jueves, 26 de octubre de 2017

Ser talentoso: ¿se nace o se hace? elhuffingtonpost

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Hace décadas se instaló este debate: ¿se nace con un talento o se puede adquirir una gran habilidad practicando de manera intensiva? Algunos pensadores y filósofos proponen la "regla de las 10.000 horas" con el argumento de que es un período de tiempo suficiente para practicar una acción y alcanzar un nivel de expertise.
Sin embargo, algunos podrían practicar cinco veces más sin llegar nunca a ser expertos. Es ahí donde entra el factor genético como responsable de que ciertos individuos tengan mayor facilidad que otros para dominar, por ejemplo, un instrumento. Los grandes músicos tienen algo que claramente los distingue: su ADN.
Pensémoslo así: si solo con práctica pudiésemos conseguir un nivel de excelencia en una actividad, podríamos ser extraordinarios en lo que deseáramos. Si hubieses analizado por 10 mil horas los circuitos electrónicos, ¿hubieses creado la computadora personal (PC), como lo hizo Steve Jobs? Si practicaras 10 mil horas de fútbol, ¿serías Lionel Messi?
En realidad, la suma de los factores genéticos –lo que heredamos– sumado al estímulo ambiental, es decir, la combinación de un talento natural asociado con una gran dedicación, es el motivo por el que existen personas con condiciones excepcionales para desarrollar una tarea. Podemos pensar, entre otros ejemplos, en un pianista profesional como Martha Argerich o Bruno Gelber.
En el caso de la música, el hecho de que alguien quiera practicarla es una acción que se hereda: la propensión a la práctica es hereditaria entre un 40 y un 70%. Las personas con buen oído tienen una facilidad presente en sus genes y son capaces de reconocer el tono de una nota musical dentro de la opción de los 70 tipos diferentes de tonos musicales.
Se trata de personas poco frecuentes en la población general, que representan aproximadamente entre el 1 y el 2% de los estudiantes de música y los músicos profesionales. Está claro que este tipo de reconocimiento necesita una preparación previa sobre los tipos de notas y sus nombres. Tener un buen oído implica poseer un talento natural que se hereda de las generaciones anteriores, pero también debe ser complementado con entrenamiento y estudio de la parte teórica y práctica.
Una manera práctica de demostrar que la herencia es un factor clave en el talento es mencionar algunas familias famosas en las cuales más de un integrante se dedica o se dedicó a la música. Entre varios ejemplos encontramos a la familia Bach (el más conocido es Johann Sebastian Bach), los Jackson (el más célebre es Michael Jackson), los Cole (el padre, Nat King, y su hija Natalie), los Iglesias (Julio y su hijo Enrique) y los Torres (Diego, su madre, Lolita, y la nieta de Lolita, Ángela).
Entre los integrantes de algunas familias se han identificado variantes de genes que confieren esta característica, como el EPHA7. Este gen tiene una función importante en el desarrollo del sistema nervioso central y en la conectividad cerebral. Por su parte, el gen AVPR1A también se asocia a una mejor percepción musical, a la memoria musical y a la inclinación por escuchar música. Asimismo, variantes del SLC6A4 están presentes en personas que tienen buena memoria musical, cantan bien y participan en coros.
La ciencia demuestra que tu talento está en tu ADN. Por esta razón, lo central es conocerse a uno mismo y, sobre todo, cuáles son aquellas áreas donde destacas.
Aunque se han identificado varios genes responsables de que una persona tenga una gran habilidad con respecto a la música, el cromosoma 4 (donde están ubicados varios de los genes mencionados) es clave para que alguien tenga talento para la creatividadmusical y otras habilidades extraordinarias en esta disciplina.
Más allá de la música, podemos encontrar ejemplos de talento en otras disciplinas, incluso en el deporte. Si sos argentino y te apasiona el automovilismo, tu corazón debe estar con Juan Manuel Fangio y debés considerarlo el mejor piloto de Fórmula 1 de todos los tiempos. Pues bien, ahora la ciencia lo confirmó. Un estudio realizado por la Universidad de Sheffield, Inglaterra, concluyó que el "Chueco" nacido en Balcarce, provincia de Buenos Aires, es el mejor piloto de la máxima categoría de automovilismo de la historia.
Este grupo de científicos realizó un análisis estadístico para determinar quién es el mejor piloto en función de su talento y no de correr con el mejor auto. Como dijimos, el talento se hereda en el ADN, pero luego hay que estimularlo con mucho trabajo, esfuerzo y una gran persistencia, todas características que Fangio tenía.
Si consideramos los campeonatos mundiales conseguidos, Michael Schumacher, con sus siete títulos, sería el mejor de la historia. Sin embargo, cuando los investigadores quitaron el factor o la variable que representa al equipo, concluyeron que Juan Manuel Fangio, con cinco títulos, es el mejor.
Según este trabajo, publicado en abril de 2016, para ser exitoso en la Fórmula 1, el equipo incluyendo el auto, es seis veces más importante que el conductor. Aproximadamente 2/3 del efecto del equipo se mantiene en el tiempo y el 1/3 restante cambia año tras año. Aunque el impacto del equipo aumentó como factor determinante con el paso del tiempo, su influencia en los circuitos callejeros como Mónaco es menor y allí prevalecen las habilidades del piloto.
De acuerdo con los avances tecnológicos en los diseños de chasis y motores, la coordinación del personal en los boxes y la estrategia implementada por el jefe de la escudería, se estima que la receta ganadora en Fórmula 1 correspondería un 85% al equipo y solo un 15% al piloto. El doctor Andrew Bell, uno de los autores del estudio, considera que este modelo estadístico podría ser útil para el análisis del impacto de los individuos y los equipos en la productividad laboral, a nivel educativo o incluso en la sociedad.
La ciencia demuestra que tu talento está en tu ADN. Por esta razón, lo central es conocerse a uno mismo y, sobre todo, cuáles son aquellas áreas donde te destacás. Saber qué talentos heredaste puede ser un buen punto de partida para seguir tu pasión.

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