La recuperación de la raza originaria de Granada, 'Galera-Almería' anima a la vuelta a la península de variedades extintas desde el XIX
JUAN ENRIQUE GÓMEZ | GRANADA
Capullos de gusano de seda 'Galera'. :: F. J. JURADO
Delegaciones diplomáticas y la dirección de museos de países orientales y centroamericanos tienen sobre sus mesas una curiosa petición: permitir la vuelta a España de gusanos de seda que son considerados como de razas autóctonas españolas y que se declararon extintas en España a finales del siglo XIX, tras los últimos envíos de huevos hacia países con una gran industria sericícola y de los que nunca más se supo. Desde hace unos años, los integrantes de una sociedad de carácter científico, la Asociación Española para la Recuperación, Conservación y Estudio del Gusano de Seda Autóctono (Aercegsa), intentan traer lo que se considera como parte del patrimonio biológico-genético español, y recuperar razas que fueron la clave de lo que en todo el mundo se llamó la ruta de la seda entre oriente y occidente, en la que las larvas de una mariposa nocturna, un lepidóptero de color blanco, peludo y plumoso, con el nombre de Bombyx mori ligneus, fueron la clave de un comercio que perduró durante más de un milenio.
Por el momento, solo han podido recuperar una de las 13 razas que salieron de España y de las que se sabe que aún se conservan cinco. Esa variedad de Bombyx mori tiene origen granadino y lleva un nombre de raza que no deja lugar a dudas: Galera, aunque también ha sido llamada Almería. Tiene una particularidad, sus capullos eran de mayor tamaño y sus hilos especialmente buenos para la fabricación de suturas quirúrgicas y para sedales de pesca. Desapareció del territorio español a mediados del pasado siglo. Su último reducto en la península se encontraba en la Estación Sericícola de Murcia.
Desde Italia
El presidente de Aercegsa, Francisco Javier Jurado Torres, afirma que este gusano había desaparecido a causa de múltiples mezclas con otras razas orientales, pero se pudo encontrar en Italia, en una institución llamada 'Unitá di Ricerca di Apicoltura e Bachicoltur', donde se habían conservado huevos de esta raza, descendientes de los que habían llegado a ese país en el año 1938 procedentes de Murcia y recogidos, cuenta Francisco Javier Jurado, en la Estación Biológica Experimental de Padua, un banco genético reconocido mundialmente. «Los responsables de esa institución cuidaron y criaron a nuestro gusano autóctono con tal mimo que se ha mantenido en el tiempo», dice el presidente de Aercegsa.
Hace dos años, consiguieron trasladar a España dos ovaturas (bolsas de huevos) desde el museo italiano con alrededor de 800 huevos. «Ya ha pasado el tiempo suficiente para que podamos indicar que el gusano de seda autóctono español se ha recuperado en nuestro territorio y hay varios miles de ejemplares repartidos entre los socios de la asociación que se encargan de su mantenimiento, estudio y reproducción». La recuperación ha sido un éxito y se puede decir que el gusano Galera es de nuevo una realidad en España. Francisco Javier Torres, indica que esta raza se denomina Galera y Almería, por ser la localidad granadina donde se encontraba con mayor profusión y donde nació, y porque en Almería es donde tuvo su mayor desarrollo como productor de seda, pero en realidad, Almería es el nombre que se le puso en Italia, ya que en España siempre se conoció como Galera.
Japón y Sierra Madre
Con la recuperación del gusano Galera no termina la labor de Aercegsa. «Ahora estamos a la espera de que desde Japón nos lleguen ovaturas con huevos de otras razas autóctonas españolas que se encontraban allí y que hemos conseguido que ese país permita su salida». En la actualidad, de las 13 razas originarias que salieron de España a lo largo de los siglos, se han localizado cinco, de las que tres están en Japón, una en Corea y otra en Méjico. Las japonesas y coreanas son las llamadas raza pura de Murcia, y la mejicana se denomina Sierra Madre, porque fue llevada por primera vez por Hernán Cortés, y más tarde por un granadino, Diego Delgadillo, hasta Sierra Madre, donde aún se encuentra en algunas aldeas de las zonas más altas. Este gusano logró sobrevivir a una serie de fumigaciones masivas que se realizaron en los bosques de la sierra. Es una raza más resistente y de mayor tamaño.
Francisco Javier Jurado indica que no es nada fácil conseguir que los responsables de esos países permitan la salida de material genético de sus territorios, pero esperan poder conseguirlo como ya lo han hecho en Italia y, muy pronto, desde Japón. «Se trata de recuperar un patrimonio biológico que fue fundamental en la historia de España». No pretenden volver a crear una industria de la seda, ya que eso podría realizarse con cualquier raza de Bombyx mori, sino simplemente recuperar las razas autóctonas y que se mantengan en su lugar de origen.
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