en los que el frío ha acaparado mayor protagonismo que de costumbre.
Ante la alerta de mínimas que pueden llegar a los siete grados bajo cero, el Ayuntamiento de Granada se puso en contacto con distintas asociaciones de la ciudad para dar refugio a todas estas personas sin hogar, al menos durante la ola de frío. Una de ellas es Edicoma -Esclavos del Inmaculado Corazón de María- que desde hace más de 25 años trata de ayudar a los más necesitados.
Postulada como una de las asociaciones más antiguas de la ciudad, Edicoma -situada en la calle Colegios- es un comedor social en el que cada día, en torno al centenar de personas pueden disfrutar de una comida caliente. Además de ofrecer servicio de ducha y ropero, e incluso peluquería cada martes, esta asociación ha decidido abrir durante las noches del temporal siberiano para acoger a todo aquel que no tenga dónde resguardarse.
"Durante los días de frío hemos decidido aumentar los servicios", cuenta el administrador de la asociación, Francisco Cantero, "hemos cambiado los desayunos. Antes dábamos fruta y un bocadillo y ahora ofrecemos bebida caliente que puede tomarse en nuestro comedor, y las cenas también son calientes". Pero su labor estos días va más allá, y una vez finalizan las cenas, recogen y convierten el local en un lugar donde todo el que lo necesite puede pasar la noche.
No disponen de camas, ni tampoco sacos de dormir, pero provistos de algunas mantas y ropa de abrigo, gracias a los más de 230 voluntarios que trabajan cada día allí, cerca de 30 personas sin hogar tienen donde cobijarse durante estas noches de frío. Algo parecido sucede un par de calles más abajo -concretamente en la calle Arandas-, donde se encuentra el Centro de Encuentro y Acogida Municipal -gestionado por Proyecto Hombre-, un lugar en el que quienes lo necesiten también pueden pernoctar durante todo el invierno, ya que contará con servicio nocturno hasta el 22 de marzo.
Al igual que sucede en Edicoma, aquí tampoco disponen de camas -tan solo las hay en los albergues como Casa Madre de Dios gestionado por Cáritas; la Casa para Mujeres sin Techo o la Casa de Acogida a Familias de la Asociación Ocrem-, pero lo que sí ofrece son varias salas repletas de mesas y sillas en las que poder descansar. Incluso hay una zona de butacas -con ocho de estos sillones para ser exactos- en los que cada día se turnan para dormir las más de 50 personas que pasan allí la noche. Además de un servicio de cocina en el que, de 20:30 a 00:00 horas y de 5:00 a 7:00 horas, ofrecen bebidas calientes, sopa, bocadillos o fruta.
Aquí nos recibe Andrés uno de los 'sin techo' que, desde hace cuatro años, hace de estas salas su hogar. "Es una iniciativa muy buena porque nos quitan el frío de la noche", comenta con una sonrisa. "Te dan tu gel, toalla limpia cada día, cepillo de dientes, y todo lo que necesites para ducharte", relata Andrés, quien no deja de agradecer a todos los que prestan ayuda. Aquí destaca también la Unidad de Emergencia Social de Cruz Roja.
Se trata de un operativo que cada uno de estos días de frío siberiano recorre las calles de la ciudad para servir de apoyo a las personas sin hogar. Provistos de café, ropa térmica, mantas o sacos de dormir, los 50 voluntarios que componen esta unidad marchan, de ocho a doce de la noche, para ofrecer todos estos materiales e incluso transportar a aquellos que lo deseen a los centros habilitados para pasar la noche. Pero ¿cuántos sin techo hay realmente en la ciudad?
Con el fin de dar respuesta a esa pregunta y así prestar ayuda a este colectivo, la Fundación RAIS, en colaboración con el Ayuntamiento de Granada, puso en marcha anoche un dispositivo en el que, en torno a un centenar de voluntarios, recorrieron las calles de la ciudad para hacer un estudio de personas sin techo. Conocer sus historias, problemas y las causas que los han llevado a hacer de las calles su hogar, para trabajar por acabar con esta situación.
Porque muchas veces, tener un techo bajo el que resguardarte o un plato de comida caliente sobre la mesa es algo que se da por hecho. Sin embargo, un gran número de personas se ven forzadas a pensar en ello a diario como algo utópico y conocer por qué sucede esta situación es algo principal para erradicarlo.
NOELIA GÓMEZ
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