Descubierto en Sierra Nevada un pequeño ranúnculo amarillo que se sumará al inventario de flora del macizo granadino
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE | GRANADA
José Miguel Muñoz (de pie) toma datos sobre la flora de un piornal nevadense. :: J. E. GÓMEZ Y J. M. M. |
La vida en las altas cumbres vuelve a sorprender a los científicos. Sierra Nevada deja claro que aún posee secretos por desvelar. El patrimonio vegetal del macizo nevadense suma una nueva especie que, a pesar de los muchísimos estudios que se han realizado a lo largo de los dos últimos siglos, había permanecido oculta a los botánicos. Su nombre científico es Ranunculus bupleuroides, una pequeña planta de color amarillo que se encuadra en un género botánico conocido vulgarmente como botones de oro y ranillos, al que pertenecen 70 especies distribuidas por la península Ibérica, de las que 31 están en Andalucía y 20 en Sierra Nevada, pero que hasta ahora era desconocida en la gran montaña granadina. Este botón de oro es un endemismo ibérico que solo vive en zonas muy reducidas de las sierras del norte y noroeste peninsular, pero nunca había sido citado en el sur, por lo que se sumará al inventario de la flora de Sierra Nevada.
Fue el 26 de mayo de 2013, durante una jornada de divulgación de los valores biológicos de la Sierra con motivo del Día Internacional de los Parques, cuando al botánico de la Agencia de Medio Ambiente y Agua José Miguel Muñoz Díaz, vinculado al Observatorio del Cambio Global, le llamó la atención una pequeña población de ranúnculos que crecían entre piornos en un paraje de La Ragua. «Era una planta con características diferentes a otras del mismo género que habitualmente vemos en la Sierra, tanto por detalles de la flor como por la forma y disposición de las hojas basales y por el lugar donde crecía. Pensé que podía ser R. bupleuroides, pero había que estudiarla más». Al día siguiente el botánico volvió al lugar del hallazgo para confirmar la presencia de la planta y estudiar sus detalles taxonómicos. «Estaba bastante claro que se trataba de una especie de la que teníamos conocimiento como un endemismo de la Península Ibérica, pero desconocida en la Sierra», afirma, y puso el hallazgo en conocimiento de reconocidos taxónomos de la Universidad de Granada y de técnicos de la Red Andaluza de Jardines Botánicos y Micológicos en Espacios Naturales, para que confirmase la clasificación y determinar, además, la viabilidad de la población encontrada y las principales amenazas a las que se enfrenta.
Histórico
El descubrimiento estaba claro. El patrimonio vegetal de Sierra Nevada cuenta ya con un nuevo taxón: Ranunculus bupleuroides, lo que significa añadir una especie de flora a una lista que no se había incrementado en los últimos cincuenta años con ninguna especie de distribución tan reducida como esta, y que se mantenía casi sin cambios desde que se hicieron los primeros inventarios botánicos en el siglo XIX por parte de científicos como Boissier y Willkomm.
La importancia del descubrimiento no se queda en que un endemismo de la península también habite en Sierra Nevada, sino que podría tratarse de una planta que solo vive en el macizo granadino y sea, en realidad, un endemismo nevadense. «Hay detalles que la diferencian de la especie tipo, y sabemos que existen diversas subespecies según la zona en la que hayan crecido, por lo que sería posible que se tratase de una subespecie exclusiva de Sierra Nevada», dice Muñoz Díaz, que explica que tiene las hojas más gruesas y peludas para poder retener mejor el agua en un hábitat que registra condiciones meteorológicas extremas, y la flor también presenta pequeñas diferencias, por lo que los botánicos que la han estudiado piensan que esta planta, a la que se le podría bautizar con el nombre de 'botoncillo de oro de La Ragua' (ya que es mucho más pequeña en altura que otras del mismo género e incluso de la misma especie), sea realmente diferente del resto de sus congéneres ibéricos.
«Hemos recogido muestras para que sean estudiadas por especialistas en genética vegetal y se pueda determinar si realmente coincide con la planta tipo o mantiene diferencias para poder clasificarla como una subespecie nevadense», afirma José Miguel Muñoz. Hasta el momento solo se conoce la población descubierta durante el pasado verano en La Ragua, pero al crecer en suelos silíceos, junto a piornos, los botánicos creen que puede encontrarse en otros lugares similares de la Sierra.
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