La NASA lo descubre casi por casualidad durante un periodo de poca actividad solar
MERCEDES BARRUTIA
Rotación de la Tierra. / NASA
Investigadores de la NASA han descubierto una nueva estructura persistente en uno de los dos cinturones de radiación que rodean la Tierra. Las sondas gemelas Van Allen de la NASA han demostrado que, cuando el planeta rota, deja una marcas de cebra. Lo que sucede, con palabras más técnicas, es que los electrones de alta energía en el cinturón de radiación interior muestran un patrón persistente que se asemeja a las rayas del animal. El estudio ha sido publicado en la revista Nature. No dejen de leer, que todo tiene explicación sencilla.
Como las huellas en la arena al caminar por la playa o la marca de un zapato en el suelo. La Tierra también deja una muestra de su movimiento en el espacio, pero quizá con más estilo que las de los pies de las personas, porque las del planeta tienen forma de rayas de cebra. La Tierra es especial hasta para eso. La estructura es producida por la rotación, relativamente lenta, del planeta. Ese movimiento, en contra por completo de lo que pensaban los científicos, afecta a las partículas del cinturón de radiación, que tienen velocidades cercanas a la velocidad de la luz.
Aleksandr Ukhorskiy, autor principal del artículo y científico en el Laboratorio Johns Hopkins de Física Aplicada explica con claridad a qué se debe el fenómeno. “Debido a la inclinación en el eje del campo magnético de la Tierra, la rotación del planeta genera un débil campo oscilante eléctrico que penetra a través de todo el cinturón interior de radiación”, cuenta el experto. Para entender cómo ese campo afecta a los electrones, Ukhorskiy aclara que “los electrones son como un fluido viscoso. Las oscilaciones globales se extienden poco a poco y doblan el fluido, tanto como el chicle se estira y se dobla”. Ese estiramiento y plegado da como resultado “el patrón de rayas observado en todo el cinturón interior, que se extiende desde encima de la atmósfera de la Tierra, entre 800 y 12.000 kilómetros sobre la superficie del planeta”, añade el investigador.
Al igual que otros grandes hallazgos de la comunidad científica, la NASA ha descubierto esto por casualidad. Los científicos pensaban que el aumento de la actividad del viento solar era la fuerza principal detrás de las estructuras en los cinturones de radiación de nuestro planeta. Sin embargo, estas rayas de cebra se hicieron visibles incluso durante una actividad de viento solar bajo. Las sondas gemelas Van Allen de la NASA han demostrado que la rotación afecta a los electrones de alta energía, por eso se quedan esas marcas.
“Es realmente humillante, como teórico, ver lo rápido que los nuevos datos pueden cambiar nuestra comprensión de las propiedades físicas", confiesa el experto.
Parece que la Tierra tiene su propia huella, su propia firma electrónica.
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