Momento retrospectivo en el que un ganadero marismeño rompe la manada en tropas. (Foto: Ruta de Cádiz Monumental) |
El lema era claro. La Asociación de Criadores de Ganado Marismeño ha defendido hasta ayer la centenaria norma marismeña y no ha conseguido ganar. La tradición heredada de padres a hijos que consiste en poseer una yegua de raza marismeña y alojarla en una finca pública para, una vez al año, el 26 de junio concretamente, llevarla desde la marisma hasta Almonte pasando por El Rocío para esquilarla, marcarla, cepillarla e incluso vender el potro al tratante más astuto, se ha roto estos días después de celebrarse ininterrumpidamente desde 1504. La Saca de las Yeguas es, además, otro reclamo turístico para la zona de Doñana. Este parece ser parte del problema: el sensible espacio de Doñana.
En invierno, las yeguas de la marisma sumergen la cabeza como patos para comer heno y en verano no comen casi nada en el secarral. No saben vivir de otro modo. En total, son más de 1.200 y están agrupadas y repartidas por distintas partes del área natural. Un grupo de unas 400 cabezas, el más numeroso, ocupa la Marisma Gallega de Hinojos, a la que no podrán volver si el domingo salen hacia Almonte, como recoge la tradición. El Ayuntamiento de Hinojos quiere recuperar lo que es suyo y está esperando desde 2010, cuando emitió la ordenanza. La gestora del Parque de Doñana, la Junta de Andalucía, adquirió entonces la responsabilidad de reubicar al ganado ‘molesto’ en otras parcelas del entorno, una solución que sigue sin llegar, según los ganaderos marismeño: “Proponen una zona en la que no se dan las condiciones para la vida de las yeguas. En la finca El Patrimonio no hay marisma. Hemos pedido otra que está llena de heno y dicen que habría que iniciar trámites administrativos que tardarían meses en resolverse”, detallan desde la Asociación.
Los yegüerizos almonteños han llegado incluso a plantear a los técnicos de la administración regional repartir al grupo con las otras yeguas, “pero aumentaría la densidad de población y lo rechazan”. Durante las reuniones mantenidas en estos dos días para desbloquear el conflicto, ambas partes hablaron de las especies que cohabitan en el mismo hábitat. “Nos dicen que las yeguas molestan porque hay otras especies protegidas que son incompatibles con el tránsito a caballo de los capataces de las yeguas. Nosotros creemos que son compatibles porque donde hay ganado hay pájaros. De siempre. En el estiércol de las yeguas hay organismos que están en la cadena alimentaria de varias aves del Parque”. En 2016 la Saca de las Yeguas se suspendió por el mismo motivo pero el problema se desbloqueó a la última hora posible. En 2017 no habrá ni desahucio ni Saca. En señal de protesta, los propietarios se manifestarán por Almonte el lunes 26. El domingo dormirán en El Rocío. El mismo plan de la Saca pero sin las yeguas.
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