sábado, 1 de junio de 2019

Día 3: "Flipo con esto que acabo de descubrir sobre el aceite de cocinar..." elhuffingtonpost

Voy a confesar algo: no siempre he reciclado. Al menos no todos los residuos que genero. A veces he tenido una lata o un envoltorio de plástico entre mis manos y, a pesar de saber que lo correcto habría sido separarlo para depositarlo luego en el contenedor amarillo, los he tirado al cubo de la basura junto a otros desperdicios. Pero hoy he abierto una lata de atún para añadirle a los macarrones, la he tirado al cubo... y me he quedado mirándola, pensando: “¿Pero qué haces? ¡A ti el medio ambiente te importa!”. Así que la he sacado y la he dejado apartada. 
Porque la cosa no es ninguna tontería: por lo que leo, según datos de Ecoembes, el año pasado cada ciudadano depositó unos 15,7 kilos de envases de plástico, latas y briks en el contenedor amarillo, y otros 18,1 de envases de papel y cartón en el azul. En total, más de 30 kilos por cabeza al año. Y si somos 46 millones en España... Pues echa cuentas. Es mucho material. Y en fin, que está en mi mano que se convierta en contaminación o en materia prima. Y comprender y no actuar no sirve de nada.  
Así que he pensado: “Ya basta. Voy a intentar reciclar todos los residuos que genero”. Y como siempre me pasa cuando menciono el verbo “intentar”, me ha asaltado este recuerdo del maestro Yoda:  
“Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes”. Claro. Porque cuando tienes la capacidad de hacer algo y decides, en vez de hacerlo, tan solo intentar hacerlo, estás poniendo una excusa y no estás implicándote al 100%. Así que de acuerdo, maestro Yoda, nada de intentarlo: vamos a reciclar.  
Pues bien, tras tomar la decisión de saldar mi deuda con el medio ambiente, voy a relatar mi primera semana reciclando en este diario. Al final de estos siete días veremos cuántos envases de plástico, metal, briks, papel y cartón he reciclado. ¡Manos a la obra!

Día 1

Os presento a REMIGIO:
EL HUFFPOST
Es un cubo que me va a facilitar la vida a la hora de separar mis residuos y así voy a poder reciclar más eficazmente. ¿Qué por qué REMIGIO? Bueno, por si alguien no lo ha pillado, es un intento de acrónimo: REciclo MIGenerados resIduOs (ya, ya lo sé, no es tan obvio). Tener un espacio en casa destinado al reciclaje es importante. De hecho, por lo que sé, este es un dato que se tiene en cuenta a la hora de analizar el nivel de conciencia de la sociedad en torno al reciclaje. En 2018 en cada hogar español había, de media, 3,2 contenedores, cubos o espacios para ello, mientras que en 2017 había 3, dos décimas menos.
Así que la primera lata ya está donde tiene que estar: 

Día 2

A veces pensamos que el reciclaje es una actividad que se circunscribe al ámbito doméstico, pero nada más lejos. Si uno se fija, verá oportunidades y espacios para reciclar en muchos lugares fuera de casa. Solo hay que fijarse. En mi caso, he descubierto hoy en el trabajo, junto a las máquinas expendedoras este cubo amarillo: 
Cada día decenas de trabajadores pasan por aquí y consumen cafés, refrescos o snacks, con sus correspondientes vasitos y cucharitas de plástico, latas, botellas, y bolsas. Gracias a este cubo amarillo, todos esos residuos se convertirán en nueva materia prima y no en deshechos contaminantes.
Pero no solo es posible reciclar este tipo de residuos. Si trabajáis en una oficina seguro que cada día veis que se utilizan kilos y kilos de papel y cartón. ¡Y también hay contenedores para estos materiales! Mirad: 
En tu lugar de trabajo seguro que hay espacios similares destinados al reciclaje. Y si no los hay, podéis contactar con Ecoembes y os asesorarán sobre cómo convertir vuestro centro de trabajo en un lugar sostenible. Como veis, ¡no hay excusa!
Por cierto, gracias por el comentario de la usuaria María Marrero y por su sugerencia de utilizar bolsas menos contaminates en casa, lo tendré en cuenta. ¡Y mañana más! ¡Veremos cómo le va a REMIGIO! 

Día 3

Aunque mi dieta se basa principalmente en macarrones con atún y arroz con mejillones de lata, de vez en cuando preparo algo de fritanga en la sartén. La verdad es que tampoco me gusta hacerlo mucho porque luego fregar es un infierno... Debo confesar que, hasta ahora, cuando cocinaba con aceite en la sartén, luego lo tiraba por la fregadera. ¡Error! 
GETTY IMAGES
Resulta que el aceite doméstico puede atascar tuberías y alcantarillados, y también puede acabar en ríos y océanos. Es altamente contaminante porque dificulta el intercambio de oxígeno y daña los ecosistemas de los animales marinos. Se estima que un litro de aceite puede llegar a contaminar ¡1.000 litros de agua! 
¡Pero todo esto se puede evitar porque acabo de descubrir que el aceite usado también se puede reciclar! Si lo vas guardando en un bote de vidrio y cuando esté lleno lo cierras y lo llevas a un punto limpio, este aceite puede transformarse en biocombustible para motores diésel, abono, cera, barniz, cremas, detergentes, lociones, jabones, pinturas, lubricantes o velas. Bueno, y también puedes hacer jabón casero con ese aceite... Quizás algún día me atreva a hacerlo
Todo esto lo he aprendido echándole un ojo a la web de Ecoembes y ya he localizado el punto limpio que me queda cerca de casa. Y tú, ¿ya sabes dónde está el tuyo?

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